El Papa, sobre las indemnizaciones a víctimas de pederastia: “50.000 euros es una cantidad demasiado baja”
Francisco habla por primera vez de cifras para los resarcimientos, un punto clave que la Iglesia española aún no ha aclarado, y deja en evidencia la mayoría de las compensaciones pagadas hasta ahora
EL PAÍS puso en marcha en 2018 una investigación de la pederastia en la Iglesia española y tiene una base de datos actualizada con todos los casos conocidos. Si conoce algún caso que no haya visto la luz, nos puede escribir a: abusos@elpais.es. Si es un caso en América Latina, la dirección es: abusosamerica@elpais.es.
───────────
El Papa ha hablado por primera vez con claridad de uno de los asuntos que la Iglesia más evita a la hora de afrontar la pederastia del clero: el dinero de las indemnizaciones que debe pagar. Y ha subido mucho el listón de lo que, en su opinión, deberían desembolsar los obispos, pues ha dicho que, por ejemplo, 50.000 euros, le parece “una cantidad demasiado baja, no es una cosa que sirve”. Es una valoración que deja en evidencia la mayoría de las compensaciones conocidas pagadas hasta ahora en la Iglesia española, muy lejos de esa cifra: una media de 10.000 euros, según los cálculos de este diario en base a las sentencias y casos conocidos. También en la propia orden del Papa, los jesuitas, que en España tienen tres tipos de tarifas, según la gravedad de la agresión, que solo van de 5.000 a 15.000 euros como máximo. Además, esta advertencia del pontífice llega justo en el momento en que la Conferencia Episcopal (CEE) está estudiando por primera vez cómo abonar indemnizaciones y su cuantía, un detalle que aún no ha querido revelar. En las iglesias de otros países tampoco se ha alcanzado ese importe. Según los cálculos de este periódico sobre los pagos en seis países, se ha abonado a cada víctima una media de 35.000 euros.
Francisco hizo esta reflexión este domingo hablando con los periodistas en su vuelo de regreso de Bélgica, donde ha estado este fin de semana. El escándalo de la pederastia ha protagonizado buena parte de su visita al país y tuvo que volver a hablar de ello en la tradicional rueda de prensa con los periodistas que viajan en el mismo avión. Ante una pregunta sobre las críticas de las víctimas hacia la falta de transparencia, el encubrimiento, la lentitud de la respuesta, la dificultad de obtener compensaciones económicas, el pontífice respondió: “Tenemos la responsabilidad de ayudar a las personas abusadas y de cuidarlas. Algunos necesitan tratamiento psicológico, debemos ayudarlos en esto. También se habla de indemnizaciones por esto, porque en derecho civil existe: creo que son 50.000 euros en Bélgica, no estoy seguro de la cantidad, es demasiado baja, no es una cosa que sirve. Debemos cuidar de las personas abusadas y castigar a los abusadores”.
Esta parte de la intervención del Papa apenas ha tenido eco en los medios, pero es importante porque nunca hasta ahora había afrontado la cuestión económica de forma tan directa. Si se toman como referencia los principales países católicos que ya han establecido mecanismos de compensación, las cifras van de un mínimo de casi 6.000 euros que ha pagado Bélgica de media a cada víctima, a los 62.245 por persona que ha desembolsado Irlanda, el país con los resarcimientos más elevados. Son datos recogidos en el informe de 2023 del Defensor del Pueblo sobre los abusos en la Iglesia en varios países. Irlanda ha abonado 62.245 euros de media; Australia, 53.000; Francia, 37.000; Países Bajos, 32.221; Alemania, 22.000; y Bélgica, 5.916. La media resultante de estos seis países es 35.397 euros. Precisamente, una carta enviada al Papa estos días por un centenar de víctimas de la Iglesia belga proponía “introducir un sistema universal de reparaciones, garantizado y aplicado por un organismo internacionalmente reconocido e independiente de la Iglesia”.
Irlanda, modelo de referencia
Irlanda es el modelo de referencia de las víctimas, también en España, porque una comisión creada en 2022 por el Gobierno ideó un criterio justo basado en la gravedad del abuso y sus secuelas. Los pagos mínimos parten de 50.000 euros y, en cinco categorías, llegan hasta los 300.000. La comisión atendió a 15.594 víctimas y pagó, en total, 970 millones de euros.
Estas cantidades hacen temblar a la Iglesia española, que si hiciera caso al Papa y pagara siquiera un mínimo de 50.000 euros debería afrontar un desembolso millonario. Las cifras de víctimas que admite la CEE son muy confusas, tras los graves errores que ha reconocido en los cálculos de su último informe, llamado Para dar luz, pero están en torno a un millar. En ese caso, supondría unos 50 millones de euros. Si bien este estudio introdujo una controvertida clasificación de los casos, como probados o no probados, que reducía solo a 155 los “probados” y a 203 los “no probados pero verosímiles”. Por el contrario, la base de datos que lleva EL PAÍS ya contabiliza 2.817 víctimas y 1.535 acusados.
La Iglesia española ha ocultado hasta ahora lo que ha ido pagando en indemnizaciones y lo que se sabe ha salido a la luz por las investigaciones de EL PAÍS y revelaciones puntuales. Por ejemplo, en la investigación del Defensor del Pueblo solo cuatro diócesis revelaron compensaciones: Mallorca (30.000 euros), Tui-Vigo (44.000), Cartagena (47.000, 600 y 25.000) y Vitoria (5.000). Lo cierto es que resarcir a las víctimas depende de la sensibilidad y disposición de cada obispo o superior religioso, no hay ningún criterio común. Hasta ahora cada uno va por libre y sin ningún control. Y los importes de referencia son los de los tribunales, que acuerdan compensaciones muy bajas y que en España tienen como referencia los baremos de los accidentes de tráfico.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.