Sanidad busca un resquicio legal para rebajar la norma del uso de las mascarillas
El Consejo Interterritorial pacta crear una mesa técnica para estudiar formas alternativas de interpretar la ley que exige llevar cubrebocas aunque haya distancia de seguridad en exteriores
El Ministerio de Sanidad y las comunidades autónomas han acordado crear una mesa técnica para interpretar la ley que endurece el uso de mascarillas en todo momento, publicada el martes en el Boletín Oficial del Estado (BOE). Fuentes conocedoras de las deliberaciones del Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud, celebrado este miércoles en Valladolid, explican a EL PAÍS que en la reunión se ha debatido sobre el contenido de esta nueva norma que, en algunos aspectos, ha quedado “obsoleta”, según han manifestado varios participantes. La mesa técnica tratará de dilucidar qué tipo de excepciones puede haber al uso de la mascarilla y cómo se pueden reglamentar, algo que ya estaban regulando las comunidades autónomas antes de la entrada en vigor de la ley.
La ministra de Sanidad, Carolina Darias, ha comparecido tras la reunión para explicar que se trabajará en “elaborar criterio técnico para la aplicación de la ley”. “Espero que [de aquí al próximo Consejo Interterritorial] podamos encontrar espacio para poder aplicar esta ley, hacerlo de la más armonizada posible y de la manera más contextualizada posible”, ha señalado. “La mascarilla es de uso obligatorio, pero tenemos que estudiar si la ley nos deja margen de actuación”, ha añadido ante la insistencia de las preguntas de los periodistas.
El nuevo reglamento solo exime de llevar mascarilla en espacios públicos, ya sea abiertos o cerrados, con o sin distancia, a personas con alguna enfermedad a las que perjudique el uso de esta protección, para hacer deporte individual al aire libre y en casos que no están concretados, bajo el siguiente enunciado: “Cuando por la propia naturaleza de las actividades, el uso de la mascarilla resulte incompatible, con arreglo a las indicaciones de las autoridades sanitarias”. Esto se aplicaría por ejemplo para bañarse en la playa o en una piscina, pero no sería fácilmente encajable para estar por ejemplo en la playa fuera del agua, según ha explicado a este periódico José Martínez Olmos, que fue director general de Sanidad.
La norma “habilita al Gobierno y a los ministros de Sanidad y de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, en el ámbito de sus competencias, para dictar las disposiciones necesarias para el desarrollo y ejecución de lo dispuesto” en la ley. Una de las posibilidades que tendrá que estudiar la mesa técnica es si en ese desarrollo caben excepciones adicionales, señala Manuel Moreno, doctor en Derecho Administrativo de la Universidad de Málaga.
En otro caso, si las comunidades o el ministerio consideran que la norma ha quedado “obsoleta”, tal y como han manifestado algunos miembros del Consejo Interterritorial, las opciones jurídicas pasarían por que el Gobierno aprobara un Real Decreto Ley que la superase, que tendría que ser refrendado por el Congreso; aprobar otra ley de modificación, que requiere una larga tramitación parlamentaria; o añadir un cambio a algún aspecto concreto de la norma ahora aprobada en otra ley que se apruebe mediante nuevos artículos, algo poco ortodoxo, pero que se hace con frecuencia, según añade Moreno.
La norma comenzó a tramitarse en junio y su aprobación supone eliminar una salvedad al uso de mascarillas: se permitía cuando la distancia era superior a 1,5 metros. La ministra Darias ha insistido en que muchos aspectos de la ley han quedado desfasados y que es necesario adaptarlos a la realidad actual, pero lo cierto es que la enmienda que eliminó la posibilidad de despojarse del cubrebocas cuando hubiera suficiente distancia la presentó el grupo socialista en el Senado a principios de marzo. Una vez aceptada y votada, impuso el uso de la mascarilla en todo momento en los espacios públicos, tanto cerrados como abiertos. Otra enmienda de Vox, que no salió adelante, pedía que en espacios interiores fuera obligatoria siempre y que en exteriores solamente cuando no se pudiera mantener la distancia de seguridad.
