Sanidad convocará la mayor oferta de plazas MIR para paliar la falta de médicos en algunos servicios
Un nuevo real decreto fija los criterios para que la medicina de urgencias y la de enfermedades infecciosas sean reconocidas como nuevas especialidades
El Ministerio de Sanidad sacará un total de 11.112 plazas de Formación Sanitaria Especializada (FSE) en la próxima convocatoria para el curso 2022-2023, de las que 8.503 corresponden a médicos especialistas (MIR) y el resto a otras disciplinas sanitarias como Enfermería (1.953), Psicología (227) y Biología (60). Estas cifras suponen un incremento de plazas cercano al 5% y se plantean con el objetivo de paliar la falta de facultativos en algunas especialidades como medicina de familia y anestesia. De las nuevas plazas, 323 nuevas titulaciones corresponden a facultativos.
La propuesta ha sido analizada esta tarde en el seno del Consejo Interterritorial de Sanidad por el ministerio y las comunidades. “Se trata de la mayor oferta en la historia del Sistema Nacional de Salud”, ha destacado la ministra de Sanidad, Carolina Darias, tras la reunión.
La ampliación de las plazas en la próxima convocatoria de MIR ha coincidido en el tiempo con dos medidas de calado adoptadas recientemente por Sanidad y las comunidades. La primera ha sido la aprobación hace dos semanas de un decreto que hará fijos a 67.000 sanitarios y que, además, evita que se vuelva a acumular en el futuro una bolsa de precarios al limitar a tres años el tiempo máximo que un trabajador puede estar como interino. La segunda, publicada este miércoles en el Boletín Oficial del Estado (BOE), es un real decreto que modifica puntos importantes del acceso a las pruebas MIR, la formación de los facultativos y la creación de nuevas especialidades.
Uno de los puntos clave del nuevo Real Decreto es la ordenación del sistema de adjudicación de las plazas MIR. El texto acaba con la llamada “conformidad previa”, que daba a los hospitales universitarios privados la potestad de aprobar los médicos residentes que iban a desarrollar su formación en los centros. Igualmente, la norma abre la puerta a la eliminación de las notas de corte, el nivel mínimo que los aspirantes debían alcanzar en las pruebas MIR.
“Es algo que no tenía mucho sentido en la situación actual, porque quienes se presentan ya han aprobado el grado de medicina. El objetivo debe ser la ordenación en el acceso a las plazas disponibles, pero no la exclusión y dejar a médicos que necesita el sistema fuera. En todo caso, puede ser una herramienta a utilizar solo en algunos casos, cuando el número de aspirantes supere la oferta”, dice Gabriel del Pozo, secretario general del sindicato médico CESM.
La norma también establece que la selección de plazas de médico residente que hacen los aspirantes se hará por vía telemática y no presencial, como era tradicional. El cambio introducido este último año, que permitía ambas posibilidades, ha sido muy criticado por sociedades médicas y aspirantes, que en momentos del proceso se veían abocados a fijar sus preferencias sin poder saber qué plazas aún estaban libres. “La vía telemática puede ser útil, pero el Ministerio tiene la obligación de asegurar que los futuros residentes puedan elegir en tiempo real y sabiendo las plazas ofertadas. Es la mejor forma de asegurar una asignación eficiente de las plazas para cubrir mejor las necesidades del sistema sanitario”, afirma Domingo Sánchez, representante nacional de los médicos jóvenes en la Organización Médica Colegial (OMC).
“Es algo que nos afecta mucho. En el momento de elegir la plaza, es imprescindible que sepamos qué plazas están libres porque esto condiciona la elección y el futuro”, se suma Luciana Nechifor, presidenta del Consejo Estatal de Estudiantes de Medicina.
