Bush ordena la creación de una guía para la "guerra cibernética"
El diario 'Washington Post' señala que el documento establecerá las directrices para un ataque cibernético a gran escala
El presidente de Estados Unidos, George W. Bush, ha aprobado una directiva "secreta" para el desarrollo, por primera vez en la historia, de orientaciones sobre el posible uso de ataques cibernéticos contra redes enemigas de ordenadores, según informa hoy el Washington Post. Según el periódico, desde la II Guerra Mundial se usa una doctrina estratégica similar respecto al armamento nuclear.
El rotativo informa de que la guía sobre la "guerra cibernética" establecerá las directrices por las que el Gobierno de EE UU podrá penetrar y perturbar sistemas de ordenadores extranjeros. La guía está siendo elaborada en medio de conjeturas de que el Pentágono puede estar considerando algún tipo de ofensiva por ordenador contra Irak, en el caso de una guerra contra el régimen de Bagdad.
"Sea lo que ocurra en Irak, puede estar seguro que se aprobarán todos los mecanismos apropiados para operaciones cibernéticas", señala un funcionario estadounidense al Washington Post. Bush firmó en julio pasado la orden sobre el desarrollo de la normativa sobre ofensivas cibernéticas, conocida como la Directiva Presidencial 16 sobre Seguridad Nacional, pero no ha sido hecha pública hasta ahora, según el periódico.
Nuevas armas cibernéticas
EE UU nunca ha llevado a cabo ataques cibernéticos a gran escala en el pasado, según señalan al diario funcionarios estadounidenses, aunque el Pentágono ha acelerado el desarrollo de armas cibernéticas. "En lugar de poner en peligro aviones o tropas, los estrategas militares imaginan soldados que desde terminales de ordenador invaden redes de computadoras extranjeras para apagar radares, desactivar centrales eléctricas e interrumpir los servicios telefónicos", afirma el periódico.
La decisión de Bush resalta el interés de su Gobierno en buscar una nueva arma que, según muchos expertos, tiene un gran potencial. Hasta ahora no hay normas presidenciales en EE UU sobre las circunstancias en que se puede decidir llevar a cabo tales ataques, ni quien debe autorizarlas y dirigirlas, así como qué objetivos deben ser considerados legítimos, señala el diario.
"Tenemos la capacidad, tenemos organizaciones, pero aún no tenemos una estrategia elaborada, una doctrina, un procedimiento", dijo Richard A. Clarke, quien la semana pasada dimitió del cargo como asesor especial del presidente Bush para la seguridad del espacio cibernético. Clarke dijo que subsisten "cuestiones sobre el daño colateral" que puede causar esta estrategia, al explicar que un ataque por ordenador a un sistema de abastecimiento de electricidad a instalaciones militares puede resultar también un corte de fluido eléctrico en hospitales.
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