Ni Europa ni euro
La palabra Europa no salió en el debate hasta que Jorge Fernández (PP) la rescató del olvido para afirmar que desde Bruselas no se ve bien al independentismo catalán. Al igual que en el cara a cara Rubalcaba-Rajoy, el debate que los cinco cabezas de lista al Congreso de los Diputados por Barcelona realizaron ante las cámaras de TV3 pasó bastante de puntillas sobre el espacio que los mercados dejan a la política o sobre la desagradable tarea de cómo reducir el déficit y llegar a los objetivos marcados por la Unión Europea. Como si Merkel y Sarkozy no existieran y el euro tampoco.
Josep Antoni Duran Lleida, el cabeza de lista de CiU, hierático, como salido de los pinceles de Piero della Francesca, trató de colocar su trinomio de campaña: cabeza, corazón y bolsillo, para sacar a colación el pacto fiscal. Durante la primera hora de debate, la mirada del democristiano ignoró a todos sus contrincantes. Solo se dirigía a la cámara y a la moderadora, Ariadna Oltra, que por cierto hizo bien su trabajo. Tras el descanso alguien debió de advertirle de que aquello era un debate y se flexibilizó.
La ministra y candidata del PSC, Carme Chacón, estuvo más ágil que Duran desde el principio. Llegó armada de gráficos y papeles. Era la que peor lo tenía. La pertenencia al Gobierno de Zapatero no se lo ponía fácil. Por eso, cuando mejor lo hizo, cuando más fuerza argumental puso en sus palabras, fue cuando explicó los logros en derechos individuales: ampliación del aborto y matrimonio homosexual. Lo cierto es que cuando se atrincheraba tras los recortes de las comunidades de CiU o el PP, su escudo argumental se agrietaba.
Al candidato del PP, Jorge Fernández Díaz, la afonía le jugó una mala pasada: su voz era idéntica a la de su antitético Alejo Vidal-Quadras, pero el contenido de su discurso descubría que esa era una apreciación equivocada. Sigue siendo uno de los rostros más amables que el PP que recurrió el Estatuto puede presentar en Cataluña.
El republicano Alfred Bosch quiso ser la cara razonable y educada del independentismo, aunque algo falto de tablas comparado con sus compañeros de debate. Joan Coscubiela, el ecosocialista, estuvo ajustado en su papel de azote del fraude fiscal, de conciencia de los incumplimientos, eso que solo pueden permitirse las fuerzas políticas minoritarias. Un sobresaliente a su frase "si gana la derecha, decidirán los derechos de mujeres y homosexuales los obispos y sus representantes en la Tierra: Rajoy y Duran".
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