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El Clínico de Valencia duplicará sus camas con una inversión de 106 millones de euros y polémica arquitectónica de fondo

Ximo Puig presenta el proyecto de ampliación y reforma que demuele unas naves de la antigua Escuela de Agrónomos de los años 60, lo que ha motivado críticas de arquitectos y la oposición

Ferran Bono
Obras de demolición de la naves traseras de la antigua escuela de Agrónomas para ampliar el Hospital Clínico.
Obras de demolición de la naves traseras de la antigua escuela de Agrónomas para ampliar el Hospital Clínico.Mònica Torres

Es un proyecto del que se empezó a hablar hace 17 años se ha iniciado finalmente con una protesta arquitectónica de fondo. El Clínico de Valencia, el hospital público más céntrico de la ciudad, será ampliado y reformado para albergar hasta 966 camas, duplicando su capacidad actual (también de camas UCI, que se incrementan de 33 a 66), con una inversión global de 106 millones de euros por parte de la Generalitat. De las 271 habitaciones se pasará a 491; de 19 quirófanos a 25 y de 132 consultas externas a 185. Se ganarán 41.000 metros cuadrados hasta alcanzar los 108.809 metros cuadrados de superficie. La previsión es concluir dos de las tres fases en 2023, si bien la pretensión es abrir las instalaciones conforme se vayan concluyendo. El proyecto ha sido presentado esta mañana por el presidente valenciano, Ximo Puig, y la consejera de Sanidad, Ana Barceló, acompañados por la vicealcaldesa de Valencia, Sandra Gómez, todos ellos del PSPV-PSOE. No había representantes de Compromís, socios de Gobierno tanto en la Generalitat como en el Ayuntamiento.

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Será “un hospital de referencia no solo en la Comunitat sino en toda España”, ha destacado Puig, tras visitar las obras de derrumbamiento de las naves anexas al antiguo edificio de la Escuela Universitaria de Ingenieros Técnicos Agrícolas (EUITA), que fue adquirido hace tres años a la Universidad Politécnica de Valencia, tras casi un decenio en desuso. Precisamente, el inicio de las obras tirando abajo estas naves de los años 60 ha motivado las quejas del decano del Colegio de Arquitectos, Luis Sendra, y representantes de la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Valencia, según ha adelantado Valenciaplaza. Consideran que la Dirección General de Patrimonio de la Consejería de Cultura ha concedido con urgencia el permiso para las obras sin estudiar con detenimiento su nivel de protección, su valor y su importancia dentro del conjunto liderado por el edificio diseñado por Fernando Moreno Barberá, exponente del movimiento moderno arquitectónico en la ciudad. Este edificio, protegido por la figura de Bien de Relevancia Local, se rehabilitará y funcionará como centro de consultas externas con una inversión de 36 millones.

La consejera de Sanidad, Ana Barceló, y el presidente Ximo Puig, (en el centro) con la maqueta del futuro Clínico de Valencia, visto desde la avenida Blasco Ibáñez.
La consejera de Sanidad, Ana Barceló, y el presidente Ximo Puig, (en el centro) con la maqueta del futuro Clínico de Valencia, visto desde la avenida Blasco Ibáñez.Mònica Torres

Puig ha respondido que las obras cuentan con “el respeto de las instituciones competentes”. Además, ha garantizado que salvará el edifico central de la Escuela de relevancia local y ha garantizado que todo el proyecto se hará “de acuerdo a la legislación vigente”. Fuentes de Patrimonio han insistido en que los pabellones traseros recayentes del campus deportivo de Blasco Ibáñez no estaban protegidos. No obstante, la oposición en el Ayuntamiento, formada por el PP y Ciudadanos, han criticado el derribo. La portavoz popular, María José Catalá, ha calificado la actuación de expolio y ha anunciado la presentación de una moción instando tanto a la Universitat de València como al Ayuntamiento de Valencia a impulsar la aprobación del Plan Especial de Protección de los edificios universitarios de Blasco Ibáñez incluidos en el Catálogo de Espacios y Bienes Protegidos, pendiente de redacción desde el año 2015. El portavoz de Ciudadanos, Fernando Giner, ha pedido por escrito al alcalde, Joan Ribó, de Compromís, la paralización provisional de las obras de demolición y ha reclamado que se aplace hasta que quede clara la protección del inmueble y se clarifique si el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) lo contempla como protegido.