Ambas enmiendas decían sustentarse en la evidencia científica de la transmisión por aerosoles del coronavirus. Sin embargo, la de Vox responde mucho más a la forma de contagio que se conoce. José Luis Jiménez, profesor de química en la Universidad de Colorado Boulder e investigador de Ciencias Ambientales, explica que la mascarilla en exteriores tiene sentido cuando hay muchas afluencia en las calles o en terrazas, donde hay gran densidad de personas. “Pero en el campo con mucha distancia tiene mucho menos sentido. Y en interiores se debería llevar siempre que se comparte aire. Incluso cuando estás en un sitio cerrado tú solo, al que luego va a entrar alguien, como en un taxi, tiendas, despachos”, explica.
Varias comunidades han mostrado su rechazo a la nueva norma. La consejera de Salud de Baleares, Patricia Gómez, ya ha adelantado que su comunidad no cumplirá lo que dice la ley. “Desde Baleares entendemos que con la normativa que tenemos vigente y el decreto que está en vigor se pueden mantener las medidas autonómicas. Nuestra normativa no se ha visto superada porque hay una frase en la ley estatal que indica ‘con arreglo a las autoridades sanitarias’ en el artículo 6, por tanto, nuestros servicios jurídicos entienden que nuestra normativa no se ve superada por la estatal y se mantienen en vigor nuestras medidas en estos días. Si tuviéramos que cambiar la semana que viene o en otro momento haríamos una modificación”, ha dicho la consejera. La mascarilla sí tendrá que usarse estos días si se acude a la playa con una persona que no es del mismo núcleo de convivencia.
El Gobierno de Canarias, por su parte, entiende que la nueva normativa sobre el uso de mascarilla en espacios públicos no altera las excepciones aprobadas en cada comunidad autónoma, que en el caso de las islas amparan a quien se la quite para tomar el sol en la playa si está en su toalla y las personas que le rodean se encuentran a distancia de seguridad. “Canarias entiende que las normas que ha utilizado hasta ahora siguen estando amparadas por la nueva normativa” y se mantiene “el uso intensivo” en la aplicación de la ley de “nueva normalidad” ya en vigor que obliga a usar la mascarilla, aún cuando se mantenga la distancia de seguridad de 1,5 metros, ha señalado el portavoz del Ejecutivo autonómico, Julio Pérez.
La consejera de Sanidad de la Comunidad Valenciana, Ana Barceló, ha anunciado que hará aportaciones a la Ley de Nueva Normalidad para que se regule el uso de la mascarilla en los espacios de playas de cara a la época estival. La propuesta pasa porque los usuarios de las playas estén exentos del uso de la mascarilla siempre y cuando se encuentren dentro de un perímetro de seguridad de dos metros de distancia con respecto a otros usuarios y durante el baño.
Actualización del plan de vacunación
El Consejo también aprobó la resolución que la Comisión de Salud Pública adoptó el martes, que mantiene el límite de 65 años para la vacuna de AstraZeneca, y solo hace una excepción en los trabajadores esenciales, para los que se aplicará a cualquier edad. A efectos prácticos, esta medida no cambia prácticamente nada con respecto a lo que había en vigor, ya que el número de empleados esenciales con más de 65 años es mínimo.
La mayoría de los demás países europeos ya han eliminado ese límite para propiciar que estas vacunas vayan a las personas que más lo necesitan, que son las mayores y más vulnerables a las formas graves de covid. Algunos, incluso lo están implementando solo para mayores de cierta edad, ya que la gran mayoría de los trombos que se han detectado tras la vacunación se ha producido entre menores de 50. Alemania decidió el martes restringir esta vacuna para mayores de 60 años.
Con información de Lucía Bohórquez, Guillermo Vega y María Fabra.
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