Reunión mundial de piratas informáticos en Las Vegas
Desde 1992 la ciudad estadounidense reúne a hackers de todo el planeta
Durante el tiempo que emplee en leer este artículo, cientos de ordenadores están sufriendo un ataque indiscriminado contra sus sistemas. No se preocupe, la suya no está entre las "agraciados". La totalidad de los agresores -y sus víctimas- se concentran en un hotel de una ciudad aislada en medio de lo que un día fue el salvaje oeste estadounidense: Las Vegas.
En este lugar se celebra la más popular reunión mundial de piratas informáticos "de sombrero negro" -los Black Hats- y la convención Defcon, que congregan anualmente, desde 1992, a miles de cowboys informáticos interconectados en la que se considera la red más hostil del planeta.
De hecho, el deporte favorito de los asistentes consiste en allanar, bloquear o esclavizar la computadora del otro y develar sus secretos en una pantalla gigante a la vista de todos. El objetivo de estas conferencias y clases prácticas de pirata informático va mucho más allá de este cliché generalizado del hacker rebelde.
Jeff Moss, fundador y director de estos eventos, le explica que la convención es "como una fiesta, una especie de reunión global de cerebros donde todo el mundo va a ver y a ser visto". "Comparten puntos de vista, ponen cara a los nombres que ven en internet y se les ofrece la posibilidad de asistir a discursos y contenidos a los que habitualmente no tienen acceso", agrega.
El clásico pirata informático está abriendo paso a un nuevo concepto de hacker, un llanero solitario en una red sin ley, pero en constante evolución y desarrollo. Sombreros de colores -blanco, gris y negro- distinguen a los chicos buenos de los chicos malos. Y empresas como Microsoft -la compañía atacada por excelencia- han adoptado el suyo propio, de color "azul mecánico", y organizan su propia convención siguiendo el viejo precepto de "si no puedes con el enemigo, únete a él".
Stephen Toulouse, director de la unidad de seguridad tecnológica de Microsoft, explica que como empresa "hemos aprendido que aunque los hackers pueden no estar de acuerdo con Microsoft y pueden publicar información que consideramos que podría poner en riesgo a los usuarios, esto no quiere decir que no deberíamos hablar con ellos para entender su posición y sus motivaciones. Por este motivo creo que la convención de los sombreros azules es muy popular en la comunidad hacker".
Nada menos que 11.000 personas respondieron a la llamada del gigante informático hace unas semanas. Los distintos sombreros están forrados, no obstante, con tela de un color común: el verde de los dólares.
"En cualquier trabajo necesitas tener una pasión por lo que estás haciendo y esta pasión realmente viene del dinero", señala Dan Kaminsky, especialista en seguridad.
De ladrón a policía
En este particular salvaje oeste en línea, el sheriff suele ser el mejor pistolero de la ciudad. Los "feds", como se conoce en la jerga a los agentes federales, acuden a las conferencias a cara descubierta para ofrecer trabajo a los mejores cowboys informáticos. El representante del Departamento de Defensa de Estados Unidos, Lintoln Wells, declara que reclutan a estos jóvenes "de enorme talento que se encuentran ahí fuera, en la comunidad hacker, pues nosotros necesitamos seguridad y ellos saben mucho de este tema".
"Mientras que no hayan incumplido leyes fundamentales o cometido delitos en lo que hayan hecho, estamos muy interesados en que trabajen con nosotros", aclara.
El hacker "ideal" busca hacer públicos los vacíos de seguridad de los programas que el usuario utiliza, demostrarlo entrando por ellos aun sin su permiso y crear de este modo una internet cada vez más segura, pues los fabricantes de estas aplicaciones deben lidiar con el problema.
Muy diferentes son los vándalos, espías industriales, grupos radicales o simplemente delincuentes comunes que tratan de obtener un beneficio individual aprovechando los mismos vacíos.
El ex sacerdote y escritor Richard Thieme, considerado guía espiritual de la conferencia Black Hats, ve pocas diferencias "entre un periodista de investigación, un agente de un servicio secreto y un hacker de pura cepa que entiende el objetivo de lo que hace". "Si tu trabajo es suficientemente noble", agrega, "lo estás haciendo con el fin de buscar una verdad que de otra manera quedaría oculta".
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