Por lo que respecta al actual proyecto hospitalario, Barceló ha destacado el Gobierno del Botànic de la Generalitat (socialistas, Compromís y Unides Podem) da cumplimiento a “una reivindicación histórica de la ciudad y de los pacientes y profesionales”. Este centro es “uno de los más importantes” de la Comunidad Valenciana que da servicio a 350.000 personas y solo en 2019 atendió a 170.000 urgencias y dos millones de consultas.

Maqueta de la reforma y ampliación del Clínico.
Maqueta de la reforma y ampliación del Clínico.Mònica Torres

La directora general de Régimen Económico e Infraestructuras, Carmelina Pla, ha explicado que el proyecto se acometerá en tres fases que “se concatenarán de forma coordinada para no perder tiempo”. Así, la primera, que ya ha empezado, supondrá la construcción de un nuevo edificio de hospitalización de “futuro” de cinco plantas más un subterráneo que conectará con todo el complejo. Se levantará en el suelo sobre el que se asientan las antiguas naves. El nuevo inmueble tendrá una superficie construida de 12.924 m2 y 132 habitaciones, de las que 120 se podrán doblar si fuera necesario, con 300 camas. La segunda planta estará reservada a los pacientes críticos que dispondrán de 37 UCI con boxes de aislamiento y espacios comunicados y con “la tecnología de mayor seguridad y capacidad de proporcionar información tanto al pacientes como a la familia”. El edificio dispondrá de una sala de espera diferenciada para pacientes covid, con una sala de triaje rápido y un circuito diferenciado. Esta fase supondrá una inversión de 30 millones y las obras concluirán en 2021.

La segunda fase, que arrancará de forma paralela este año, es la actuación integral sobre el actual edificio de la Escuela de Agrónomos, que incluirá la restauración y recuperación de los elementos singulares, como el mosaico de la fachada, y la reconstrucción de la planta baja manteniendo su volumetría tanto de los espacios construidos como de los patios y jardines. Este edificio pasará a acoger todas las consultas externa que ahora están segregadas por todo el hospital. Tendrá un total de 15.988 m2, 11 consultas y salas tecnológicas y 88 puestos de día. El presupuesto estimado es de 36 millones y la ejecución de 24 meses. Por último, la tercera fase, con una inversión de 28 millones, supondrá la reforma del actual edifico de hospitalización, de 12.203 m2, con 136 habitaciones individuales que podrán doblarse en caso de necesidad y 272 camas. Estas obras no podrán comenzar hasta que no haya culminado el traslado de todas las consultas externas al edifico de la Escuela, que se prevé en 2023.

Juan Añó, el arquitecto que se encargará de rehabilitar el edificio de Moreno Barberá, ha señalado a este periódico que la intervención deberá ser profunda dado el deteriorado estado del hormigón, principal material empleado en el llamado movimiento moderno. También ha incidido en que se respetan las plantas bajas y los patios concebidos originariamente si bien se bajará la cota para ganar espacio para dar servicios en los sótanos.

En 2008, el presidente valenciano, Francisco Camps, del PP, anunció un proyecto de ampliación del Clínico de Valencia, en virtud del cual sus instalaciones crecerían un 30%. Se presupuestó en 52 millones de euros y el centro pasaría de 585 camas a 705, y de 16 quirófanos a entre 22 y 25. Camps anunció un acuerdo entre la Generalitat y la Universidad Politécnica de Valencia para ampliar el Clínico en lo que ahora es la Escuela Técnica Superior del Medi Rural i Enologia, la antigua Escuela de Agrónomos. El proyecto no se llegó a realizar.

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Sobre la firma

Ferran Bono
Redactor de EL PAÍS en la Comunidad Valenciana. Con anterioridad, ha ejercido como jefe de sección de Cultura. Licenciado en Lengua Española y Filología Catalana por la Universitat de València y máster UAM-EL PAÍS, ha desarrollado la mayor parte de su trayectoria periodística en el campo de la cultura.

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