La vaca de Milka vence a Milka la costurera
La señora Budimir, que explotaba el domininio milka.fr desde hace años, tendrá q cedérselo al gigante agroalimentario
Una costurera francesa ha sido condenada por un tribunal de Nanterre (afueras de París) a ceder los derechos de su sitio en Internet, www.milka.fr, al gigante agroalimentario estadounidense Kraft, propietario de la marca de chocolate Milka. La multinacional había demandado a Milka Budimir, de 58 años y que explotaba desde hacía varios años ese sitio en Internet, por lo que consideraba un perjuicio económico y de imagen para el grupo, pues aseguraba que ese nombre está mundialmente vinculado a la vaca símbolo de sus chocolates.
La Corte le ha dado parcialmente la razón, al condenar a la costurera, pero limita la multa a las costas del juicio y no le pide los 6.500 euros de indemnización que reclamaba la empresa. En su sentencia, los jueces consideran que "al reservarse y utilizar el nombre del sitio www.milka.fr, la señora Milka Budimir ha usado injustificadamente marcas denominativas de Milka, de las que la sociedad Kraft es la propietaria". Es más, subrayan que el nombre de Milka "existía mucho antes del nacimiento de la señora Budimir".
Por ello, le prohíben utilizar el sitio www.milka.fr y la condenan a transferir el nombre del sitio en la red a Kraft en el plazo de un mes desde la fecha del veredicto, bajo pena de una multa de 150 euros por día de retraso en la restitución.
Durante la vista, los abogados de Kraft habían acusado a la costurera de "okupa informática" al "registrar un nombre de forma abusiva con el objetivo de revenderlo, negociarlo con la compañía propietaria legítima, abusar, bloquear el acceso a la marca y utilizar la notoriedad del nombre para aumentar el tráfico en el sitio en cuestión".
Por su parte, Milka Budimir, que reclamaba 100.000 euros, aseguraba que ha sufrido graves problemas de salud en los dos últimos años como consecuencia de las "increíbles presiones" ejercidas por Kraft, según su abogado, que podría apelar la sentencia.
La costurera francesa también había considerado denigrante ver su nombre tatuado sobre la emblemática vaca violeta de los chocolates Milka.
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