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Aplicaciones pensando en la muñeca

Los desarrolladores quieren llegar los primeros al Apple Watch Con las 'apps' se busca que no sea un mero complemento, sino algo realmente práctico

Máximo Cavazzani durante la presentación del reloj de Apple.Vídeo: R. J. C.

Máximo Cavazzani vivió la presentación del reloj de Apple en un lugar de privilegio. La acreditación dorada que colgaba en su pecho le delataba, era uno de los invitados especiales de Apple. Las aplicaciones de este desarrollador argentino no solo son superventas, con Apalabrados y Preguntados a la cabeza, sino que, además, ha dado el paso de salir desde el primer día en Apple Watch con una versión adaptada de su trivial. “Siri juega un papel clave. Se habla, pero también se usa la pantalla para ver las ilustraciones”, desvela con ilusión. Es consciente de su posición, siente que se lo ha ganado.

Ante la avalancha de nuevos clientes, los desarrolladores saben que llegar primero es un punto a su favor. Phil Libin, consejero delegado de Evernote, vio cómo la popularidad de su aplicación crecía de la mano del iPhone. Salieron en el estreno del teléfono y pretenden repetir la operación con este nuevo miembro del ecosistema de la manzana. Jamie Hull, vicepresidenta de diseño móvil en la aplicación de notas, lo tiene claro: “De la muneca a la mano, una y otra vez. Se podrán dictar notas, hacer búsquedas o ver el contenido más reciente en el reloj. También poner recordatorios sin sacar el móvil. O leer una nota en el reloj y terminarla en el móvil”.

Yelp también es una de las que estará desde el primer día. Jeremy Stoppelman, su fundador y consejero delegado, explicaba a EL PAÍS por qué quiere ser pionero: “Es una buena oportunidad para ofrecer nuestro contenido”.

La clave para repetir los éxitos de iPod, iPhone e iPad estará en su capacidad para evitar ser una novelty, un mero objeto de moda, para convertirse en un complemento esencial

Philips, que desde hace cinco años piensa en el bienestar y los aparatos para el hogar, ha entendido que para estar en la batalla por el control de otros aparatos de uso doméstico había que aliarse con el reloj. Desde el primer día, las luces Hue, con diferente intensidad y color, se podrán modificar con el Apple Watch.

La polémica Uber ya se ha preparado para mostrar el tiempo y distancia hasta que un coche recoja al cliente. Se podrán pedir sin sacar el teléfono del bolsillo. Las redes sociales no han perdido comba, Facebook, Instagram y Twitter han ocupado su espacio natural. Mientras que las dos primeras se conforman con los “me gusta” y poco más, es en esencia una propuesta pasiva, Twitter permite ver tendencias, tuitear y contestar directamente. Entre los medios de comunicación el New York Times será pionero.

Aunque el teléfono se integra con la mensajería por SMS del móvil, WhatsApp todavía no ha mostrado su propuesta. Ha sido la china WeChat la que ha tomado la delantera en este disputado campo.

Shazam, participada por Carlos Slim y reina de la segunda pantalla, resuelve con acierto su misión inicial, reconocer qué canción está sonando en cada momento.

Los analistas no se ponen de acuerdo. Las estimaciones de ventas del reloj de Apple oscilan entre los 30 millones de Morgan Stanley a los 17,6 de Deutsche Bank. La cuestión no es tanto estar en el soporte, sino el cómo se hace. Se trata de dotar de utilidad con sencillez y pensando en un público amplio. No hay que perder de vista que, independientemente del acabado exterior y el precio, entre 350 y 10.000 dólares, la tecnología que hace posible su funcionamiento es la misma. Se quedarán obsoletos al mismo tiempo, al margen del precio.

Philips, en su batalla por el control de otros aparatos de uso doméstico había que aliarse con el reloj. Desde el primer día, las luces Hue, con diferente intensidad y color, se podrán modificar con el Apple Watch

Julián Beltrán, director y fundador de Droiders, expertos en aplicaciones para dispositivos de vestir, pioneros con Google Glass en España, no aprecia gran diferencia con lo que ya hace Android Wear, el equivalente del gigante de las búsquedas: “Es la eterna canción en Silicon Valley, intentar saber quién copia a quién. En el concepto en sí, no hay gran innovación. Los detalles en la interfaz marcan la diferencia”. A pesar de esta visión crítica, remarca algunas virtudes: “La respuesta difiere según la presión ejercida en pantalla. Este detalle puede ayudar a tener un manejo mejor, máxime si se piensa en lo escaso de la superficie táctil. También permite ver vídeos, algo que en el Moto 360, un modelo de 250 dólares, no se puede”.

En general, considera que las aplicaciones para el nuevo reloj están algo más rematadas. Antonio Bustamante, diseñador de experiencia de usuario en una startup de San Francisco, subraya que el reto asumido por Apple en este nuevo producto es mayúsculo: “De momento, es solo un capricho, si se convierte en un objeto de uso cotidiano, será una necesidad. Entonces, sí, Apple habrá ganado la batalla de la muñeca. Por supuesto, no son los primeros, como tampoco lo fueron con el iPhone, pues había PDA, o con el iPad, cuando ya había tabletas. Cuando sacaron su iPod ya había lectores de MP3, su característica diferencial es convertir su producto en el modelo a seguir”.

En su opinión, la gran dificultad estará en que los desarrolladores entiendan la visión de Apple: “Está pensando para un uso espontáneo, para notificaciones, consultar el tiempo, ver la hora, pero no para meterse en un menú con muchos pasos”.

Precisamente esta es la directriz que se salta Instagram. “Crean un menú demasiado complejo, con muchos pasos. Su éxito real, al margen de las descargas del arranque, será complicado porque abusa de la interacción, demanda demasiada atención”, critica.

Twitter permitirá ver en el reloj tendencias, tuitear y contestar directamente. Entre los medios de comunicación el New York Times será pionero

Por ahora, tanto Google como Apple proponen jardines vallados. Apple Watch solo funciona con iPhone y los relojes con Android necesitan móviles con el mismo sistema operativo. Beltrán cree que si alguna da el primer paso, será Google. “Algunos háckers han conseguido conectar el reloj de Google con un iPhone, hace un tiempo, cuando Apple era más cerrada, era algo impensable. No descarto que Google lo haga compatible, pero tampoco que Apple lo vete para dar prioridad a su modelo”.

Bustamante cree que este primer modelo es solo la iniciación de lo que vendrá, su diseño lo vislumbra: “Al principio el iPhone usaba metáforas del mundo real en muchas aplicaciones, pero lo fueron puliendo. Con el reloj han hecho algo similar, basarse en lo conocido para que resulte familiar. Por eso muestran un reloj analógico o las transiciones entre pantallas simulan un papel, para hacer fácil su adopción. En dos años, no será así, la corona, otra vieja conocida de los relojes clásicos, será lo primero que desaparezca en las próximas generaciones”.

Opina que la clave para repetir los éxitos de iPod, iPhone e iPad estará en su capacidad para evitar ser una novelty, un mero objeto de moda, para convertirse en un complemento esencial: “Apple tiene que conseguir que vuelvas a por ello, que subas las escaleras de casa, si te lo has olvidado, como para con el móvil”. Aún así, suena elitista. El desembolso mínimo para usarlo serán 400 euros a los que se deben sumar los 599 del iPhone más asequible.

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