Calma tensa en los centros de pensionistas andaluces ante la orden de cierre de la Junta por el coronavirus
El Gobierno regional prepara medidas de apoyo a los mayores más necesitados y de conciliación para los funcionarios autonómicos
A primera hora de la mañana de este jueves la incertidumbre era la sensación generalizada en muchos de los 168 centros de participación activa (CPA) -los antiguos hogares del pensionista- dependientes de la Junta de Andalucía. La decisión de su cierre, decretada la tarde anterior por el Gobierno andaluz, era la medida más contundente y con efectos más inmediatos de todas las adoptadas por la Administración regional para hacer frente a la epidemia de coronavirus. Sin embargo, sus directores no tenían muy claro cómo ejecutarla. En Sevilla, Granada o Cádiz han permanecido abiertos hasta conocer las instrucciones concretas de la Consejería de Igualdad, Servicios Sociales y Conciliación. En Málaga, varios han amanecido cerrados y otros han decidido mantener únicamente el servicio de comedor.
“Yo he venido esta mañana sin tener seguro si iba a encontrar el centro abierto, pero ya me han dicho que la monitora de yoga está, así que parece que vamos a dar la clase”, cuenta Luisa Trujillo desde los sillones de la antesala del CPA Casco Antiguo de Sevilla, que cuenta con 3.200 socios. A su lado pasa Antonio Mora que acude todos los días a jugar su partida de dominó. “A ver por cuánto tiempo lo cierran, porque lo bueno de esto es que el bar es muy barato, aquí viene mucha gente que no puede hacerse la comida o que no tiene muchos recursos, se toman el primer plato y se llevan el segundo para la cena en su casa, ¿A ver qué va a ser de ellos?”, se pregunta.
Ni Trujillo ni Mora podrán seguir con sus clases de yoga o sus partidas de dominó a partir de mañana. Tampoco el resto de los 545.738 socios con los que cuentan los CPA dependientes de la comunidad. La Junta ha ordenado la suspensión total de todas las actividades de esos centros a partir del viernes y ha previsto un plan de contingencia para los casos de los usuarios de la tarjeta 65 oro a quienes se le llevará la comida a su casa a través de un servicio de catering. El menú previsto para hoy en el CPA Casco Antiguo es menestra y pollo en salsa y cuesta 4,83 euros o 2,42 para quienes tienen la tarjeta oro. Joaquín Medina, el responsable de la cafetería manifiesta otro temor: “Si nos cierran de manera indefinida, nosotros nos vamos a la calle, porque vivimos de este centro y de otro en La Rinconada (Sevilla)”.
Esa preocupación es compartida por la Asociación Foro Andaluz de la Dependencia (FADE) que alerta de que si se extiende el cierre de los centros de día para mayores sus titulares no podrán mantener los contratos del personal. De momento, la Junta solo ha circunscrito la clausura a los que se encuentran dentro de residencias que estén ubicados en los distritos malagueños de Costa del Sol y Málaga-Guadalhorce, que son los que registran un mayor número de casos de contagios por Covid-19.
Una de esas instalaciones afectadas es el centro de día El Buen Samaritano, en el barrio malagueño de Churriana, gestionado por Cáritas y concertado con la Junta de Andalucía. Hoy sí ha abierto sus puertas, pero el viernes las cerrará. A lo largo de la mañana ha ido informando a las familias de sus usuarios. Para aquellas que trabajen para la Junta, el Gobierno autonómico también ha preparado un plan de conciliación que les permita compaginar los cuidados de los mayores que antes estaban en esos centros de día con su trabajo, que incluye la flexibilización de la jornada laboral o la permanencia en sus domicilios con la consideración de deber inexcusable, si es imprescindible.
El resto de familiares, de momento, deberá buscarse por su cuenta la forma de cuidar de sus mayores. “Igual que hacemos los que somos padres con los niños, habrá que buscarse las habichuelas", respondían desde Cáritas en Málaga. La Consejería de Igualdad también ha distribuido instrucciones para reducir el número de visitas a estos centros, limitándolos a un único familiar. Una decisión que ya había tomado el centro de Churriana y de la que había informado a través de su Facebook en un comunicado que termina así: “Los trabajadores están dando un gran servicio profesional y humano para que responsablemente los residentes noten lo menos posible sean atendidos en todas sus necesidades. Pedimos al Señor que esta epidemia pase pronto y que afecte a las menos personas posibles".
Al margen de las plegarias, desde la FADE alertan al Gobierno andaluz de la falta de mascarillas y desinfectantes en los centros de día y de la necesidad de activar un número de teléfono específico para las consultas de las personas mayores. La Junta activó ayer un nuevo número gratuito (900 400 061) para atender las llamadas por coronavirus.
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