En el pueblo de España con más suicidios: “Ahora veo salir el sol, la gente debe saber que de esto se sale”
Alcalá la Real (Jaén) activa un plan que rechaza los tabúes y visibiliza la enfermedad mental para reducir el estigma
“Ahora veo salir el sol, la gente debe saber que de esto se sale, con mucho esfuerzo, pero se puede salir adelante”. Antonia Gutiérrez Nieto, de 50 años, camina por el paseo de los Álamos de Alcalá la Real (21.556 habitantes, Jaén) con una sensación de serenidad y de paz interior de la que pocas veces ha podido disfrutar en su vida. Hace cuatro años tuvo el último de sus recurrentes intentos de suicidio con una ingesta de medicamentos, pero su capacidad de resiliencia la ha llevado a salir del túnel en el que entró con apenas 18 años, cuando lo intentó por primera vez dando un volantazo brusco al coche que conducía su padre.
Toñi, como la conocen sus vecinos, no puede evitar emocionarse cuando piensa en todas las familias de su pueblo que tienen o han tenido algún miembro afectado por depresión o suicidio. “No hay consuelo para ellas, pero también creo que deben verlo como una oportunidad para intentar salir del agujero”, señala. Y sostiene que la mejor manera de hacer frente a esta enfermedad es “dándole visibilidad y dejando de verla como un tabú o una vergüenza”. Ella misma quiere predicar con el ejemplo y por eso ahora emplea parte de su tiempo en contar su experiencia y dar consejos a quienes le piden ayuda.
Con una tasa de 21 suicidios por cada 100.000 habitantes, Alcalá la Real lidera esta oscura calificación en todo el país, una incidencia que casi triplica la media nacional (8,45) o la media mundial fijada por la OMS, que es de nueve. “Es algo muy doloroso que los vecinos llevan con vergüenza y que acaba por estigmatizar a la población”, admite el alcalde, Marino Aguilera, muy sensibilizado con este asunto, que también él ha vivido de cerca en su familia.
En toda España, cada día 11 personas se quitaron la vida en 2021, con un total de 4.003 fallecidos, según los datos del informe Evolución del suicidio en España en este milenio (2000-2021), desarrollado por investigadores de la Universidad Complutense de Madrid, del Centro de Investigación Biomédica en Red de Salud Mental y del Hospital del Mar de Barcelona. El estudio revela que más de la mitad de las provincias presentan índices de suicidio por encima de la media, con Lugo, Zamora y Jaén a la cabeza.
Las estadísticas recogen que en Alcalá la Real se han producido 300 suicidios en las tres últimas décadas, el último de ellos el de Javi, un joven de apenas 18 años, en Nochebuena. En el pueblo es raro encontrar a alguien que no tenga algún conocido vinculado con esta lacra silenciosa. Toñi empezó a sufrir su particular calvario en la infancia: “Yo vivía con mucho miedo a mi padre y tenía una baja autoestima, algo que iba mermando mi estado mental”. Aunque logró salir pronto del infierno familiar, su situación tampoco mejoró al casarse —“No levantaba cabeza porque no tenía estabilidad emocional”, dice―. Se separó y con 23 años enfermó de una colitis ulcerosa, lo que la obligó a dejar de trabajar.
“En mi caso, no sé si enfermó antes la mente o mi cuerpo”, subraya esta alcalaína, que asegura que fue con 33 años cuando se dijo que hasta ahí había llegado. Desde entonces entró en una fase de episodios recurrentes (con intentos de poner fin a su vida de todas las maneras posibles) y con varias hospitalizaciones en el área de salud mental, un periodo que se prolongó hasta hace cuatro años. “Se necesita tener mucha motivación para salir de esto, y también la ayuda de la familia”, expone Toñi, que ahora tiene en su hija y sus dos nietas el principal bastión en el que apoyarse.
Informar para prevenir
Alcalá la Real es la cabecera de un triángulo maldito que se extiende a otras localidades de la sierra Sur jiennense y a la Subbética cordobesa y que tienen como perfil común el entorno montañoso y la dispersión geográfica, algo que, tradicionalmente, ha favorecido el aislamiento y dificultado las relaciones sociales. “Los factores sociales adversos sí que influyen sobre la salud mental y generan psicopatologías, pero existen más causas que pueden llevar a esa situación”, manifiesta el psiquiatra Ventura Olea Peralta, director de la Unidad de Salud Mental del Hospital Universitario de Jaén. La endogamia social y el efecto contagio son otros dos factores que históricamente se han vinculado con la elevada tasa de suicidios en estos municipios de las sierras de Jaén, Granada y Córdoba. Sin embargo, el doctor Olea rebate la tesis del contagio: “Actualmente, ante un problema de esta magnitud, hay que hablar, con información positiva, y al mismo tiempo establecer estrategias de prevención ante las personas que sufren cuadros de depresión”.