Otra de las novedades más esperadas en el sector que incorpora el nuevo Real Decreto 589/2022 son los criterios para crear nuevas especialidades médicas en la sanidad pública. El texto establece que para dar este paso será necesario demostrar que la nueva espacialidad “representa un extenso y diferenciado campo de la práctica en Ciencias de la Salud” y que “desarrolla un conjunto de contenidos y competencias” basadas en la evidencia científica y asistencial, entre otros puntos. Para dar luz a las nuevas especialidades será necesario que la iniciativa cuente con el apoyo de al menos siete comunidades autónomas y que finalmente sea aprobada por una mayoría de ellas.
Dos especialidades no reconocidas llevan mucho tiempo esperando este paso: la de enfermedades infecciosas y la de médicos de urgencias. “Es un día histórico para nosotros, llevábamos muchos años esperándolo. La especialidad de enfermedades infecciosas cumple ampliamente con los criterios que establece el Real Decreto y llevamos tiempo trabajando en ello, así que según los plazos establecidos pienso que puede ser una realidad que la primera promoción de especialistas en nuestro campo empiece a formarse en el año 2024″, afirma José Miguel Cisneros, portavoz de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (SEIMC).
La Sociedad Española de Medicina de Urgencias y Emergencias (Semes) ha anunciado por su parte que solicitará de forma inmediata el reconocimiento de esta especialidad. “Valoramos muy positivamente la aprobación del Real Decreto. Es inasumible asumir el reto de solucionar la actual crisis de la sanidad pública en España sin médicos especialistas en este campo”, ha defendido el presidente de la sociedad, Tato Vázquez Lima.
La nueva norma también establece una evaluación obligatoria para los profesionales y regula las llamadas “áreas de capacitación específica”, una especie de especializaciones dentro las especialidades. “Un ejemplo sería un cardiólogo que desarrolla su actividad asistencial en la cardiología intervencionista, la recanalización de todas las arterias a nivel coronario, con unas técnicas y procedimientos propios. Es algo que va más allá de la especialización general y el Real Decreto establece los criterios de formación y actividad que deben cumplir los profesionales que quieren acceder a ellas”, explica Gabriel del Pozo.
El Real Decreto también establece unas competencias comunes de formación transversal que serán “necesarias para el ejercicio profesional de los especialistas en Ciencias de la Salud, que deberán adquirirse en el periodo de formación”, según el texto publicado en el BOE. “Este es un punto positivo, aunque aún pendiente de desarrollar. La pandemia ha demostrado que es necesario que los profesionales dispongan de una formación básica común que permita a los profesionales disponer de los recursos y competencias para abordar de la mejor manera los retos asistenciales. La declaración que recoge el real decreto está bien, pero ahora hay que dotarla de los contenidos formativos que tendrán que ser aprobados”, defiende Domingo Sánchez.
Las nuevas medidas impulsadas por Sanidad vienen a ordenar un panorama que en lo referente a los médicos especialistas del Sistema Nacional de Salud (SNS) tiene actualmente algo de paradójico. España ha logrado desarrollar un sistema de formación especializada valorado por su calidad en la escena internacional en el que, además, invierte mucho dinero (la formación de un médico residente cuesta más de 50.000 euros al año). A la hora de desarrollar sus carreras, sin embargo, muchos profesionales se ven obligados a trabajar en precario, encadenando contratos de corta duración y con unas condiciones laborales y retributivas muy por debajo de las de países de nuestro entorno.
Por otra parte, el sistema sanitario sufre de una carencia importante de facultativos en varias especialidades, como médicos de familia, pediatras y anestesistas, entre otros. Una situación que no se debe a que falten profesionales —con 3,9 por 1.000 habitantes, España supera la media de 3,4 de la OCDE—, sino más bien a la falta de atractivo de algunas plazas, como la de médicos de familia en algunas zonas rurales, y a desajustes del sistema. Muchos médicos residentes, por ejemplo, cursaban esta especialidad pero luego optaban una vez terminada la residencia por trabajar en los servicios de urgencias de hospitales ante la falta de una especialidad en este campo.
El Consejo Interterritorial también ha debatido la posibilidad de incrementar las plazas ofertadas por las universidades españolas en la carrera de medicina, aunque esta iniciativa aún está en fases iniciales y no se ha adoptado ninguna decisión.
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