Claves para preparar a tus hijos para la vuelta a la calle este domingo
Los niños de hasta 14 años podrán salir de casa acompañados de sus padres. ¿Qué hay que explicarles y cómo conviene hacerlo?
Tras más de un mes de encierro causado por la crisis sanitaria de la covid-19, a los niños ya no les vale jugar en el pasillo de sus casas. A partir del próximo día 27, los menores hasta 14 años –en España hay siete millones, según el INE– podrán salir de casa acompañados de un adulto. Un pequeño paso hacia la normalidad que, como padres, hay que tomar con cautela y explicar de manera clara a los hijos. #SeguimosConectados a la realidad y por ello ofrecemos algunas claves para que nuestros hijos entiendan que la vuelta a las calles es algo a celebrar, pero que aún queda mucho para el libre albedrío y hemos de tener todas las precauciones presentes.
Dar un mensaje responsable. Para José Antonio Luengo, psicólogo y secretario de la Junta de Gobierno del Colegio de la Psicología de Madrid, lo primero es dar un mensaje responsable y directo. "Los padres se sentarán con sus hijos y les dirán que pueden salir. Pero hay que ser muy responsable con el mensaje. El confinamiento se mantiene. No volvemos a una normalidad y hay unas condiciones: ni se puede a cualquier hora ni en cualquier momento. Puede parecer una perogrullada, pero es un mensaje esencial para los hijos", explica.
Cuidado con el 'efecto caramelo en la boca'. Se puede pensar que volver a salir a la calle es como probar un caramelo delicioso que al rato te van a quitar. ¿Puede esto alterar o inquietar a los niños? "Algún niño lo vivirá así, sin duda", entiende Luengo. "Pero lo que cala es que hemos dado un paso adelante. Que estamos en una cuesta abajo favorable. Más que haberle quitado el caramelo, hay que resaltar que ha tenido la oportunidad, después de mucho tiempo, de probarlo".
Ir 'partido a partido'. Enlazando el punto anterior, Luengo considera que explicar estos pequeños avances con mantras o pequeñas frases significativas ayuda. Tomemos como ejemplo el famoso partido a partido del Cholo Simeone, entrenador del Atlético de Madrid."Es una frase que, aunque parezca mentira, niños de ocho o nueve años en adelante comprenden. Los mensajes de pequeños objetivos son muy comprensibles. Y el partido a partido es eso: vamos paso a paso, poco a poco, no pensemos en agosto. Una vuelta por la calle hoy ya es mejor que ayer", prosigue el psicólogo.
Visualizar la situación. Imaginar lo que va a suceder también sirve de ayuda. "En el momento en el que uno visualiza una situación a la que va a enfrentarse ya está mejor preparado para ello, tanto si es positiva como negativa", desarrolla Luengo.
¿Cómo hacerlo con los niños? Según Luengo existen muchas formas, aunque siempre conviene graduar los ejercicios en función de la edad. Para niños de entre 6 y 11 años, por ejemplo, se puede plantear uno en el que escriban cómo se sentían antes de poder salir y ahora que saben que volverán a pisar la calle. O poner nota a las semanas, una estrategia ligada a lo que ellos viven habitualmente en el colegio. Con niños más pequeños, de cinco o seis años, se les puede animar a que dibujen las calles que conocen y que volverán a recorrer. O preguntarles qué se puede hacer en una hora, una manera de identificar experiencias que tengan esa duración (una clase extraescolar, los deberes de matemáticas, una de sus pelis favoritas) para que interioricen el tiempo que podrán salir. "Son formas de normalizar algo excepcional y tratar de quitarle tensión", resume Luengo.
Explicaciones sencillas. Ante la pregunta de si nuestros hijos se abalanzarán sobre otros niños para jugar con ellos, el experto recomienda recurrir a lo más simple: "Hay que explicar que esto es por lo mismo por lo que no van al cole. Porque para que la cosa mejore tiene que haber muy poco de contacto entre la gente", recomienda. "Y dar siempre el dato positivo, decirles que esto es como cuando un abuelo está enfermo y se va recuperando, pero esta vez el enfermo es todo el mundo".
¿La luz al final del túnel? Cuidado con el clásico dicho. "Esta metáfora sitúa nuestro objetivo en el final. El error es que mientras vas por el túnel hay cosas a disfrutar: la relación con los hermanos, con los padres, los juegos en casa e incluso el tiempo de aburrimiento. Dosifiquemos la visión idílica de las cosas. El camino también es importante", explica el psicólogo, que termina con una idea aplicable a cualquier situación: "Dar veracidad a nuestro discurso. Sea con niños o con adultos, es algo fundamental".