México secunda una histórica huelga de mujeres después de la abrumadora marcha del 8M
La población femenina sigue el llamado de un paro nacional que ha provocado el cierre de escuelas y ha vaciado las calles y el transporte público
Las mujeres mexicanas secundan un histórico paro este lunes. Después de haber desbordado las calles de las principales ciudades del país con la multitudinaria manifestación del 8M, el país ha afrontado una huelga inédita de la población femenina. Los colectivos feministas hicieron un llamado a un paro que pretendía visibilizar a las mujeres mediante una ausencia que ha resultado tan masiva y notoria como la protesta del domingo. Es la primera vez que se ha puesto a prueba un acto de resistencia de esta naturaleza, que se ha convertido en una acción política y económica que resuma el hartazgo por la inseguridad y la brecha entre hombres y mujeres.
En Ciudad de México, el paro se ha sentido desde primera hora de la mañana. Las principales avenidas, colapsadas habitualmente por el ingente tráfico, lucían sin tránsito. Lo mismo sucedió en las estaciones del Metro, que transporta diariamente en promedio a 4.5 millones de personas. Los vagones de uso exclusivo de mujeres estaban casi vacíos en las horas pico.
Muy pronto se notó que la huelga rebasaba las redes sociales y comenzaba a concretarse. La convocatoria, que llamaba a las niñas y mujeres a ausentarse de escuelas y trabajos, pero también a no consumir en un gesto anticapitalista, encontró muchas voces dispuestas a seguirla. Las periodistas más escuchadas y vistas del país, como Carmen Aristegui, Denise Maerker o Gabriela Warkentin, anunciaron en sus informativos que seguirían la protesta. Las mujeres encargadas de dar el parte meteorológico en vestidos entallados desaparecieron de las pantallas de televisión. Las periodistas de EL PAÍS en México también se han sumado al paro convocado.
La Secretaría de Educación Pública (SEP), que cuenta con 1.3 millones de maestras (el 62% de la fuerza magisterial) dio carta blanca a las trabajadoras y prometió no sancionar a quienes se sumaron a la huelga. El llamado hizo que fuera imposible para centenares de escuelas abrir sus puertas este lunes.
Los bancos también tuvieron problemas para operar con normalidad. Citibanamex tuvo personal suficiente para abrir solo 400 sucursales de las más de 1.400 que tiene. BBVA México también ha informado que solo opera el 40% de sus oficinas.
La mañana del lunes, el presidente Andrés Manuel López Obrador ha felicitado a las mujeres que tomaron las calles y rechazó que haya existido represión en Ciudad de México, como algunas voces sugirieron después del uso de gases lacrimógenos y de que la presencia de la policía capitalina entorpeciera el paso hacia el Zócalo, donde culminaba la protesta. “Considero que no debe llevarse a cabo ninguna acción en contra de las que actuaron con exceso. No queremos que se utilice como pretexto”, ha señalado el mandatario sobre el puñado de encapuchadas que hicieron pintas y algunos destrozos. “Es un movimiento de mujeres que legítimamente luchan por sus derechos y en contra de la violencia y los feminicidios, pero hay otra vertiente de quienes están en contra nuestra y lo que quieren es que fracase el Gobierno y que no pueda consumarse la Cuarta Transformación. Es el conservadurismo disfrazado de feminismo”, ha añadido López Obrador, quien se dijo sorprendido de la amplia cobertura mediática que tuvo la manifestación en la televisión. En su conferencia matutina se vieron varias sillas vacías y solo seis de las 35 reporteras que suelen asistir diariamente.
El paro de este lunes fue convocado por las Brujas del Mar, un colectivo feminista del Estado de Veracruz, la entidad que más feminicidios registró en 2019. El 18 de febrero, el grupo publicó en Facebook: “Si paramos nosotras, para el mundo. Unámonos a esta protesta simbólica, paralicemos nuestras actividades por un solo día para que se den cuenta que están dejando en el olvido al 52% de la población”. Las redes sociales sirvieron de altavoz. El mensaje fue compartido más de 35.000 veces en los días siguientes.
Algunos sectores simpatizantes del Gobierno de López Obrador intentaron vincular a una mujer del colectivo con grupos conservadores. Esto generó una respuesta al interior del Gobierno de izquierdas, que comenzó a considerar la protesta un gesto de oposición directa contra el presidente. Esto encendió un debate en el grupo de WhatsApp que tienen las siete secretarias de Estado y donde la encargada de Energía, Rocío Nahle, es una de las más activas.
La discusión interna entre las mujeres del Gabinete y la Administración que respaldan el paro y otras que lo consideran una espada de Damocles sobre la cabeza presidencial se zanjó el viernes. Las mujeres del Gobierno ofrecieron un mensaje de unidad que avaló la protesta y corrigió momentáneamente las críticas que había recibido López Obrador sobre su postura sobre el movimiento feminista y el combate a los feminicidios. La Secretaría de Gobernación (Interior) informó este lunes que la ministra Olga Sánchez Cordero sí acudió a laborar “con sororidad”. El paro sí fue secundado en otras secretarías, como la de Cultura, donde la secretaria Alejandra Frausto y dos de sus subsecretarias sí se ausentaron.
Las patronales han respaldado la protesta y han pedido a las empresas solidarizarse con las empleadas. La medida encontró también eco en bancos y grandes compañías que están lejos de tener satisfactorias condiciones de equidad. Muchos han tratado de cifrar el impacto que podría tener el paro en un país donde las mujeres representan el 45,5% de la fuerza laboral y son responsables del 37% del PIB. Un analista de Grupo Financiero Banorte aseguró a la periodista Bárbara Anderson que si el 100% de las mujeres trabajadoras pararan esto representaría alrededor de 23.400 millones de pesos, unos 1.100 millones de dólares. La cifra real podría ser mayor, pues el 60% del trabajo informal lo hacen las mujeres.
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