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La ‘ley trans’ supera su último debate en el Congreso antes de la votación: “Se despatologizan vidas”

El pleno de la Cámara baja dará previsiblemente luz verde a la norma este jueves tras un debate solo alterado por Vox, que ha acusado a la ministra de Igualdad de “corrupción de menores” por la educación sexual en los colegios

La ministra de Igualdad, Irene Montero, junto a la directora general de Diversidad Sexual y Derechos LGTBI del Ministerio de Igualdad, Boti García Rodrigo, a la salida del Congreso de los Diputados este miércoles. Foto: FERNANDO VILLAR (EFE) | Vídeo: EPV
Isabel Valdés

El debate en el Congreso durante la tarde de este miércoles apunta a que la llamada ley trans dará este jueves otro paso adelante y la mayoría del pleno votará a favor de una norma que ha supuesto una de las mayores fricciones dentro del Gobierno de coalición y la mayor fractura en la historia del movimiento feminista. La clave de la tensión: la libre autodeterminación de género —que una persona mayor de 16 años pueda cambiar solo con su voluntad su sexo en el DNI—, sobre todo en lo que respecta a los menores de 14 y 15 años. Sin embargo, después de meses de peleas públicas y privadas, en la calle, en los partidos y la coalición de Gobierno y en el Parlamento, la pasada semana la comisión de Igualdad dejó aparentemente zanjada esta cuestión, cuando decidió por mayoría que la redacción de la norma quedara como está actualmente: el cambio registral entre los 12 y los 14 con aval judicial; con consentimiento de padres, madres o representantes legales entre los 14 y los 16; y libre a partir de los 16.

Así, Unidas Podemos (UP) ganó ya en la comisión la batalla política que mantenía con sus socios de Gobierno y, por lo que se ha visto en las intervenciones de los grupos parlamentarios, también lo hará este jueves en la sesión plenaria. PNV, ERC, Junts, BNG, Más País, Compromís, Bildu y la CUP han marcado posiciones confirmando que votarán a favor de la ley. Aunque también hay cuestiones que la norma ha dejado fuera y que la mayoría de los socios minoritarios han recordado y por las que se han comprometido a “seguir luchando”, ha dicho Isabel Pozueta, de EH Bildu, que ha condensado esas cuestiones que no recoge el texto en los derechos de las “personas no binarias, o los límites a menores [por debajo de los 12 años], o a las personas inmigrantes que vienen huyendo de la discriminación en sus países”, al no dar facilidades para cuestiones burocráticas y documentos expedidos en España.

Solo el Partido Popular y Vox han roto el consenso de la Cámara. La ultraderechista Carla Toscano ha comenzado su intervención con la frase “la ideología de género”, y eso ha marcado la línea del habitual discurso: “adoctrinamiento”, “propaganda trans” y negación de la existencia de diversas identidades sexuales y de género. Ha llegado a acusar de “corrupción de menores” a la ministra de Igualdad, Irene Montero, por “las charlas en los colegios” sobre educación sexual; algo que después el diputado de Podemos Txema Guijarro ha pedido que se retire del Diario de Sesiones y que la presidenta de la Cámara, Meritxell Batet, ha confirmado que “se retirará”.

Los populares se han mostrado más moderados, pero “firmes” contra la ley, ha especificado Rosa Romero. La diputada ha señalado al Gobierno por llevar adelante una legislación que da “pasos atrás” en la lucha feminista y ha argumentado que asociaciones de mujeres, médicas y de familias, así como “madres con hijos con disforia de género [un término obsoleto desde 2018]”, están en desacuerdo. Un discurso que coincide con la parte del movimiento feminista en contra de la ley trans y también con parte del socialismo veterano, como la exvicepresidenta del Gobierno y ahora presidenta de la comisión de Igualdad, Carmen Calvo, públicamente contraria a esta legislación, sobre todo, en relación con los menores.

