España sigue siendo pirata
El 46% de los programas utilizados en 2006 era ilegal, lo que ha impedido que se creen 4.000 empleos según la BSA
El 46% de los programas informáticos utilizados en España en 2006 era ilegal, un porcentaje que nos sitúa en el mismo índice de piratería que el año anterior, pero que sigue dejándonos en muy mal lugar respecto a Europa. Somos el país que utiliza más software pirata, con 10 puntos por encima de la media europea. Sólo Italia y Grecia piratean más programas que nosotros, según el Cuarto Informe Global sobre Piratería de Software de la BSA (la alianza de los principales proveedores de software para combatir las copias ilegales), realizado por IDC.
"Hemos conseguido frenar la sangría que detectamos el año pasado cuando el índice de piratería avanzó tres puntos, del 43% al 46%. Este año hemos logrado mantener este porcentaje a pesar de que el mercado en general ha crecido y también estamos viviendo una explosión del uso de la banda ancha, que también facilita la distribución de productos piratas", apunta Luis Frutos, presidente del Comité Español de la BSA.
Su optimismo no es más que relativo ya que Frutos recuerda que estos son unos niveles de piratería enormes, que representan que casi uno de cada dos programas que se utilizan son ilegales. La BSA asegura que el software ilegal ha generado unas pérdidas de 689 millones de euros, un 15% más que el año pasado. Pero este dato más que reflejarse en números rojos en las cuentas de resultados de las empresas representan unas oportunidades de crecimiento que no se han producido.
Pero quienes más se resienten de la presión de la presión de la piratería son las empresas locales, las más pequeñas, según la BSA. "Las multinacionales siempre se mantienen, mientras que una pyme local que ha desarrollado una aplicación no aguanta más de dos años en cuanto su producto se encuentra copiado en el canal de distribución", afirma Frutos.
Unas 12.000 empresas forman el sector del software en España, que generaron un negocio de 2.500 millones de euros y dan empleo a unas 80.000 personas directamente, de acuerdo con las cifras de la patronal AETIC. Si la piratería se redujese a niveles europeos, es decir si fuera 10 puntos inferior, se habrían creado 4.000 empleos nuevos y el PIB se beneficiaría en 2.600 millones.
"Hay una correlación directa entre el índice de piratería y el desarrollo de una industria del software. En los países escandinavos donde hay muy poco software ilegal, hay muchas empresas desarrollando programas, mientras que en España esta industria nunca ha llegado a despegar. No tenemos jugadores representativos en este mercado. La piratería es un perjuicio colectivo que impide el desarrollo de la Sociedad de la Información", asegura Alfons Sort, director de Adobe y representante de la BSA.
Estas declaraciones son fruto de un cambio de espíritu dentro de la BSA, que ha decidido apostar por la formación y la concienciación, más que por la persecución de los piratas, aunque sigue manteniendo las cartas de advertencia y las denuncias. El año pasado, la BSA llevo a cabo 361 acciones legales y 10 casos acabaron con condenas por piratería con sanciones medias de 49.000 euros.
El canal de distribución es la mayor pesadilla para la BSA pues el 41% de los distribuidores venden software ilegal. "Queremos profesionalizar el canal", aclara Frutos, quien insiste en que son conscientes de que su trabajo en este terreno pasa por la formación y la sensabilización.
Las escuelas enseñarán a respetar la propiedad intelectual
La BSA está muy orgullosa porque ha logrado extender sus colaboraciones con el Ministerio de Industria y la Agencia Tributaria al Ministerio de Cultura y Educación, que por primera vez va a tratar el software dentro las dos comisiones creadas para proteger la propiedad intelectual.Otra de las iniciativas del Ministerio que gustan en la BSA es el esfuerzo por incorporar dentro de la asignatura de Educación para la Ciudadanía el respeto a la propiedad intelectual. “El principal cambio debe ser cultural, pues en España no se valora la propiedad intelectual. Debemos cambiar de chip para poder crear una industria robusta”, concluye Frutos.
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