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Un autobús recogerá móviles usados en una nueva iniciativa medioambiental de la UE

Primera parada del Bus Tragamóvil: Valencia. Financiado por los Fondos Life de la Unión Europea, recorrerá durante los próximos tres meses todas las líneas de la EMT de la capital valenciana, recogiendo a su paso teléfonos móviles antiguos que ya no se usan. El vehículo dispondrá de un contenedor, donde los ciudadanos podrán echar sus viejos aparatos, baterías y accesorios.

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El proyecto ha sido presentado hoy por los concejales de Relaciones Institucionales y Circulación del Ayuntamiento de Valencia, Rafael Ripoll y Jorge Bellver, respectivamente. También ha participado en el acto el Presidente de la Asociación Multisectorial de Empresas Españolas de Electrónica y Comunicaciones (Asimelec), José Pérez, quien ha destacado que siete de cada diez móviles retirados en España van a parar al cubo de la basura o se pierden en cualquier rincón de la casa.

La iniciativa valenciana se adelanta a las recomendaciones de la directiva europea sobre residuos eléctricos y electrónicos. Ésta entrará en vigor a partir de 2005 y obligará a las empresas fabricantes de telefonía móvil, y otros aparatos y electrodomésticos, a recoger y tratar dichos residuos. Un teléfono móvil está compuesto en un 85% por plástico, en un 25% de metal, y en un 17% de vidrio. Los modelos antiguos contienen sustancias químicas nocivas que se liberan en la atmósfera, dañan la capa de ozono y afectan al cambio climático.

Un problema cada vez mayor

Los residuos de equipos eléctricos y electrónicos aumentan entre un 16 y un 28% cada 5 años, según la Comisión Europea. Tres veces más rápidamente de lo que aumentan los residuos municipales en general. Además, esgrime, también es una de las fuentes más importantes de metales pesados y contaminantes orgánicos de las que se tienen que encargar las autoridades locales. La UE está afrontando el problema con nuevas leyes que permitan a los consumidores devolver gratuitamente viejos equipos y que, a la vez, conciencie a los fabricantes de su responsabilidad a la hora de reciclar los que son inservibles. Esto debería ofrecer un incentivo para diseñar equipamiento eléctrico y electrónico más respetuoso del medio ambiente. Actualmente, muchos aparatos, especialmente frigoríficos, cuentan ya con una etiqueta ecológica que garantiza su respeto por el entorno.

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