La víctima de Manresa: “En la caseta se pasaban una pistola, me sentí intimidada”
La adolescente agredida por un grupo de adultos asegura que fue una de sus amigas quien le contó al día siguiente que siete hombres la habían violado
Un grupo de personas esperaba ayer en la Audiencia de Barcelona a la Manada de Manresa al grito de “No es abuso, es agresión”. Se dirigían a los seis acusados de violar a una chica de 14 años por turnos de 15 minutos en octubre de 2016. Dentro, protegida por un biombo, declaraba la víctima, ahora con 17 años. Un relato sórdido e inconexo interrumpido por los sollozos de tanto en tanto.
“Tengo flashes”, declaró. Recuerda que fue Bryan Andrés —quien supuestamente incitó a la cadena de violaciones— quien le dijo que tenía que hacerle una felación a él y a Maikel Pascual, alias Cuba. “Lo tuve que hacer porque Maikel y Bryan se pasaban una pistola [que en ese momento la víctima no sabía que era de fogueo]. Me sentí intimidada”. Y siguió: “Otro flash es que yo estaba llorando y tenía a alguien con gafas encima. Creo que era el Negro [Yordanis de Jesús]. Había mucha gente masturbándose”. También recuerda que en el interior de la caseta “había un sofá, una mesa y linternas y móviles encendidos”.
La muchacha, que había consumido alcohol y porros, despertó al día siguiente en casa de su amiga Mélodi. “Desbloqueé el móvil y Bryan me llamó diciéndome que era una puta y que me había follado a todos”, prosiguió la víctima, que estuvo acompañada por una psicóloga. Tres años después de la agresión, sigue en terapia.
Ayer había convocada concentraciones en decenas de ciudades de España entre las seis y las ocho de la tarde. Está reciente la sentencia del Supremo contra La Manada, que elevó las penas de nueve a 15 años de cárcel y cambió la calificación de los hechos de abusos a violación. En este caso, la fiscalía ha calificado los hechos también de abuso, pero aún pueden elevarlo a agresión.
Aquel sábado 29 de octubre de 2016 había botellón en la fábrica, una nave de Manresa cerca del campus universitario. Allí acabaron esos seis hombres de 19 a 26 años y otro de 39 que presuntamente abusaron de la chica, casi inconsciente. Uno miraba masturbándose. Ocurrió en una caseta abandonada en el camino de la Torre d’en Vinyes.
La menor contó ayer que conocía a la mayoría de acusados por haber coincidido con ellos “otras veces en la fábrica”. Con Bryan Andrés había mantenido relaciones consentidas una semana antes. La noche de autos, dijo ayer, bebió “más de cuatro cubatas”. Estuvo con Raúl en la caseta donde más tarde la violarían. Como quería prolongar la noche se fue con sus amigos Santi y Melodi a casa de su tía para pedir permiso. Cuando volvieron entraron de nuevo en la fábrica, donde la menor relata una primera agresión cuando fue a orinar. “Me dolía”, ha declarado. “No recuerdo más”.
Al despertar, prosiguió, le contó a su amiga Mélodi que sospechaba que habían vertido alguna sustancia en sus bebidas. “Mélodi me dijo que los seis me habían penetrado y yo, mientras, estaba llorando”. Dejó la casa de la amiga, se fue donde su tía andando, se duchó y acudió a buscar una pastilla del día después. Tres días después presentó la denuncia. “Bryan me llamó al día siguiente de las violaciones para preguntar si me podía ayudar. Me pidió que no denunciará a nadie porque iba a meter a sus amigos en un lío”.
La joven confesó que sentía temor hacia sus agresores “porque tenían una pistola”. Y dijo a la sala cómo se sentía desde aquella noche. “Me ha afectado. Dejé de estudiar. Me hacían el vacío. Necesité terapia”. La víctima ya había abandonado los estudios y ya entonces se trataba su adicción al cannabis así como su trastorno alimentario. No tuvo una infancia fácil. Ayer aseguró que no recuerda “casi nada” y que fue al forense tres días después porque sus amigas le alertaron de que pudo haber sido sometida a una violación en grupo por fases: 15 minutos cada uno de los seis agresores.
