El arzobispo de Burgos excomulga a las monjas clarisas de Belorado

El arzobispo de Burgos, Mario Iceta, ha declarado este sábado la excomunión de las diez monjas del monasterio de Belorado (Burgos) que rompieron con la Iglesia católica hace más de un mes y después de que este viernes, por esa escisión, no acudieran a comparecer ante el Tribunal Eclesiástico. Las religiosas, de la comunidad de clarisas de Belorado (Burgos) y Orduña (Vizcaya) rompieron el pasado mayo con la Iglesia Católica y El Vaticano, explicaron a través de redes sociales que se desvinculaban por estar enfrentadas con la estructura actual de la Iglesia, alegaron que la Archidiócesis de Burgos había obstaculizado la adquisición de un monasterio pese a haberlo acordado y, además, cargaron contra la deriva de la Iglesia. Hablaron de una persecución, renegaron del Papa Francisco y se acogieron a la Pía Unión del Apóstol San Pablo, considerada secta según la Iglesia Católica, y coordinada por Pablo de Rojas Sánchez-Franco, excomulgado en 2019 por Mario Iceta cuando este comandaba el obispado de Bilbao.

Tenían hasta las 14.00 de este viernes para presentarse ante el Tribunal Eclesiástico para declarar por esa ruptura que la Iglesia considera un delito de cisma, pero no lo hicieron y comunicaron por burofax al Arzobispado de Burgos su “unánime e irreversible posición” de esa salida de la Iglesia. Aseguraron que cualquier pena o sanción canónica, como la excomunión, eran para ellas “nulas”. En esa nota, fechada en Belorado este mismo viernes y divulgado a través de las redes sociales, las clarisas insistían en que su decisión era fruto de una “madura, meditada y consciente reflexión” y afirmaban que el Manifiesto Católico del 13 de mayo, firmado por la abadesa, fue refrendado por todas. Esa no comparecencia daba vía libre al Arzobispado de Burgos para conforme al Derecho Canónico declarar su excomunión, un decreto que tenía que firmar Iceta y que a lo que ha procedido este sábado.

El movimiento de las monjas ha sido liderado desde el primer momento sor Isabel de la Trinidad, madre abadesa de las clarisas, cuyo siguiente paso fue denunciar a Iceta hace tres semanas por abuso de poder, usurpación de la representación legal y vulneración del derecho de asociación. Ante ese panorama, las religiosas nombraron esta pasada semana una comisión mediadora para negociar una solución “pacífica y extrajudicial” al conflicto que mantienen con el Arzobispado de Burgos que “permita el reconocimiento de sus derechos personales y patrimoniales que están siendo expoliados por el Arzobispado”, añadía el comunicado que hicieron público este viernes.

La comisión, que está formada por el bufete de Santander Sarabia y Asociados, GTRS y el abogado Florentino Alaez, se puso ayer a disposición del Arzobispado para entablar una negociación. Según sus representantes legales, las clarisas no iban a comparecer al señalamiento al haberse separado de la Iglesia y entender que “no resulta por tanto competente el derecho canónico para conocer de ninguna cuestión relativa a este aspecto”.

El objetivo de los abogados era y es buscar una solución a la situación que están atravesando las monjas, que, según sus representantes, “se encuentran indefensas y sin ningún tipo de recursos”, como dijo ayer a EFE el abogado Diego Sarabia tras leer un comunicado en nombre de la comisión negociadora. Ahora, después de que al Arzobispado haya consumado la excomunión, se desconoce el siguiente paso de las religiosas, que aún no se han pronunciado.