Castilla-La Mancha propone el fin de las mascarillas en exteriores para julio y Madrid estudia la posibilidad
Sanidad baraja ya un cambio en la legislación vigente, que prohíbe no llevar cubrebocas
Castilla-La Mancha quiere poner fecha al fin de las mascarillas en exteriores. Será en julio, según ha anunciado el presidente de la comunidad, Emiliano García-Page, en el acto institucional por el Día de la Comunidad, este 31 de mayo. “Tenemos la firme determinación de suprimir la mascarilla en espacios abiertos, en espacios públicos”, ha afirmado Page, que ha matizado después el anuncio: “Lo queremos hacer con la coherencia nacional que nos caracteriza, planteándoselo al Gobierno y al resto de las autonomías para que sea una decisión que maduremos en las próximas semanas”. Por el momento y mientras dure la pandemia, las mascarillas son obligatorias en todo espacio público cerrado o abierto, con o sin distancia de seguridad.
El director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias (CCAES), Fernando Simón, ha dicho este lunes que “incluso antes” de alcanzar el principal objetivo de vacunación que se ha marcado el Gobierno —el 70% de la población con al menos una dosis, que Pedro Sánchez estimó que se podría alcanzar el 18 de agosto— “el uso de las mascarillas en algunos lugares concretos no sea ya necesario”. “Si la evolución sigue siendo la actual, si la gente es consciente de que todavía hay que mantener las medidas de control y respetar las medidas podría ser posible que a mediados o finales de junio y, casi con seguridad, a finales de julio las mascarillas en lugares abiertos no sea necesaria”, ha comentado.
Esta obligatoriedad la recoge la Ley 2/2021, de 29 de marzo, que establece pocas excepciones: para personas con alguna enfermedad a las que perjudique el uso de esta protección, para hacer deporte individual al aire libre y en casos que no están concretados, bajo el siguiente enunciado: “Cuando por la propia naturaleza de las actividades, el uso de la mascarilla resulte incompatible, con arreglo a las indicaciones de las autoridades sanitarias”. Los expertos consultados entonces por EL PAÍS, cuando se aprobó la norma, aseguraban que bañarse o comer no es compatible con usar la mascarilla, pero estar en un espacio abierto como una playa, sí.
La situación epidemiológica de los territorios hace tres meses no es la actual. Aunque el dato de casos por cada 100.000 habitantes en los últimos 14 días no es muy distinto —el 29 de marzo la incidencia acumulada en España era de 149, y el pasado viernes marcaba 124—, sí lo es la evolución de la pandemia en los territorios. Ahora, los nuevos contagios son cada vez menos, la presión en el sistema sanitario se reduce de forma constante y la campaña de vacunación ha cogido ritmo. “Esto nos lleva a ser enormemente positivos, no me atrevo aún a decir optimistas”, ha dicho Page respecto a las vacunas.
Poco después, también la Comunidad de Madrid ha anunciado que está estudiando la posibilidad de suprimir los cubrebocas en espacios abiertos. Lo ha hecho la presidenta en funciones, Isabel Díaz Ayuso, en declaraciones a los medios en Madrid Fusión. La presidenta de Baleares, la socialista Francina Armengol, ha dicho este lunes que la decisión se tendrá que tomar “de forma compartida y según la incidencia de cada comunidad”. “En Baleares no estamos todavía en la decisión de que haya que quitar la mascarilla. En el momento que sea posible optaremos por empezar quitando la mascarilla en el exterior”, ha añadido.
En este contexto de bajada de la incidencia, Sanidad ya baraja relajar la obligatoriedad de la mascarilla en exteriores, cuando se pueda cumplir con la distancia de seguridad. Pero para ello tendrá que revocar la norma en vigor. El Gobierno puede utilizar para esto la fórmula del real decreto ley que sustituya a la vigente y este tendría que ser ratificado en el Congreso en un plazo de 30 días. Este planteamiento, dice Jesús Fernández, consejero de Sanidad de Castilla-La Mancha, ya está sobre la mesa. “Aunque no en reuniones oficiales, sí ha habido aproximaciones y se habla, está en el ambiente”, asegura. La región, explica Fernández, quiere “compartir con el Gobierno central y las autonomías que se trabaje para que en exteriores, un año más tarde [de su obligatoriedad], se pueda prescindir de ella”. Aunque, añade, son “conscientes” de que en interiores seguirán siendo necesarias.
La norma incluyó esa cláusula por una enmienda que presentó el grupo socialista en el Senado a principios de marzo, solo unas semanas antes de su aprobación. Pero una vez vigente, la ministra de Sanidad, Carolina Darias, dijo que estaba “desfasada”. Su departamento creó una mesa técnica con las comunidades autónomas para tratar de interpretar de forma más flexible esta norma y permitir que en entornos como playas con distancia no fuera obligatorio el cubrebocas. De facto, esto se está aplicando en la mayoría de comunidades, pero la ley sigue vigente y una interpretación rigurosa no da lugar a esta licencia.
¿Qué ocurrirá si en julio la legislación no ha cambiado? El consejero castellanomanchego recuerda que el pasado año su obligatoriedad fue imponiéndose por regiones: “Ocurrió entre el 9 de julio, que lo hizo Cataluña, y el 13 de agosto, que lo hizo Canarias, y en medio lo hicimos todas las demás. Igual ocurre algo parecido, que habrá autonomías que nos lo sigamos planteando, pero lo mejor es ir de la mano”. Para ello, ahonda, “ha de pasar por la Comisión de Salud Pública primero e ir después al Consejo Interterritorial de Salud”, algo que prevé que suceda la próxima semana.
