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Después de tres dosis y de haber pasado la covid, ¿cuántas veces me puedo reinfectar?

Si el virus sigue evolucionando como hasta ahora, lo normal será contagiarse varias veces en la vida, pero no de forma grave

Covid
Mujeres en un parque de Terrassa (Barcelona) el martes.CRISTÓBAL CASTRO (EL PAÍS)
Pablo Linde

Cuando se descubrió el coronavirus que causa la covid, a principios de 2020, se creía que era posible erradicarlo, como pasó con su primo, el SARS. El tiempo desmintió esta hipótesis: ahora no solo está asumido que es un patógeno que ha venido para quedarse, sino que su comportamiento se parece cada vez más al del resto de coronavirus que conviven con los humanos, que causan catarros. La mayoría de los expertos cree que lo normal será infectarse varias veces a lo largo de la vida. “Si no sufre mutaciones que cambien su comportamiento”, apostillan siempre.

La clave está en la respuesta del sistema inmunitario. “Lo que se ha visto tras las vacunas y la infección natural es que la mayoría de las personas generan un pico de anticuerpos que dura unos meses, tres o cuatro”, explica Marcos López Hoyos, presidente de la Sociedad Española de Inmunología. Esto les blinda ante una nueva infección de la misma variante durante ese tiempo: no es imposible volver a coger la covid, pero sí muy improbable. Luego, los anticuerpos decaen, aunque gracias a las células T, el organismo sigue evitando la enfermedad grave en la gran mayoría de los casos.

A medida que pasa tiempo de la vacunación o de la infección (o de ambas), el virus también va mutando y esquivando las defensas (las que evitan el contagio), así que una persona que esté expuesta a él puede perfectamente contagiarse varias veces, como sucede con los catarros. Eso no quiere decir que el virus sea igual de grave que los que causan los resfriados. Al menos, no todavía. La sexta ola causó más de 12.000 muertes en España, lo que se parece a una temporada de gripe más bien virulenta.

Los casos que se están produciendo ahora en España son de la variante ómicron, pero distintos a los que entraron en el país a finales del año pasado. Es claramente mayoritario el sublinaje BA.2; esporádicamente, también se encuentran otros, como el BA.1, el BA.3 y, más raramente, el BA.4 y BA.5, según los informes del Ministerio de Sanidad.

El problema para hacer un seguimiento exhaustivo de estas mutaciones es que desde hace casi dos meses ya no están indicadas pruebas diagnósticas para los casos leves de personas sanas por debajo de 60 años. Por lo tanto, se hacen muchas menos secuenciaciones y es muy complicado documentar reinfecciones. Pero se producen.

Incluso es posible que una persona que se infectó de ómicron en la sexta ola se contagie ahora con uno de estos sublinajes. “Todavía es un poco temprano, pero puede pasar, porque las variantes cambian y escapan a la inmunidad adquirida, ya sea natural o de la vacuna”, asegura López Hoyos. “Estamos viendo muy buena respuesta celular, así que no se está produciendo una especial gravedad. Es cierto que está muriendo gente, pero en la mayoría de las ocasiones, por descompensaciones de enfermedades previas”, añade.

La que podría considerarse séptima ola del coronavirus en España está estancada. El viernes marcó una incidencia en mayores de 60 años, los únicos entre quienes se mide la enfermedad, de 848,6 por 100.000 habitantes, prácticamente los mismos que hace una semana. Y, pese a que han desaparecido casi todas las medidas de protección frente al virus, la ocupación en las UCI no ha subido: de hecho, hay menos personas ingresadas que antes de Semana Santa, el momento en que los casos empezaron a crecer de nuevo. Esto refuerza la teoría de que las defensas más profundas siguen protegiendo a la mayoría.

No existe, sin embargo, un buen indicador de fallecimientos en tiempo real. Es una estadística que acumula muchos retrasos y solo se puede medir con cierta fiabilidad tras unas semanas. Lo que se ve al echar la vista atrás es que siguen muriendo en España decenas de personas diarias por covid. ¿Cómo es esto posible si los ingresos en UCI prácticamente no aumentan? Las personas muy frágiles, en general ancianos de muy avanzada edad, no suelen ingresar en estas unidades, ya que a menudo supondría un ensañamiento terapéutico con muy pocas probabilidades de éxito. Personas de estas características, con un sistema inmunitario también muy debilitado, sí están sucumbiendo al virus.

Para algunos ancianos, que han estado muy protegidos durante las primeras olas, es frecuente que esta sea su primera infección. Pero tampoco es raro que vuelvan a enfermar después de haberlo superado en alguna de sus primeras variantes.

A la espera de nuevas mutaciones

Lo que sucederá en el futuro dependerá de las mutaciones que sufra el patógeno, según José Jiménez, que investiga coronavirus y otros virus emergentes en el Departamento de Enfermedades Infecciosas del King’s College de Londres. “Estamos viendo que el número de reinfecciones con la variante ómicron es mucho mayor que con las anteriores. Por otro lado, también hay que tener en cuenta que la reinfección con otros coronavirus humanos causantes del resfriado común es frecuente y que la protección que se consigue con las vacunas o una infección previa disminuye con el tiempo”.

Javier Arranz, portavoz de Enfermedades Infecciosas de la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (semFYC) es de la misma opinión y cree que muy probablemente la evolución de esta enfermedad seguirá esos mismos derroteros: “Tenemos que asumir que va a haber suficientes mutaciones como para que se puedan saltar la inmunidad y te puedas volver a infectar, aunque normalmente sea de forma leve”.

Para ejemplificar su visión de lo que puede estar por venir, Vicente Martín, de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (Semergen), parafrasea un dicho que se utiliza para los motoristas, de quienes se dice que hay dos grupos: los que se han caído y los que se caerán. “Con el coronavirus están los que la han pasado, los que la pasarán y los que lo harán varias veces a lo largo de su vida, algo que será muy frecuente”.

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Sobre la firma

Pablo Linde
Escribe en EL PAÍS desde 2007 y está especializado en temas sanitarios y de salud. Ha cubierto la pandemia del coronavirus, escrito dos libros y ganado algunos premios en su área. Antes se dedicó varios años al periodismo local en Andalucía.

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