Carolina Corcho y María José Pizarro se enfrentan por ser la cabeza en la lista del Senado del Pacto Histórico
La exministra de Salud dice que ha ganado ese lugar tras la votación que obtuvo a su favor en la consulta presidencial. Pero la senadora afirma que ese lugar ya se había acordado para ella misma cuando desistió de participar en los comicios presidenciales


Tras la exitosa consulta del Pacto Histórico este domingo, donde más de dos millones y medio de ciudadanos votaron, y más de un millón eligió al senador Iván Cepeda como candidato de la izquierda para las elecciones presidenciales del 2026, una grieta se ha abierto en otro frente del progresismo. La exministra de Salud Carolina Corcho, quien obtuvo la segunda votación más alta en esa consulta presidencial, con casi 700 mil votos, considera que esa victoria electoral le permite ahora ser la cabeza en la lista del Senado del Pacto Histórico para las elecciones legislativas de marzo del próximo año. Pero otro flanco del progresismo no está de acuerdo. En la noche del lunes, la senadora María José Pizarro afirmó que esa cabeza de lista debería ir a ella misma. Su razón es que ella desistió de su candidatura presidencial en septiembre, para apoyar a Cepeda, con un acuerdo político previo en la izquierda en el que se estableció que ella liderara dicha lista al Senado.
“Se planteó que el segundo de la consulta encabece la lista al Senado. Ese es el acuerdo. La cabeza de la lista debe ser respaldada por votos”, fueron las palabras de Corcho al reconocer la victoria de Cepeda. Pizarro la contradice, diciendo que ese no fue el pacto cuando ella declinó a su candidatura presidencial. “Ese mismo 26 de septiembre, decliné mi aspiración y acepté la responsabilidad y el compromiso de liderar la bancada del Senado. Horas más tarde se radicó ante la Registraduría un acuerdo que establece que la cabeza de lista será definida por consenso entre los partidos políticos. Estos acuerdos son fundamentales y no pueden ser modificados arbitrariamente, ya que hacerlo, significaría que el Pacto Histórico nacería incumpliendo sus propios compromisos”, afirmó en su cuenta de X.
En la versión de la senadora Pizarro, a finales de septiembre fueron varios militantes de la izquierda quienes decidieron declinar su aspiración presidencial para apoyar a Iván Cepeda, como ella, la exministra de Ambiente, Susana Muhammad, y el libretista Gustavo Bolívar. Lo hicieron porque “el progresismo corría el riesgo de fragmentarse con la inclusión de actores ajenos a nuestra colectividad”. En otras palabras, para no correr el riesgo que ganara el exalcalde de Medellín, Daniel Quintero, quien nunca militó en la izquierda, pero que pudo participar en la consulta después de que Petro insistiera en incluirlo.
Cuando desistió a su candidatura, Pizarro dejó en claro que su misión era entonces quedarse en el frente legislativo. Se dedicaría a “liderar la construcción de la bancada en el Congreso más grande y diversa que haya tenido el progresismo en su historia”, escribió en sus redes sociales. Entre sus cercanos de la izquierda quedó en claro que se acordó, en ese momento, que ella sería la cabeza de lista.
Pero ese acuerdo, sin embargo, va en contra de otra bandera del Pacto Histórico en esta consulta. El partido acordó que le pediría a la ciudadanía votar por los candidatos que quieren ver en sus listas al Senado y a la Cámara para evitar lo que se llama la ‘dictadura del bolígrafo’: cuando los líderes del partido deciden las listas, no los ciudadanos. Como Pizarro declinó de la consulta presidencial, pero no alcanzaba a inscribirse en la consulta del Senado, no se contaron votos a su favor este domingo. Y se supone que solo irán a las listas legislativas quienes ganaron los votos de la ciudadanía.
Por eso algunos en la izquierda, como el libretista de novelas Gustavo Bolívar, precandidato que también declinó su aspiración, consideran que Pizarro no tiene tan garantizado su puesto en la lista del Senado. “Cuando hicimos el acuerdo los precandidatos, con los presidentes de los partidos como garantes, decidimos que el segundo de la consulta, en este caso Carolina Corcho, encabezaría la lista al Senado”, afirmó a favor de la exministra en sus redes. Pero también admitió que a Pizarro le ofrecieron esa cabeza de lista si apoyaba a Cepeda. ”Hay un problema político. ¿Cómo desperdicias más de 660 mil votos que sacó Carolina Corcho?”, preguntó. ¿No jalonaría esta votación más renglores en la lista al Senado?, añadió. “Con todo respeto, María José Pizarro, no sabemos qué potencial tenga en este momento. Y yo creo, personalmente, que Carolina Corcho podría entregarle más renglones al Pacto Histórico en el Senado”, dijo, estableciendo su preferencia por la exministra.
María José Pizarro es una senadora que ha sido muy cercana al presidente Petro y también al ahora candidato presidencial Iván Cepeda. Pero Bolívar toca una fibra sensible. No solo no es claro cuántos votos movilizó Pizarro en esta consulta, sino que tampoco fue claro cuanto movilizó en las de 2022, ya que la lista al Senado en ese entonces fue cerrada: no se votaba por el candidato sino por el partido, y fue jalonada por el presidente Gustavo Petro. La última vez que se contabilizaron los votos individuales de Pizarro fue en 2018, cuando se lanzó a la Cámara por Bogotá, y obtuvo 78 mil sufragios a su favor. Se trata de una cifra que pudo haber aumentado con su visibilidad en los últimos siete años, pero que es imposible de adivinar.
“También entiendo la postura de María José Pizarro, pues ella desistió de una candidatura bajo la promesa de que fuera la cabeza al Senado”, reconoció Bolívar. Pero abrirle la puerta, añade, implica otras preguntas difíciles para la izquierda. ¿Podrían entrar también otros precandidatos que se bajaron de la consulta presidencial, como Bolívar y Muhammad? ¿Podrían protestar los que se ganaron los primeros puestos en la votación a Senado porque se les desplazaría un renglón en la lista? “Entre más metan personas que no participaron en las consultas, puede haber problemas jurídicos”, afirma Bolívar. El Pacto tiene que sentarse a revisar cuál fue el pacto con Corcho, y con Pizarro, pues ninguna de las dos quiere desistir de liderar la lista de la izquierda al Senado el próximo año.
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