El PSOE moviliza a sus consejeros autonómicos contra el veto parental
Casado respalda la censura de contenidos y compara el tratamiento del Gobierno a los alumnos con el de dictaduras comunistas. Cs asegura que la medida no se implantará
Los ocho consejeros de Educación de las autonomías con Gobierno socialista (Aragón, Asturias, Baleares, Canarias, Castilla-La Mancha, Extremadura, La Rioja y Navarra, además del secretario de Educación de la Comunidad Valenciana, donde el consejero es de Compromís) han firmado un manifiesto contra el veto parental impulsado por Vox, un sistema que permite que las familias prohíban a sus hijos asistir a actividades complementarias en horario lectivo (donde su presencia es obligatoria y los contenidos, evaluables). “Pretenden quebrar la convivencia escolar y la cultura del diálogo para imponer un autoritarismo ciego y acrítico”, exponen después de que el Gobierno de Murcia (PP y Cs) anunciara que modificará los decretos que regulan los currículos de Primaria y Secundaria para encajar el veto parental en los centros.
Pablo Casado defendió este domingo la medida en Murcia, territorio que el secretario de organización del PSOE, José Luis Ábalos, describió el sábado como “laboratorio de la ultraderecha”. El líder del PP aseguró que la polémica es una “cortina de humo” para desviar la atención de la elección de la exministra de Justicia Dolores Delgado como fiscal general del Estado. Casado comparó las palabras de la titular de Educación, Isabel Celaá, al argumentar que los hijos no son propiedad de sus padres, con la ideología de las dictaduras comunistas: “¿Lo que me están diciendo es como a las familias en Cuba, que los niños son de la revolución? ¿Vamos a llegar también a que los niños delaten a sus padres si no son buenos revolucionarios?”, preguntó. “Esto es el punto de no retorno, esto es por lo que estamos en política, mucho más importante que la política territorial o cualquier otra cosa: esto es que nadie meta la mano en nuestros hogares”, clamó.
Casado respaldó el veto parental — “es una buena medida”, dijo, dirigiéndose al presidente de Murcia, Fernando López Miras— y aseguró que no es original de Vox, pese a que los populares no la llevaban en su programa electoral. “¿Qué pasa? ¿Que nuestros hijos pueden ir a fútbol o informática por las tardes si lo deciden los padres y si hay un curso sobre educación sexual o sobre tauromaquia no podemos elegir? En la Comunidad de Madrid, tres legislaturas llevamos con esto”.
Los talleres que pretenden censurar son aprobados en los consejos escolares, donde están representados los padres. El veto parental no se aplica en Madrid. De hecho, la presidenta de la Comunidad, Isabel Díaz Ayuso, del PP, ha protagonizado varios rifirrafes en la Asamblea con Rocío Monasterio por la medida. “Ya hay bastante crispación como para que Vox haga frente a problemas que no existen. Su propuesta del pin parental es una estrategia a nivel nacional. No metan la política en las aulas. No lo voy a permitir”, declaró durante un debate.
Ciudadanos, que forma parte con el PP del Ejecutivo murciano, ha mantenido una postura ambigua sobre el veto parental. Su firma está en el acuerdo cerrado el pasado jueves con el PP y Vox para la aprobación de los Presupuestos que ordena “el establecimiento de una autorización expresa de las familias para la participación de sus hijos en actividades complementarias en base a los preceptos consagrados en la Constitución”. Pero una vez firmado el pacto y al estallar la polémica, Ciudadanos aseguró que iba a solicitar un informe jurídico para “aclarar” si la medida es legal. Miras adelantó, en todo caso, que no necesita a Cs para cambiar los decretos que regulan los currículos de Primaria y Secundaria, puesto que la modificación debería proponerla la Consejería de Educación (del PP) y aprobarse en el Consejo de Gobierno, donde los populares son mayoría.
Mientras, a nivel nacional, algunas de las caras más conocidas de Ciudadanos, actualmente dirigido por una gestora, se han manifestado en contra. Edmundo Bal, portavoz adjunto en el Congreso, declaró el viernes: “No hará falta ninguna autorización paterna para asistir a esos talleres”. La vicealcaldesa de Madrid, Begoña Villacís, también aseguró que no se aplicará ni en Andalucía, ni en Murcia ni en Madrid: “Es una medida en la que nosotros no creemos. No va a ser implantado. Nosotros consideramos que la educación en valores es fundamental”.
Vox condicionó su apoyo a los Presupuestos murcianos a la incorporación de lo que llama pin parental y quiere extenderlo a otros territorios. Rocío Monasterio exige su aplicación como condición para apoyar las Cuentas de la Comunidad de Madrid. Consejeros socialistas advierten de que el anuncio ya está teniendo consecuencias en los centros.
Miedo en el profesorado
María José Guerra, consejera de Educación de Canarias, afirma que el veto parental en Murcia provoca que algunos centros están suspendiendo actividades relacionadas con la sostenibilidad para evitar posibles conflictos con las familias y con la Administración. “Es la consecuencia inmediata de crear un clima de temor en el profesorado; la educación y el miedo son incompatibles. Es intolerable generar preocupaciones extra en los docentes ante posibles denuncias”.
En Navarra, su consejero de Educación, Carlos Gimeno, cuenta que la derecha ha intentado lanzar una “caza de brujas” contra su programa de coeducación en las escuelas. Lo lanzaron en 2017 para introducir de forma transversal en las asignaturas contenidos para que los alumnos adquieran herramientas para detectar situaciones de desigualdad o violencia de género, así como para formación en diversidad afectivo-sexual. “No hay que permitir que el campo de batalla vuelva a ser la educación”, señala Gimeno.
“Los niños no son propiedad de las familias ni del Estado. En las democracias acordamos unos valores comunes relacionados con la justicia y el respeto a los demás; no se trata de imponer ideología, sino de educar en libertad”, añade Miguel Soler, secretario de Educación de la Comunidad Valenciana.
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