Los españoles aprueban el funcionamiento de la sanidad pública, aunque consideran que necesita cambios
Los votantes del PP son los que más valoran la actividad del sistema aunque, junto con los de Vox, son los que más prefieren ir a la privada, según el Barómetro Sanitario del CIS
La mayoría de los españoles da un aprobado al funcionamiento de la sanidad pública, aunque la necesidad de cambios en el sistema es una demanda también mayoritaria entre los ciudadanos, según el Barómetro Sanitario del Centro de Investigaciones Sociológicas publicado este jueves. La encuesta revela que en una escala de 1 a 10, que va de “muy insatisfecho/a” a “muy satisfecho/a”, el 71,5% de los españoles aprueba el funcionamiento del sistema, aunque de ellos solo un 13% da las dos notas más altas (9 y 10). En el otro extremo, los que puntúan con un 1 o un 2 son el 5,5%. La nota media es del 6,46, cerca de medio punto menos que en el anterior Barómetro, realizado en 2019 (antes de la pandemia).
Los votantes del PP son los que valoran más positivamente la marcha de la sanidad pública entre los partidos de ámbito estatal. El 21% considera que “en general, funciona bastante bien”, porcentaje que se reduce al 13% entre los del PSOE y al 9% entre quienes afirmaron haber depositado una papeleta de Unidas Podemos o Vox. Los porcentajes son más similares cuando la respuesta es “funciona bien, aunque son necesarios algunos cambios” y, en cambio, vuelven a diferir con las valoraciones negativas. El 30% de los votantes del PP consideran que “necesita cambios fundamentales, aunque algunas cosas funcionan” o “funciona mal y necesita cambios profundos”, porcentaje que se eleva al 34% entre los que apoyan al PSOE, 44% entre los que votan a Vox y el 46% entre quienes apoyan a Unidas Podemos.
Estos datos contrastan con las preferencias a la hora de elegir la titularidad del centro en el que ser atendido. El 82% de quienes votan a Unidas Podemos prefieren un centro público frente al 17% que optarían por uno privado, unos porcentajes que son del 78% y 20% en quienes apoyan al PSOE, del 67% y el 30% entre los que lo votan al PP y del 49% y 46% en los de Vox.
Las consultas con los médicos especialistas son las que, previsiblemente por las largas demoras, menos atraen a los encuestados en la sanidad pública. En caso de poder elegir, el 40% de los ciudadanos preferiría acudir a uno de la sanidad privada, porcentaje que se reduce al 29% en el caso de los facultativos de atención primaria, al 24% en el caso de una urgencia y al 20% si tuviera que ser hospitalizado.
El tiempo que tardan en ser atendidos por el médico de cabecera es una de las razones de disgusto de los encuestados a la hora de valorar la atención primaria. En el 11% de los casos, la consulta pudo hacerse el mismo día que fue solicitada y el 13% al día siguiente, pero más de la mitad del resto de ocasiones la espera fue de siete días o más. La valoración de la asistencia recibida, sin embargo, es muy buena, con una nota media entre el 7 y el 8 (sobre 10) en todas las variables y solo algo menor (un 6,8) en el tiempo que el médico les puede dedicar.
Las consultas telefónicas que se han extendido en la red de atención primaria a causa de la pandemia no convencen a muchos españoles. El 72% está de acuerdo o muy de acuerdo en que son más cómodas para los facultativos, porcentaje que desciende al 45% si se tiene en cuenta al paciente.
El 38% de los ciudadanos ha necesitado acudir al servicio de urgencias en los últimos 12 meses, de los que la gran mayoría (cuatro de cada cinco) ha ido a un centro público. El 29% valora la asistencia recibida como “muy buena” y el 50% “buena”, mientras que solo el 6% la consideran “mala” o “muy mala”.
El 40% de los ciudadanos han sido atendidos por un especialista de la sanidad pública en el último año; el 22% de los cuales pudo hacerlo menos de un mes después de la cita pedida por el médico de cabecera, el 41% en un plazo de 1 a 3 meses y el 36% en más de tres meses. En el 3% de los casos, la consulta estaba relacionada con la pandemia. La valoración que los pacientes hacen de la asistencia recibida una vez en la consulta va del 7,3 al 7,8, según la variable preguntada, y solo el 4% de los encuestados consideran que esta ha sido “mala o muy mala”.
Los ciudadanos que han estado ingresados en un hospital público en los últimos 12 meses son el 7% de la población (1 de cada 20 por el coronavirus). Este es el nivel asistencial mejor valorado por los pacientes, que otorgan una nota superior al 8 y cercana al 9 cuando se trata de puntuar la atención recibida por el personal médico y de enfermería. Solo el 1,1% de los atendidos valora la asistencia recibida como mala o muy mala. El número de personas con las que tienen que compartir habitación es lo que menos gusta a los encuestados. Al ser preguntados sobre ello, la nota desciende al 6,96.
Los españoles consideran que debe mejorarse la comunicación entre los distintos niveles asistenciales de la sanidad pública. El 40% cree que esta es muy buena, el 33,5% que es regular y el 22% mala o muy mala.
Las listas de espera siguen siendo una de las mayores preocupaciones de los encuestados y el 42% contesta que han empeorado en el último año frente al 11% que dice que han mejorado.
La campaña de vacunación frente al coronavirus ha sido percibida por la población como un éxito del sistema, con el 80% de la población considerando que merece una nota de un 8 o superior y solo el 2% dándole una nota negativa.
Aunque la aprobación es bastante homogénea en todas las franjas de edad, son los más jóvenes los que muestran mayor insatisfacción con el funcionamiento de algunas variables. Dos tercios de ellos se inclinarían por un médico de la sanidad privada si pudieran elegir a la hora de acudir a la atención primaria o especializada.
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