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Los fármacos que están cambiando la medicina

Las terapias innovadoras son el factor que más ha influido en las últimas décadas en el aumento de la esperanza de vida. Por cada euro que se invierte en nuevos tratamientos contra el cáncer, el VIH/sida o la hepatitis C, el sistema público de salud ahorra entre dos y ocho euros en otros costes sanitarios

Detrás de un acto tan cotidiano como tomarse una pastilla hay miles de horas de investigación y una media de quince años de desarrollo y comprobación de la eficacia y seguridad del principio activo. Cientos de personas están implicadas en un proceso que persigue mejorar la salud y la calidad de vida de los pacientes. Es la razón de ser de todos los medicamentos, y en especial de los fármacos innovadores, que buscan mejorar los resultados de los tratamientos convencionales.

Los antirretrovirales para tratar el VIH/sida, las vacunas o las nuevas terapias para atajar la hepatitis C o contra el cáncer ejemplifican el avance de la ciencia médica. Sus resultados son tangibles: en algunos casos consiguen erradicar una enfermedad, y en otros controlarla mejor, aumentar la esperanza de vida o reducir los efectos secundarios de las terapias previas.

Se conoce menos la otra gran aportación de los medicamentos innovadores, la económica: suponen un ahorro de costes muy importante, tanto en el sistema sanitario como en la sociedad y en la estructura productiva de un país. La repercusión económica que generan es imponente. Por ejemplo, se estima que la vacuna de la viruela ha evitado alrededor de 40 millones de muertes en el mundo, con un ahorro de 2.000 millones de dólares anuales (1.755 millones de euros).

Una realidad invisible

Ese ahorro pasa con frecuencia inadvertido. En algunos casos sus efectos beneficiosos se notan a medio y largo plazo y cuando estos se producen no suelen asociarse a la nuevas terapias. Por otra parte, al anunciarse un fármaco innovador, con frecuencia lo primero que salta a la opinión pública es el coste que supone para el sistema sanitario, sin reparar en la rentabilidad en cascada que genera. Repercute en el ámbito sanitario, al evitar hospitalizaciones y consultas y mejorar la adherencia; en el económico, porque reduce bajas laborales y absentismo y mejora la productividad; y en el social, al disminuir o evitar la carga de cuidados de la dependencia en el hogar.

Los nuevos fármacos suponen más una inversión que un gasto, según reflejan numerosos estudios. El informe publicado en marzo El valor del medicamento desde una perspectiva social, elaborado por el centro de estudios en economía de la salud Weber con el apoyo de Farmaindustria, es un compendio de estudios internacionales y españoles que evidencian esos efectos en la economía y en los sistemas sanitarios.

"Pocas personas saben que por cada euro que se invierte en nuevos medicamentos el sistema público de salud puede ahorrar entre dos y ocho euros, o que un año de esperanza de vida ganado, que en un 70% se debe a la innovación farmacéutica, proporciona cuatro puntos de ganancia para nuestra economía", señala Humberto Arnés, director general de Farmaindustria.

Curaciones con nombre y apellidos

Jesús Fargas, responsable de relaciones institucionales de la Federación Nacional de Enfermos y Trasplantados Hepáticos (FNETH), no ha vuelto al hospital desde que en 2015 fue tratado con los nuevos agentes antivirales de acción directa (AAD) que han revolucionado el tratamiento de la hepatitis C. Hasta entonces, la descompensación hepática que le producía la viremia le obligaba a visitar con frecuencia los centros sanitarios. Fargas recuerda que "hasta hace tres años morían 15 personas al día como consecuencia de la hepatitis C".

El caso de este paciente, que sufría la enfermedad desde 1992, es un ejemplo de lo que en economía de la salud se conoce como efecto compensación de los nuevos fármacos, que describe cómo el ahorro en costes que genera su adquisición es muy superior al gasto que supone adquirirlos. La razón es sencilla: la efectividad de estas terapias es mayor. Emilio Alba, director de la Unidad de Oncología Intercentros de los Hospitales Regional y Virgen de la Victoria de Málaga, apunta que "algunos de estos medicamentos han impactado en la esperanza de vida de las personas de forma clara y otros han mejorado mucho la calidad de vida".

