El presidente de la ESA insta a poner en marcha "rápidamente" el proyecto Galileo
El satélite europeo está parado por las reticencias de Alemania y España
El presidente de la Agencia Espacial Europea (ESA), Antonio Rodota, instó hoy a los países miembros de la organización a poner en marcha "rápidamente" el proyecto europeo de navegación por satélite Galileo para "no perder peso" en el sector.
El proyecto, al que la Unión Europea (UE) dio luz verde el año pasado, está en punto muerto después de que España y Alemania mostrasen sus reticencias en lo que respecta al beneficio industrial que deben sacar del programa.
"Comprendo las preocupaciones de ciertos países sobre el reparto de trabajo y responsabilidades (en la construcción de Galileo), pero lo más importante es su lanzamiento, pues si no empezamos muy rápido corremos el riesgo de perder esta oportunidad y quedarnos rezagados", subrayó Rodota en rueda de prensa en la sede de la ESA.
La Agencia, a la espera de que sus países miembros alcancen un acuerdo y aprueben la partida presupuestaria correspondiente para Galileo, calculada en 550 millones de euros para los próximos 5 años, continúa con su trabajo en este proyecto. El lanzamiento comercial de los servicios Galileo estaba previsto inicialmente a partir de 2008.
La UE ha preparado ya la creación de la empresa común que se encargará de la dirección de obra de Galileo en la fase de desarrollo (hasta 2005), ha fijado el régimen de concesionarios, ha creado un comité de seguridad y ha avanzado en la celebración de acuerdos internacionales en favor de la interoperatividad de Galileo con los sistemas norteamericano (GPS) y ruso (Glonas).
A falta del visto bueno a la partida presupuestaria de Galileo por los miembros del Consejo de la ESA, la Agencia cuenta ya con 2.677,10 millones de euros para 2003, desveló hoy Rodota.
El 23,5 por ciento de ese monto irá destinado a financiar los cohetes de Arianespace, el 22,2 por ciento a los vuelos habitados, el 13,5 por ciento al programa científico y el 13,4 por ciento a la observación de la Tierra.
La contribución española es del 3,65 por ciento (90,96 millones de euros), detrás de Francia (30,78%), Alemania (23,72%), Italia (14,43%), Reino Unido (7,82%) y Bélgica (5,81%).
En cuanto al fracaso de diciembre pasado del lanzamiento de la primera versión del cohete Ariane-5 con capacidad para 10 toneladas de carga, Rodota consideró imprescindible "restablecer la confianza de los clientes y de los países miembros".
"Hace falta que se adopten medidas, que en primera instancia pueden parecer impopulares, pero ha llegado el momento de poner en marcha un sistema seguro (...). Queremos lanzar una señal fuerte de la determinación de Europa de mantener sus cohetes como uno de los pilares de la carrera espacial europea", añadió.
Insistió en que "es necesario restablecer la confianza plena y total" en Arianespace y quitó hierro a la polémica que le enfrentó recientemente con el Centro Nacional francés de Estudios Espaciales (CNES), encargado del control técnico y financiero del programa Ariane-5, y a quienes algunos señalan como el principal responsable del reciente fracaso del cohete.
Rodota, que dejará la presidencia de la ESA el próximo 1 de julio, se pronunció a favor de que los créditos previstos para desarrollar nuevas versiones de cohetes se destinen a asegurar la posición de Arianespace en el mercado.
Pese al percance de Ariane-5, que ha retrasado a una fecha indeterminada el lanzamiento del primer proyecto planetario de la ESA (la sonda Rosetta, que debía aterrizar en el núcleo de un cometa), Rodota se mostró confiado en poder mantener el calendario de la Agencia para este año.
Entre esos proyectos destaca el viaje de tres astronautas de la ESA, entre ellos el español Pedro Duque (a finales de abril o principios de mayo), a la Estación Espacial Internacional (ISS).
En el apartado de vuelos no habitados, la ESA ha programado también el lanzamiento del satélite SMART-1 y de la carga útil Mars-Express, que debe llegar al planeta rojo a finales de diciembre.
Rodota anunció, por otra parte, que el miércoles próximo irá a Moscú para "ver en qué dominios pueden trabajar Rusia y la UE", pues está previsto que la ESA firme un acuerdo sobre vuelos en cohetes Soyouz con la agencia rusa Rosaviakosmos.
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