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Visión más nítida de los océanos gracias a nuevos sensores

Miles de kilómetros de cable de fibra óptica tapizan los océanos del mundo

En una época en la que las comunicaciones globales son algo esencial, miles de kilómetros de cable de fibra óptica tapizan los océanos del mundo conectando los continentes. Teniendo esto en cuenta, puede que el hecho de que aproximadamente 1.300 kilómetros más de cable de fibra óptica pronto se extiendan por el fondo marino en la costa del noroeste del Pacífico no resulte particularmente revolucionario, hasta que se conoce a John R. Delaney, mitad oceanógrafo, mitad oráculo.

Según Delaney, profesor de la Universidad de Washington, "esta es una misión al Planeta Océano. Una misión de la misma envergadura que las de la NASA con el objetivo fundamental de entrar en el espacio interior y quedarnos allí para siempre. Lo que se va a hacer es llevar el océano al mundo".

Este programa de 331 millones de dólares con el que los oceanógrafos llevaban soñando desde hace mucho tiempo, está siendo financiado por la National Science Foundation. El profesor Delaney y un equipo de científicos de varias instituciones dirigen la flamante Iniciativa de Observatorios Oceánicos, un polifacético proyecto para estudiar el océano ?en el mismo océano?, mediante una combinación de cables conectados a Internet, dispositivos sumergidos para la recopilación de datos y señalados con una boya en la superficie, robots y cámaras de alta definición. Se espera que el primer equipo esté en funcionamiento para el 2009.

Uno de los objetivos principales, según los participantes en el proyecto, es entender mejor cómo afectan los océanos a la vida en la tierra. Los oceanógrafos también esperan implicar más en el tema de los océanos a otros científicos y otras personas, convirtiéndolo en algo más accesible. En lugar de pasar semanas o meses a bordo de un barco recopilando datos para después regresar al laboratorio y extraer conclusiones, los oceanógrafos esperan pedir determinadas cosas desde sus ordenadores y descargar los resultados.

Los investigadores podrán recopilar todos los datos sobre la temperatura de los océanos recogidos a diario durante un año en el Atlántico o seguir los cambios que se producen en las corrientes mientras un huracán se aproxima al Golfo de México.

Según Alexandra Isern, directora del programa de tecnología oceánica en la National Science Foundation, "Todo aparecerá en Internet en un tiempo lo más real posible. Esta experiencia va a cambiar no sólo el modo de hacer ciencia de los investigadores, sino también la forma en que el resto de la gente puede participar".

El programa consta de tres partes principales. En dos de ellas se colocarán varios sensores en los océanos y en la última, se conectará a través de Internet toda la información recopilada. En un programa "costero/global" se colocarán estaciones autónomas de recopilación de datos en alta mar, en la mayoría de los casos en latitudes lejanas del Atlántico y el Pacífico, donde las duras y frías condiciones han dificultado la oceanografía desde un barco.

También se proyecta instalar sistemas de observación en ambas costas de EE UU. En el noroeste, unos 130 millones de dólares del coste de esta iniciativa se dedicarán a construir un observatorio regional, una serie de cables submarinos que cruzarán la placa que lleva el nombre del explorador Juan de Fuca. Más que para crear una autopista de información que cruce el océano, este nuevo sistema se crea con el fin de estudiarlo.

El profesor Delaney, especialista en los volcanes submarinos que se forman en las zonas de contacto de las placas tectónicas y en las sorprendentes formas de vida que surgen en ellas, es una de las personas que llevan más de una década abogando por este sistema de cables y superando los obstáculos de dinero, tecnología y escepticismo. Según muchos oceanógrafos, el programa va a cambiar su campo de estudio.

Oscar Schofield, biólogo oceanógrafo de la Universidad de Rutgers en Nueva Jersey, lleva casi una década ayudando a poner en funcionamiento un observatorio costero a pequeña escala en el Atlántico mediante una combinación de sistemas de radar submarinos con control remoto y cables submarinos de 15 kilómetros.

Este programa, denominado Coastal Ocean Observation Lab (Laboratorio de observación de los océanos en zonas de costa), que dirige junto a Scott Glenn, también profesor en la Universidad de Rutgers, tiene una página web donde otras personas pueden seguir las corrientes, así como los niveles de temperatura y salinidad del agua en ciertas partes del Atlántico.

Algunos expertos desearían que el proyecto incluyese más fondos para, por ejemplo, colocar boyas en el Océano Índico, que tiene gran actividad debido a los monzones y a otros fenómenos.

Pero John A. Orcutt, profesor de la Scripps Institution of Oceanography de la Universidad de California, San Diego, quien está al frente del proyecto de enlazar estas nuevas investigaciones con Internet, considera que la capacidad de proporcionar nuevos datos de forma constante a los científicos de todo el mundo o incluso a los jóvenes que navegan por YouTube, contribuirá a que se amplíe este proyecto en el futuro.

"Queremos poner ante los ojos de la gente los océanos y los fondos marinos, para que pueda entender la necesidad de seguir adelante", comenta el profesor Orcutt.

UNIVERSIDAD DE WASHINGTON

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