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De charla en la caja de los supermercados para paliar la soledad

La cadena holandesa Jumbo amplía su servicio de cajas para abonar la compra sin prisas y favorecer así el contacto y la conversación ante el éxito de la iniciativa

Supermercados Jumbo soledad
En los supermercados Jumbo de Países Bajos han puesto en marcha las Kletskassa (la caja para charlar), donde el empleado que cobra está listo para entablar una conversación con el cliente.cedida
Isabel Ferrer

El programa elaborado por el Gobierno de Países Bajos para paliar el aislamiento no deseado se titula Eén tegen eenzaamheid (Unidos contra la soledad). Trata de favorecer la creación de una coalición nacional para abordar “un problema urgente y complejo”, y una idea de la cadena holandesa de supermercados Jumbo ha tenido gran repercusión. La empresa se ha sumado al esfuerzo gubernamental abriendo en sus tiendas un servicio que permite abonar la compra sin prisas. Bautizado como Kletskassa (La caja para charlar), es similar a las tradicionales, pero el empleado que cobra está listo para entablar una conversación con el cliente. Estrenadas en 2019, en estos momentos hay ya cajas lentas de esta clase en 123 sucursales de la firma en Países Bajos, y otras tres en Bélgica. El plan es llegar, por ahora, a 200. La dirección de Jumbo admite que el gesto es pequeño, pero lo consideran valioso “en un mundo marcado por la digitalización y la velocidad”.

El supermercado suele ser uno de los comercios más reconocibles del barrio, y hay personas solas que lo visitan un par de veces al día para sentirse en compañía de otros. En las sucursales de Jumbo, la Kletskassa no se diferencia estéticamente del resto de las instaladas a la salida del establecimiento. Sí está bien señalizada para que pueda encontrarse con facilidad.

En la cola que se forma allí a lo largo del día no hay malestar por una espera más larga, y los mayores pueden recoger su compra sin apuros. Mariska Bergmans, portavoz de la compañía, explica a EL PAÍS que se trata de “una empresa familiar y también una cadena, y juega un papel importante en la sociedad como lugar de encuentro para muchos”. Cuentan con más de 700 establecimientos.

“Nuestros empleados conocen el vecindario y ven con regularidad a los clientes, de modo que pueden percibir señales de que se sienten solos. Al abrir una de estas cajas, podemos ofrecer al que lo desee un poco de charla; un momento de contacto personal. La respuesta de los clientes que quieren usarlas es positiva, y también ha sido bienvenida por parte de los demás“, añade. A la hora de pagar, a partir de los 65 años, el 70% de los holandeses se fían más de los empleados del supermercado que de los sistemas de escaneo autónomo de productos, según datos de la consultora Growth from Knowledge (GfK), de mayo de 2022.

En septiembre pasado, el Gobierno de Países Bajos desveló que hay 1,3 millones de personas mayores de 75 años, en una población de 17,8 millones. Para 2030, está previsto que la cifra llegue a 2,1 millones. “La soledad incluye la sensación de abandono y de falta de intimidad, y el Ministerio de Salud, Bienestar y Deporte quiere señalar y abordar el problema porque más de la mitad de este grupo de población se siente así”, señala el documento que presenta el programa Unidos contra la Soledad.

Por otra parte, un estudio publicado en 2021 por la Universidad de Maastricht indica que los holandeses que reconocen una soledad profunda (1 de cada 10) generan mayores gastos sanitarios que los que no la padecen. “En conjunto, su situación cuesta a la red de salud cerca de 2.000 millones extra de euros al año”, calculan los autores del trabajo.

“Estas cajas lentas tienen una función, porque mucha gente que se siente sola va al supermercado con la esperanza de hablar con alguien. Si otra persona muestra interés por ellos, eso puede animarles”, dice Anja Machielse, filosofa y experta en empoderamiento de adultos vulnerables. En su opinión, un proyecto de esta índole “puede ayudarles a que ganen confianza y facilitar una conversación con otras personas”. Es posible que el usuario se desanime si un día no encuentra a su empleado favorito, “pero lo importante es que estos sean atentos y se tomen el tiempo necesario para charlar. Está claro que la gente valora este esfuerzo, sin necesidad de hacer un estudio científico”, señala.

Los dependientes que están a cargo de una Kletskassa pueden cumplir allí sus turnos y, según la misma portavoz, “a muchos les gusta hacerlo, y la buena recepción se debe a que se cumple un objetivo claro”. Por su parte, a los clientes que optan por este tipo de servicio “les complace ser atendidos de una forma distinta, y pueden hablar y llenar sus bolsas sin prisas”. En algunas sucursales se ha dispuesto a su vez un rincón, con mesa y sillas, donde se puede tomar un café gratis y conversar con otros clientes, o bien con un vecino si es que coinciden en el local.

Por otro lado, para instalar las cajas lentas se buscan los barrios donde la soledad pueda jugar un papel importante. A pesar de que esta iniciativa no tiene carácter científico, la Organización Mundial de la Salud (OMS) incluye “los grupos de apoyo a escala comunitaria y el contacto cara a cara”, entre los elementos que pueden contribuir a reducir la soledad entre las personas mayores. “Nos parece que podemos jugar [como establecimiento] un papel importante en la sociedad”, concluye la firma holandesa. Jumbo es la segunda cadena holandesa del ramo, después de Albert Heijn.

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