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El duelo de Parla por Cristina, asesinada por su expareja en vísperas de celebrar su 19º cumpleaños

Unas 1.000 personas se concentran en el parque Carlota Bustelo, donde el exnovio de la víctima la apuñaló la tarde de este jueves

Efectivos de Emergencias 112 Comunidad de Madrid, este jueves en el parque Carlota Bustelo de Parla.
Efectivos de Emergencias 112 Comunidad de Madrid, este jueves en el parque Carlota Bustelo de Parla.EMERGENCIAS 112 COMUNIDAD DE MADRID (EMERGENCIAS 112 COMUNIDAD DE MAD)

Una nube de silencio ha caído este viernes sobre el cruce del Viario de Ronda con la calle Carlota Bustelo, en Parla. Ha sido un silencio abrumador, de cinco minutos, en el que solo se oían los sollozos y los abanicos de los vecinos reunidos en el parque, donde un día antes Raúl apuñaló a Cristina. Hubiese cumplido 19 el lunes, y este fin de semana iba a celebrar su cumpleaños. Pero Raúl, de 20 años y su ya expareja desde hacía ocho meses, le apuñaló 17 veces en el tórax, el cuello y la cara. Después de medio día en el Hospital 12 de Octubre de Madrid, después de dos paradas cardiorrespiratorias de las que la sacaron los profesionales sanitarios, Cristina ha muerto en ese centro también este viernes. La concentración ha sido convocada por el Ayuntamiento de Parla en solidaridad con los familiares y amistades de Cristina.

A la concentración han acudido unas 1.000 personas, según estimaciones de la policía, entre ellos el alcalde de la localidad, Ramón Jurado Rodríguez. En todos sus rostros era evidente el amor y el cariño que le guardan a Cristina. “Simplemente, no tengo palabras para describir esto”, ha señalado Jurado Rodríguez, quien es amigo de la madre de la víctima. “Luchemos todos contra los mensajes de odio, contra los mensajes de negacionismo de la violencia de género, que nos llenen de rabia hoy”, ha dicho. También ha asistido Rosa María Braseo, presidenta de la Asociación Fibroparla, a la que también pertenece Maite, la madre de Cristina. Ella ha traído un ramo de flores que ha colocado en el centro del parque. Allí, otros vecinos han colocado velas, fotos de Cristina y pancartas. “Justicia para Cristina, ¡no a la violencia machista!”, reza una de ellas. La madre, Maite, no ha asistido.

El asesinato ocurrió este jueves, sobre las cinco de la tarde y en medio de un parque transitado, el Carlota Bustelo, en Parla, donde vivían ambos. Fueron varios vecinos de la zona quienes avisaron al 112 de lo que acababan de ver: un hombre había acuchillado a una mujer y había salido corriendo. No tardaron mucho en rodearlo las personas que caminaban por allí y los agentes. Amenazó con autolesionarse cuando se vio acorralado, y acabó haciéndolo, se apuñaló en el abdomen con el mismo cuchillo con el que acababa de apuñalar a Cristina. “Es el más atroz de los [crímenes machistas] que he vivido”, afirma Mercedes González, delegada del Gobierno en Madrid, que habla de “la rabia, la ira”, que presumiblemente existe detrás de estos asesinatos: “17 puñaladas, de tórax hacia arriba, en cuello y cara, es difícil de asumir”.

Un novio “violento” y “agresivo”

A ella la trasladó un helicóptero hasta el 12 de Octubre, donde ya llegó con lesiones cerebrales irreversibles. El agresor fue llevado al hospital Puerta del Hierro de Majadahonda, donde se encuentra en estado crítico, custodiado por la Policía. Cristina había dejado a Raúl el pasado otoño. Según fuentes de la investigación, tuvo que ver el comportamiento de él, “violento”, “agresivo”, y con “el mundo” en el que él se movía, el de las drogas. Ella no quería formar parte de eso, cuentan esas mismas fuentes. También dicen que él se negaba a “aceptarlo” y que “quizás”, el hecho de que ella hubiese empezado a salir con otro chico hace unos meses, agudizara “los celos”, una de esas expresiones de las relaciones tóxicas, que suelen asociarse al amor, pero que, sin embargo, constituyen un elemento que tiene que ver con la posesión y el control de la otra persona.

En los últimos días, ese control le había llevado a merodear por donde vivía y se movía Cristina, apuntan voces cercanas al caso. Ella nunca interpuso una denuncia, como no lo hacen la inmensa mayoría de víctimas de violencia machista. Según las estadísticas del Ministerio de Igualdad, en 2021, no lo hicieron el 80% de las mujeres asesinadas por sus parejas o exparejas. El miedo al agresor, a no ser creídas, por vergüenza, porque a veces no perciben la gravedad del riesgo, así funciona el ciclo de la violencia machista, cómo se da y cómo escala, a veces, no se identifica. Ni por las propias víctimas ni por su entorno.

Hace cinco meses, en Totana (Murcia), Johan Styven P. O., de 19 años, asesinó a Claudia Abigail Siguencia, de 17 años, en un trastero a dos plantas bajo el suelo, también con un cuchillo. Aquel asesinato movió algo de forma especial entre los habitantes de esa localidad y en la sociedad. Lluís Ballester, experto de la Universidad de las Islas Baleares en jóvenes, relaciones y su vínculo con la pornografía, explicaba en aquel momento el por qué en un reportaje en este diario. Decía que aunque toda violencia “es un fracaso social”, cuando se produce entre personas tan jóvenes se interpreta como un fracaso colectivo: “Como si tuviera que ver con algo que no hemos sabido hacer bien, en la familia, en la escuela, en la comunidad: dar apoyo, prevenir, entender lo que estaba pasando… A personas jóvenes que deberíamos proteger”.

Hasta ahora, son ya 24 las mujeres asesinadas en España por violencia machista en lo que va de año —contando este y el asesinato de una mujer en Dos Hermanas que se investiga como tal—, y 1.153 desde 2003, cuando comenzó la estadística oficial.

El teléfono 016 atiende a las víctimas de violencia de género y a sus familias o entorno las 24 horas del día, todos los días del año. El número no queda registrado en la factura telefónica, pero se ha de borrar la llamada del dispositivo. También se puede contactar a través del correo electrónico 016-online@igualdad.gob.es y por WhatsApp en el número 600 000 016.

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