La intención de las socialistas era que el aval judicial que la norma recoge para los de 12 y 13 años se ampliara también a los de 14 y 15. Una enmienda que ha quedado fuera del texto y, como informaron la semana pasada diversas fuentes del PSOE, no han intentado volver a sacar adelante. Asumieron ya hace días que esa batalla está perdida y que la ley debía seguir adelante.

“Hasta este miércoles, los distintos grupos parlamentarios tienen tiempo para presentar enmiendas”, recordó durante la sesión del lunes 12 de diciembre la presidenta de la comisión de Igualdad, Carmen Calvo. Es decir, que lo que se vote este jueves en la Cámara baja aún podría haber tenido modificaciones. Sin embargo, como se preveía, era difícil que tras la decisión tomada en la comisión se produjera una votación en otro sentido en la Cámara baja, y una vez asumida la derrota por el PSOE, no hubiese cambios en cuestiones troncales de la norma. Así ha sido, tanto en cuanto a las modificaciones como en las posiciones de los partidos.

La única duda que podía sobrevolar, la posición del PSOE después de que su enmienda estrella decayera la pasada semana, la ha despejado la secretaria de Igualdad socialista, Andrea Fernández: “En más de 40 años, el PSOE ha acompañado y liderado los avances sociales. Ni les fallamos en el pasado, ni les fallamos ahora, ni les fallaremos en el futuro. Hoy lo volveremos demostrar, el grupo más importante, el más numeroso, en la aprobación de esta ley”.

Muchas más cuestiones

A pesar de haber estado mediatizada por la libre autodeterminación de género, la norma engloba muchos otros aspectos, no solo de las personas trans, sino del colectivo LGTBIQ. El proyecto de ley para la igualdad real y efectiva de las personas trans y para la garantía de los derechos de las personas LGTBI incluye medidas en el ámbito laboral, de la salud, educativo o administrativo con “el objetivo de desarrollar y garantizar los derechos de las personas lesbianas, gais, bisexuales, trans e intersexuales (en adelante, LGTBI) para asegurar que en España se pueda vivir la orientación sexual, la identidad sexual, la expresión de género, las características sexuales y la diversidad familiar con plena libertad”.

En su articulado también está la prohibición de las terapias de conversión, incluso cuando cuenten con el consentimiento de la persona interesada o de sus representantes legales; el acceso a técnicas de reproducción asistida dentro de la cartera de servicios comunes del Sistema Nacional de Salud para las mujeres lesbianas, bisexuales y aquellas sin pareja, que fue excluido hace siete años; y la filiación de los bebés para mujeres no casadas.

Una larga lista de medidas y derechos que los socios de coalición han dedicado no solo a los avances políticos, sino a “la lucha” de activistas, colectivos y organizaciones, algunas presentes en el hemiciclo.

“Esta ley repara una deuda histórica, despatologiza las vidas trans” y otorga “la libre determinación de género; no necesitáis tutelas ni testigos que os digan quiénes sois, nuestra obligación como Estado es reconocerlo y proteger esos derechos”, ha afirmado Montero, que ha acabado su intervención, la final en el debate, haciendo referencia a “las infancias trans, y a sus padres, madres, familias y amistades”. “Esta ley es también vuestra, sois el futuro, pero sobre todo sois el presente, y cuando esta ley finaliza su tramitación será un presente con más derechos para que crezcáis en una sociedad que os quiere, cuida y respeta”. Ese final pasará primero por la votación de este jueves en el Congreso y después, por su tramitación en el Senado.

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Sobre la firma

Isabel Valdés
Corresponsal de género de EL PAÍS, antes pasó por Sanidad en Madrid, donde cubrió la pandemia. Está especializada en feminismo y violencia sexual y escribió 'Violadas o muertas', sobre el caso de La Manada y el movimiento feminista. Es licenciada en Periodismo por la Complutense y Máster de Periodismo UAM-EL PAÍS. Su segundo apellido es Aragonés.

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