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Feijóo trata de enfriar el debate de los vientres de alquiler tras el revuelo en la Iglesia y los sectores duros de la derecha

El líder del PP asegura ahora que “no es el momento” de abordar este asunto después de que la dirección popular se abriera a regular esta práctica

El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, a la izquierda, este jueves con el presidente de Portugal, Marcelo Rebelo de Sousa.
El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, a la izquierda, este jueves con el presidente de Portugal, Marcelo Rebelo de Sousa.Presidencia de la Republica

Un día después de que el PP abriera el melón de una posible regulación de los vientres de alquiler de carácter “altruista” en España, el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, ha tratado de enfriar un debate que ha soliviantado a la Iglesia y a los sectores más duros de la derecha. Desde Lisboa, de viaje oficial, el jefe de los conservadores defendió este jueves que aunque es partidario de “ordenar” esta práctica, “no es el momento”, a pesar del revuelo social que ha provocado la noticia de que la presentadora de televisión Ana Obregón, de 68 años, se haya convertido en madre por vientre de alquiler en EE UU. El giro del PP favorable a la regulación ha agitado al partido y a la Conferencia Episcopal, abiertamente contraria a estas prácticas, lo que presiona al líder popular, que ahora rebaja sus ambiciones.

El miércoles, al calor de la noticia sobre la maternidad de Ana Obregón, fuentes de la dirección del PP al más alto nivel transmitieron su voluntad de abrir un debate “sosegado y serio” para legislar los vientres de alquiler, ilegales en España, siempre que “no medie en ningún caso una contraprestación económica”. Esta posición suponía un giro en el PP, que hasta ahora se había mantenido en una calculada ambigüedad por la división interna en el último congreso del partido con debate ideológico, el de 2017. El cambio en la postura de los populares, que no fue consensuado internamente más allá del núcleo duro, según las fuentes consultadas por EL PAÍS, ha revuelto las aguas en la derecha y en los sectores sociales que tradicionalmente le son próximos, como la Iglesia católica. Al mismo tiempo, pone el foco en el PP con una posición que es controvertida en lugar de en los problemas del Gobierno, donde los populares quieren percutir para tratar de desgastarle. En consecuencia, este jueves, Feijóo volvió a mover ficha: después del paso adelante, dio un paso para atrás.

El líder del PP sigue defendiendo que hay que abrir el debate y ordenarlo, pero ahora no cree que se trate de una prioridad. “En España la gestación subrogada es ilegal, pero hay españoles que acuden a otros países, se traen a los bebés y se les inscribe como hijos en adopción o como hijos directos. Este debate hay que darlo. No hay un pronunciamiento del PP, sino decir que hay un debate que debemos ordenar”, sostuvo desde Lisboa. “No ahora, que no es el momento, pero ante un hecho social controvertido, lo que deben hacer los partidos es debatir. Lo que no puede ocurrir es que algo que es ilegal en España está admitido en algunos países y haya ciudadanos españoles que están inscribiendo a esos bebés como hijos directos o adoptados. Es evidente que el principal problema que tenemos en España no es cerrar este asunto, el principal problema es parar ya la sangría de excarcelaciones y rebaja de penas de los violadores y abusadores sexuales. Es lo urgente y prioritario”, zanjó.

En el PP, donde el giro de la dirección ha causado desconcierto, interpretan que la marcha atrás de Feijóo está relacionada con el revuelo que ha provocado el nuevo posicionamiento. “Nos íbamos a meter en un lío nosotros mismos, hay un sector en el partido, el más religioso, que es contrario; y además al PP no le interesa que la actualidad gire en torno a sí mismo, sino que hay que poner el foco en los problemas del Gobierno. Esto nos distrae”, analiza un dirigente, que percibe en el líder un intento de jugar a la “ambigüedad” con este asunto.

El PP ya se dividió en el congreso de 2017 entre partidarios y detractores de los vientres de alquiler y ahora los barones también revelan sus diferencias. Algunos, como el andaluz, Juan Manuel Moreno Bonilla, van más lejos todavía que Feijóo, mientras que otros líderes territoriales como el alcalde de Madrid, José Luis Martínez Almeida, están en contra de los vientres de alquiler.

El presidente de Andalucía, que en 2017 ya se posicionó entre los partidarios a regular esta práctica, apuesta claramente por propiciar ya una ley. “Creo que la Administración general del Estado tiene que dar respuesta en forma de norma a un fenómeno que es real, que existe, y que puede incluso generar una desigualdad entre los propios españoles, porque habrá algunos que tengan recursos y puedan optar por esta vía, y otros que no van a tener recursos y no lo podrán hacer”, reflexionó este jueves Moreno Bonilla. En cambio, el alcalde de la capital, que pertenece al sector más religioso del PP, se manifestó en contra de los vientres de alquiler, aunque está de acuerdo en discutir sobre los casos en los que no haya contraprestación económica.

Los obispos

Se trata, en todo caso, para el PP de un debate delicado, que suscita un rotundo rechazo en el electorado conservador religioso, como vinieron a recordar ayer los obispos españoles. “Ser madre no es un derecho, sino un regalo”, defendió el secretario general de la Conferencia Episcopal Española, César García Magán, informa Julio Núñez. En la rueda de prensa tras la reunión de la comisión permanente de los obispos, el también portavoz recalcó que “la madre gestante no es una incubadora” y recordó que, a pesar de que “comprende la situación de las mujeres que, lamentablemente, por distintas circunstancias no han podido tener un hijo”, existe un choque de derechos, entre “la madre que pide y la dignidad de la madre gestante y el niño”.

Del otro lado, el Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos (CGCOM) rechaza de forma general este tipo de gestación, si bien abre la puerta a que pueda admitirse en “casos muy excepcionales relacionados con la salud de la madre, sin ninguna contraprestación económica y con el control de la comisión competente del Ministerio de Sanidad”, según ha explicado este jueves Juan José Sendín, vocal de la Comisión Central de Deontología del Consejo

El debate político y social que ha detonado el caso de Ana Obregón sigue en máxima tensión y no atraviesa solo al PP. En el PSOE, cuya dirección es frontalmente contraria a los vientres de alquiler, dimitió ayer un dirigente de Baleares, Oriol Lafau, que no concurrirá en las listas electorales para el 28 de mayo después de conocerse que recurrió a un vientre de alquiler para ser padre. Solo Ciudadanos, partido que ha hecho bandera históricamente de esta causa, parece estar cómodo. La formación ha encontrado un hueco para coger aire y ayer volvió a registrar su propuesta de ley para regular esta práctica, que ya fue rechazada por el Congreso en 2019 por última vez, con la confianza de que pueda ser debatida de nuevo en el Parlamento el próximo mes de abril.

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