Los niños son ya el grupo en el que más se propaga el coronavirus, que sigue en caída en todas las edades
Pfizer anuncia buena protección de su vacuna para la población entre 5 y 12 años, lo que acerca la posibilidad de inmunizar a los pequeños
Los virus circulan entre la población de forma similar a la lava sobre una ladera: va buscando los caminos más propicios para seguir su senda, aquellos donde tiene menos obstáculos para propagarse. Los menores de 12 años, los únicos sin vacunar, se han convertido en el grupo por el que más circula el coronavirus, cuya propagación sigue a la baja en todas las franjas de edad, incluida esta. La incidencia acumulada entre los más pequeños era este lunes de 123,3 casos por cada 100.000 personas en los 14 días previos, mientras que la media de toda la población se situaba en 83,4 casos.
No se le puede echar la culpa de esta menor disminución de la incidencia a los colegios, insisten los pediatras y epidemiólogos consultados, ya que desde la incorporación a las aulas apenas ha dado tiempo a que los contagios que se produzcan en ellas se trasladen a las estadísticas. Todos señalan que lo más probable es que la razón para acumular la mayor incidencia es que son el único colectivo que todavía no ha sido vacunado. Para los menores de 12 años no hay por el momento un fármaco aprobado, aunque la farmacéutica Pfizer ha anunciado este lunes que los ensayos demuestran que su formulación para pequeños de entre 5 y 12 funciona igual de bien que en edades superiores. Aún no ha publicado el estudio que pruebe esta afirmación, que deberá ser revisado por las agencias reguladoras (primero la estadounidense y luego la europea) antes de su aprobación oficial.
Federico Martinón, jefe del Servicio de Pediatría del Hospital Clínico Universitario de Santiago y asesor en vacunas de la Organización Mundial de la Salud, explica que puede haber varias circunstancias que propicien que ahora sean los niños el grupo que más contagios registra. “Es difícil interpretarlo. No me extraña que haya más infecciones en los no vacunados, y más en verano, donde hubo gran circulación del coronavirus y los niños se infectaron en casa coincidiendo con la relajación de las normas en su entorno inmediato, probablemente contagiados por sus padres”, señala.
Con la vuelta a las aulas el protocolo marca que a cualquier niño con síntomas respiratorios se le hacen pruebas para detectar el coronavirus. “Podemos estar diagnosticando mucho covid porque los estamos buscando activamente. A los colegios no los culparía de nada, y menos tan pronto. Al contrario, si funciona como el año pasado, tendremos reducción en ese grupo de SARS-CoV-2 y otras infecciones estacionales”, añade Martinón.
Quique Bassat, epidemiólogo de la Sociedad Española de Pediatría, cree que es “esperable” que el virus circule entre niños por ser el único grupo sin vacunar. “Estoy siguiendo casos en escuelas y no hay gran número reportado aunque hay solo una semana de actividad”, asegura. Francisco Álvarez, experto en vacunas de esta misma sociedad, indica que esa mayor circulación entre niños también se vio este verano en Estados Unidos, con la salvedad de que en este país las tasas de vacunación son menores en las demás franjas de edad. Álvarez confiesa que no se sabe exactamente cómo incidirá el virus entre la infancia en las próximas semanas.
Pese a la vuelta a la actividad del mes de septiembre, la curva de contagios sigue cayendo en todas las edades. Lo hace en los niños, de forma un poco más lenta, y algo más acusada entre aquellos grupos que protagonizaron la mayoría de infecciones durante el verano: los adolescentes y jóvenes. En líneas generales, la incidencia es menor conforme avanza la edad: entre los veinteañeros está en 87,7; en treintañeros en 87,1; en cuarentañeros en 82,6; baja a 66,1 entre personas de entre 50 y 59; los sexagenarios marcan 63,6 y los septuagenarios, 63,7. En mayores de 80 la cifra se sitúa un poco más alta, en 89,1 casos por 100.000 habitantes.
Los expertos están atentos a que la tendencia de la curva cambie en lo que podría ser el inicio de una sexta ola, pero coinciden de forma prácticamente unánime en que ya no será como las anteriores. Con la gran mayoría de la población vacunada (un 75,9% el lunes) es más complicado que la presión asistencial se vea comprometida por los casos de covid. Ya en la quinta ola, que arrancó con solo un tercio de los españoles con la pauta completa, la mayoría de los hospitales pudieron continuar con su actividad rutinaria y la letalidad del virus fue siete veces menor que en el resto de la pandemia. Es de prever que en futuros repuntes de los contagios, estas cifras mejoren.
Más cerca de una vacuna infantil
El anuncio de Pfizer de buenos resultados de su vacuna infantil acerca la posibilidad de inocular también a los niños. Aunque por el momento se trata de una mera declaración que tiene que ser revisada por las agencias, hasta ahora han ratificado todos los anuncios que ha hecho la farmacéutica en lo relativo a vacunas frente a la covid. El escenario previsible es que entre finales de octubre y principios de noviembre las autoridades estadounidenses y europeas den el visto bueno al fármaco.
Esto no quiere decir que los niños vayan a recibir automáticamente la inyección. En el caso de España, el Gobierno estará atento a lo que dictamine la Agencia Europea del Medicamento. Cuando la apruebe, la Ponencia de Vacunas, un grupo de expertos que asesora al Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud, se tendrá que pronunciar sobre si recomienda o no el pinchazo a los pequeños. En ellos, el riesgo de enfermar gravemente o morir es sumamente reducido, así que los beneficios de una vacuna no están tan claros como para los adultos.
Desde que comenzó la pandemia en España han sido hospitalizados 3.259 niños menores de 10 años, uno de cada mil diagnosticados; 170 han pasado por cuidados intensivos y 16 han fallecido por culpa del coronavirus, según los últimos datos del Instituto de Salud Carlos III.
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