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El cantante R. Kelly, declarado culpable de abuso y tráfico sexual y crimen organizado por un tribunal de Nueva York

La estrella del R&B de los años 90, intérprete del superéxito ‘I belive I can fly’, se enfrenta a una condena de varias décadas de cárcel

Foto de junio de 2019 de R. Kelly, tras comparecer en un tribunal de Chicago.
Foto de junio de 2019 de R. Kelly, tras comparecer en un tribunal de Chicago.NUCCIO DINUZZO (AFP)
Nueva York -

El cantante estadounidense R. Kelly, intérprete del superéxito I belive I can fly, ha sido declarado culpable este lunes de crimen organizado y tráfico sexual tras un juicio de seis semanas que ha tenido lugar en Nueva York, en el que decenas de personas testificaron contra él. Según han informado medios locales, el jurado anunció su dictamen después de nueve horas de deliberaciones, y supone que el que fuera una estrella del R&B en la década de los 90, que apenas reaccionó a la decisión, se enfrenta a una condena que puede sumar varias décadas en la cárcel.

R. Kelly fue acusado por la Fiscalía del Distrito Este de Nueva York de delitos de crimen organizado, coacción y transporte de mujeres y niñas para realizar actividades sexuales ilegales en Estados Unidos durante dos décadas, cargos similares a los que afronta en Chicago, donde estuvo entre rejas desde su detención en 2019 hasta junio pasado.

En el juicio en Nueva York, la acusación interrogó durante cuatro semanas al menos a 10 mujeres que dijeron haber sido objeto de abusos de Robert Sylvester Kelly, de 54 años, y a decenas de testigos más que detallaron un continuo patrón de abusos. Las mujeres describieron sobre el estrado a una carismática celebridad que frecuentemente escogía a jóvenes víctimas que asistían a sus conciertos, a quienes a veces asaltaba sexualmente entre bambalinas minutos después del espectáculo.

Ilustración de la comparecencia del Kelly en Nueva York.
Ilustración de la comparecencia del Kelly en Nueva York.Elizabeth Williams (AP)

Los testimonios también revelaron abusos prolongados por parte de Kelly contra sus parejas, a quienes golpeaba, forzaba que le llamaran “daddy” (papi), controlaba su manera de vestir, cuándo podían usar el baño o comer, cómo interactuaban con otros hombres y si podían salir de las habitaciones de residencias u hoteles en las que las retenía. Además, destaparon que R. Kelly utilizaba a toda una red de empleados para ayudarle en sus esfuerzos de captar a jóvenes chicas, aislarlas e intimidarlas.

La abogada Gloria Allred, representante de varias de las víctimas, aseguró que Kelly es el “peor depredador sexual” que ha visto durante su larga carrera profesional. “Para empezar, usó el poder de su estatus como celebridad para reclutar a menores vulnerables con el objetivo de abusar de ellas sexualmente”, dijo Allred a la prensa frente a los tribunales, poco después de conocerse la sentencia.

La letrada subrayó que no se trataban de simples relaciones entre una persona joven y otra más adulta, como argumentó la defensa de Kelly, sino que eran “crímenes cometidos contra niñas y algunas adultas”. La semana pasada, el artista decidió no testificar durante el proceso judicial, en el que sus abogados intentaron desacreditar las acusaciones de abuso sexual mediante varios de sus antiguos empleados, que aseguraron no haber visto nunca esos comportamientos y que llegaron a calificarlo de “caballeroso”.

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