Mélodi, la amiga de la menor agredida, contó que en la fiesta jugaron a la “botella vacía que gira y a quien le toca se tiene que besar”. “Bryan la giraba expresamente para que todos se enrollaran con mi amiga”, declaró. “Ellos le daban continuamente cubatas”, dijo la joven. Más tarde, prosiguió, Bryan se la llevó a la caseta. “Luego vino con un reloj y me dijo: mira, 15 minutos cada uno, y empezó a mandar al resto a la caseta”, ha contado la amiga de la joven.
“Fui al rato y estaban todos sin pantalones y Maikel estaba penetrándola”. “Conseguí que la dejaran. Estaba sentada. Marcos me puso la pistola en la boca y me dijo que sabía dónde estudiaban mis hermanos”, añadió. Entre lágrimas, la joven ha contado que la intención de los acusados era tirar a la víctima a un río una vez consumadas las violaciones.
“Mi amiga gritaba”
Otro de los menores que asistió a la fiesta declaró que poco después de que Bryan fuera a la caseta con la víctima, le preguntó a él si quería entrar. “En un momento de la noche entré: Maikel Pasqual estaba haciendo el amor con mi amiga y Yordanis de Jesús se masturbaba”. “Mi amiga gritaba que le dolía”.
Según la fiscalía, Bryan conocía a la joven, sabía su edad y se dio cuenta de su estado de inconsciencia. La llevó a la caseta y allí presuntamente la violó. Después se dirigió a Walter Diego y le animó: “Te toca a ti, 15 minutos cada uno. No tardes”. Después fue el turno de Daniel David, le siguió Maikel Pascual, luego Marco Antonio y, finalmente, Yordanis de Jesús. Mientras, el mayor de los implicados, Iván González, al que llaman el Cuñao, se masturbaba. Para él, por un delito de omisión de socorro, piden una multa de 4.320 euros.
Cuando concluyó la agresión múltiple, Marco Antonio empuñó la pistola, según sostiene el fiscal, y amedrentó al resto. “Si alguien dice algo, tendrá problemas con su familia”, afirmó mientras amenazaba con contar que todos iban allí para fumar y beber. A las 3.30, cinco horas después de comenzar la fiesta, Bryan y Maikel volvieron, presuntamente, para violar de nuevo a la chica.
Los seis principales acusados permanecen en libertad a la espera de juicio. La mayoría de ellos llegó ayer a la Audiencia tapando su rostro. Bryan, el acusado de instigar la cadena de violaciones, no se cubrió. Acudió a la vista acompañado de su novia, que está embarazada y a pocas semanas de dar a luz.
Ella no cree a la víctima, y así lo comenta continuamente en los pasillos de la Audiencia. “Y esperó tres días para denunciar. ¿Pero quién se cree esto?”.
Concentraciones frente a los ayuntamientos
Miles de personas se han concentrado esta tarde frente a decenas de ayuntamientos catalanes para apoyar a la menor víctima de una presunta violación en grupo en Manresa (Barcelona) en 2016. Con el lema "Únete contra la jauría", el movimiento feminista ha convocado concentraciones ante los ayuntamientos españoles para rechazar la calificación de abuso sexual que sostiene la Fiscalía y reclamar que los acusados sean juzgados por violación múltiple.
En Manresa, el municipio donde tuvieron lugar las agresiones, más de 300 personas han llenado la plaza Mayor donde se han leído tres manifiestos entre gritos de “no es abuso, es violación”.
En la mayoría de municipios donde se han celebrado estas concentraciones han sido convocadas por entidades feministas y municipalistas donde se han leído proclamas señalando que en las relaciones sexuales el “consentimiento debe ser libre, mutuo, claro, entusiasta y deseado”.
En Barcelona, la convocatoria ha reunido esta tarde en la plaza de Sant Jaume a más de 200 personas, entre ellas la segunda teniente de alcalde, Janet Sanz, según han indicado fuentes municipales.
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