La Iglesia afirma que tiene menos casos de pederastia que otros países pero dice no saber la cifra
La Conferencia Episcopal se abre por primera vez a compensar a los afectados tras una evaluación caso por caso
“No lo sé, honradamente no lo sé”, ha afirmado este jueves el portavoz y secretario general de la Conferencia Episcopal (CEE), Luis Argüello, al preguntarle los periodistas si la Iglesia española sabe ya el número de casos de abusos de menores en el clero, 20 años después de la eclosión del escándalo en Estados Unidos y a los dos años de la cumbre sobre pederastia celebrada en el Vaticano. Las 70 diócesis ya disponen al menos de datos de las oficinas de atención a las víctimas que abrieron hace un año, por orden del Papa, pero Argüello no quiso dar cifras concretas ―solo que han acudido 150 personas y habría “siete u ocho” casos nuevos―. La CEE sigue descartando una investigación general impulsada desde la entidad, como en otros países. Pese a todo ello, el portavoz de los obispos ha lamentado que ve en los medios un cierto prejuicio sobre la cuestión, pues darían por hecho que la dimensión del escándalo debe ser como en otros países, y considera que no es así.
“Tengo la impresión de que hay una especie de plantilla que viene a decir lo siguiente: si en otros países de Europa han aparecido un 4% de sacerdotes que han estado implicados, en España también tiene que ser así. Y si se reconoce un 0,2% es que estamos ocultando el resto. No es así, quizá en la sociedad española, por la misma manera de vivir la cercanía de los clérigos, de los sacerdotes en la vida parroquial por su relación con el pueblo, por su forma misma de vivir en muchos casos acompañados por la propia familia, por el estilo de los seminarios, bueno, pues quizá es que el número de abusadores eclesiásticos ha sido menor. Lo cual insisto, no disminuye la gravedad”. Argüello lo limitó sobre todo a internados y seminarios.
En España tampoco las autoridades han creado comisiones de investigación sobre la pederastia en el clero y sigue sin haber cifras oficiales ni de la propia Iglesia. Según la contabilidad que lleva EL PAÍS a través de sus investigaciones, sentencias y noticias en medios, en este momento ascienden a 242, con cerca de 550 víctimas. Tras décadas de silencio, algunas diócesis empiezan a dar información: esta semana han respondido casi la mitad de los obispados a un cuestionario enviado por este periódico a todos ellos, y 15 han admitido 45 casos, entre los llegados este año a las nuevas oficinas y los que constan en sus registros.
En la reunión de la comisión permanente de la CEE celebrada este jueves se ha hecho balance de “la experiencia de estos meses” con las nuevas oficinas de atención a las víctimas, pero Argüello tampoco ha querido dar más detalles: “El número de denuncias sobre casos nuevos ocurridos en este año o sobre casos antiguos recibidos ahora en las oficinas, pero de asuntos que todavía incluso no hubieran prescrito han sido muy pequeñas: en realidad las denuncias yo creo que han sido sobre siete u ocho casos. Luego ha habido la llegada a las oficinas de otras personas que han querido expresar su situación, la vivencia que han tenido”.
La única novedad de la intervención del portavoz es que por primera vez la Conferencia Episcopal acepta llegar a acuerdos de indemnización o compensación con las víctimas que se dirijan a las diócesis, aunque se evaluará caso por caso, sin un criterio general ni la creación de un fondo abierto para sufragarlas. Es decir, “en la medida que haya necesidad de trabajo de terapia y acompañamiento, no como un criterio general, ni como un fondo abierto, sino desde la relación personal y personalizada con las personas que puedan estar en esas situaciones”.
En cuanto a impulsar una investigación general, Argüello ha admitido que aún no la han encargado. El único paso ha sido este: “Hemos empezado a valorar la conveniencia de un servicio establecido aquí, en esta casa, en la Conferencia Episcopal Española, que pudiera ser de coordinación de ayuda, de ofrecimiento de recursos, de propuestas, también en contacto con las congregaciones religiosas para seguir avanzando en este deseo de prevenir todo lo que pueda tener con los abusos, de atender a las víctimas que pudieran ser víctimas de estos abusos y ofrecer todo el servicio a las diócesis para poder abordar estas situaciones”. El portavoz ha asegurado que las diócesis “han tratado de hacer un esfuerzo para hacer historia” revisando archivos, después de “haber mirado para otro lado“ en el pasado. Pero tampoco ha dado ninguna información de lo que han encontrado.
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