Menos costes hospitalarios

El informe de Weber recoge también un análisis referido a España y realizado por Farmaindustria que refleja que el aumento del gasto farmacéutico hospitalario entre 1999 y 2005 se tradujo en una reducción del gasto en el resto de áreas de los centros, logrando así un ahorro neto de los costes. Las investigaciones internacionales son coincidentes. Los tratamientos oncológicos introducidos en EE UU entre 1989 y 2005 evitaron 1,55 millones de días de hospitalización en 2013 y supusieron una reducción de costes de 4.800 millones de dólares (unos 4.200 millones de euros). En la esclerosis múltiple las terapias innovadoras que se han introducido en España han reducido los costes sanitarios directos de un 64%, con un ahorro de 2.595 euros por paciente.

Los avances que se han registrado en los últimos años en el abordaje de las patologías más graves y frecuentes eran hasta hace poco impensables. Enfermedades letales se han convertido en crónicas, de forma que sus pacientes tienen ahora una expectativa de vida que con frecuencia se puede equiparar a la de la población general.

Existen algunos requisitos para que estos y otros beneficios alcancen a los pacientes de procesos susceptibles de beneficiarse de fármacos innovadores. María Ángeles Muñoz-Fernández, jefa de sección de Inmunología del Hospital Gregorio Marañón de Madrid, los apunta en relación al VIH/sida: "Para el control de la infección es importante el acceso a los antirretrovirales y un diagnóstico precoz. Hoy la mitad de los pacientes lo recibe tarde."

Cumplir el tratamiento es clave

Los autores del informe Weber destacan otro factor esencial en la reducción de los costes sanitarios vinculados a los nuevos tratamientos: "El mayor control de la enfermedad, propiciado por una mayor adherencia, a menudo se traduce en un menor uso de los servicios sanitarios de urgencia y de las hospitalizaciones".

En España la supervivencia en cáncer infantil ha aumentado un 70% en tres décadas

El Plan de Adherencia al Tratamiento, un documento realizado en España por sociedades profesionales e impulsado por Farmaindustria, estima que aumentar en un punto porcentual el nivel de adherencia media al tratamiento entre los pacientes con enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) reduciría el gasto sanitario directo en 8,5 millones de euros. Y lo más importante: se evitarían 1.089 muertes.

Los fallecimientos que se han evitado con las vacunas se cuentan por millones. "Sería inimaginable un mundo sin ellas, han representado un avance imponente para la salud pública", apunta Ángel Gil, catedrático de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid. Son el ejemplo más claro de la repercusión en la salud y en la economía de los medicamentos innovadores. Su impacto y el de la innovación farmacéutica en general en la esperanza de vida se refleja a las claras en las estadísticas.

En España una persona que nazca hoy tiene ante sí una esperanza de vida de 83 años, diez más que los nacidos en 1975. Si durante las primera mitad del siglo XX lo que más influyó en la prolongación de la expectativa de vida fueron las medidas de higiene y salud pública –gestión de aguas residuales o suministro de agua–, y posteriormente la promoción de estilos de vida saludables o el progreso en las condiciones socioeconómicas, en las últimas décadas las claves del progreso corresponden al avance imparable de la ciencia médica y a los medicamentos innovadores. Según el informe El valor del medicamento desde una perspectiva social estos son responsables del 73% del aumento de la esperanza de vida. El anhelo de vivir más años en las mejores condiciones de salud ha sido posible en gran medida a principios activos que cambiaron la forma de curar.

Los protagonistas

"Gracias a la innovación hemos ganado años y calidad de vida. El 85% de las mujeres diagnosticadas de cáncer de mama supera la enfermedad".

Toñy Guimón. Secretaria de la Federación Española de Cáncer de Mama (FECMA).

"Los nuevos tratamientos tienen menos efectos secundarios que la quimioterapia clásica, presentan toxicidades menos agudas e infrecuentes".

Emilio Alba. Director de la Unidad de Oncología Intercentros de los Hospitales Regional y Virgen de la Victoria de Málaga.

"Las vacunas han supuesto un cambio radical en la incidencia de las enfermedades infecciosas en el mundo, han conseguido erradicar muchas de ellas y controlar otras".

Ángel Gil. Catedrático de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid.

"Esta viremia es privilegiada porque con los nuevos tratamientos es la única que puede curarse. Ahora mi esperanza de vida se iguala a la del resto de personas sanas".

Jesús Fargas. Enfermo de hepatitis C. Responsable de Relaciones Institucionales de la Federación Nacional de Enfermos y Trasplantados Hepáticos (FNETH).

"Cada vez son más las personas que envejecen con VIH/sida porque los nuevos antirretrovirales inhiben por completo la infección".

María Ángeles Muñoz-Fernández. Jefa de sección de Inmunología del Hospital Gregorio Marañón de Madrid.

Esta noticia, patrocinada por Farmaindustria, ha sido elaborada por un colaborador de EL PAÍS.

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