Precisamente, el Ayuntamiento de Alcalá la Real quiere abrir una nueva etapa para atacar este problema. “Si una tragedia se normaliza a base de silencio, al final el problema se enquista aún más”, señala el alcalde alcalaíno, que anuncia que el pueblo se va a llenar de carteles con mensajes en positivo alusivos a la depresión y la salud mental. Además, el municipio acaba de integrarse en la Alianza Europea contra la Depresión, un proyecto que nació en 2004 en la ciudad alemana de Núremberg y que trata de desestigmatizar el concepto social y de informar para prevenir.
El alcalaíno Benedicto Crespo, catedrático de Psiquiatría de la Universidad de Sevilla y director de la Unidad de Salud Mental del Hospital Virgen del Rocío, defendió que con esta alianza se persigue crear relaciones directas entre los especialistas de atención primaria y los diferentes grupos sociales susceptibles e involucrados en mejorar la detección y tratamiento de la patología depresiva, entre ellos farmacéuticos, trabajadores sociales, policías locales y otros voluntarios que quieran implicarse en la campaña de sensibilización e información que se va a poner en marcha.
Los expertos coinciden en la necesidad de reforzar la atención primaria, por donde pasan en los días previos el 20% de las personas que han tenido episodios de suicidio. Lo sabe bien Toñi Gutiérrez, que recuerda que tuvo que insistir varias veces en la consulta del especialista para que se la tuviera en cuenta. “Al principio se creían que yo quería llamar la atención”, asegura. E incide en la necesidad de abordar el asunto desde sus orígenes: “No se llega a un acto así si no hay una mecha que lo prenda”.
El componente genético y hereditario es otro de los factores que se baraja como causa para explicar la elevada tasa de suicidios en estas comarcas del sur de España. En la aldea de La Rábita (Jaén), 10 personas de una misma familia, aunque de tres generaciones diferentes, se quitaron la vida. Y en la vecina localidad de Priego de Córdoba ocurre algo similar: “En el barrio donde crecí recuerdo seis suicidios: una pareja mayor, el padre y hermana de un amigo, el de otra conocida con la que coincidía paseando a los perros y, hace un año, por desgracia, el hijo de 12 años de unos buenos amigos”, relata Manuel Molina, profesor en un instituto del municipio, donde se ha creado la Mesa para la Prevención del Suicidio, que intenta visibilizar el tema y ayudar en casos que se detecten. Desde la pandemia, preocupa especialmente el incremento entre los jóvenes.
Solo ocho comunidades autónomas tienen planes específicos contra el suicidio
La prevención y la atención a los problemas de la salud mental también ha desatado las alarmas en la Oficina del Defensor del Pueblo Andaluz, que ha instado a la Junta de Andalucía a que desarrolle un Plan Andaluz de Prevención del Suicidio “como instrumento de planificación participado, que permita solventar las carencias, fallas, lagunas e insuficiencias actuales en el enfoque de este problema sanitario y social, tanto respecto de las personas que presentan el riesgo como para la atención de las que sobreviven a una experiencia traumática de esta índole”, con un enfoque particularizado enfocado hacia la población infantil y juvenil, con otro “plan oportuno” —una novedad que no está desarrollada de manera explícita en ningún otro territorio nacional—, así como que se garantice la continuidad asistencial en el tratamiento sanitario de la salud mental “mediante prácticas de mejora en la coordinación y colaboración entre niveles, recursos y dispositivos, que permitan adoptar la respuesta más adecuada y eficaz a episodios agudos, especialmente en los casos de riesgo autolítico”.
En la actualidad solo ocho comunidades autónomas —Aragón, Galicia, La Rioja, País Vasco, Islas Baleares, Comunidad Valenciana y Extremadura— cuentan con planes específicos contra el suicidio, a los que en agosto de 2022 se sumó el Plan de Acción de Salud Mental 2022-2024, elaborado por el Gobierno central y que está cofinanciado por las comunidades autónomas.
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