El Supremo de Pakistán absuelve a la cristiana condenada a muerte por blasfemia
Grupos de derechos humanos aplauden una decisión judicial, que ha despertado protestas de los extremistas religiosos
El Tribunal Supremo de Pakistán ha absuelto este miércoles a Asia Bibi, la cristiana que ha pasado ocho años en el corredor de la muerte acusada de delitos de blasfemia contra el islam, evitando así la primera condena a la horca a una mujer en la República Islámica de Pakistán. “La tolerancia es el principio básico del islam”, ha dicho el presidente del Supremo, Saqib Nasir, citando el Corán, al leer la sentencia de la sala especial encabezada por tres jueces. La decisión ha originado reacciones contrapuestas en las calles del país asiático.
En 2010, Asia Bibi fue condenada por blasfemia después de que un grupo de vecinas de una localidad de Punjab, al este de Pakistán, la acusasen de hacer comentarios despectivos sobre el profeta Mahoma cuando estas se negaron a que bebiese del pozo comunitario por no ser musulmana. Nacida a finales de los años sesenta y madre de cinco hijos, Asia Bibi negó en todo momento las acusaciones, generando un debate acerca de las leyes draconianas sobre la blasfemia que rigen la vida pública y las rencillas vecinales en Pakistán.
“Finalmente se ha hecho justicia con Asia Bibi. Hay que apreciar que el Tribunal Supremo respetó la ley y no sucumbió a ninguna presión”, dijo a la agencia Reuters el abogado de la acusada, Siful Mulook, quien añadió que estas “son muy buenas noticias para Pakistán y el resto del mundo”. El caso ha despertado posturas enfrentadas entre los ciudadanos del país. Por un lado, la condena a Bibi indignó a la comunidad cristiana. Por otro, los seguidores del partido islamista Tehreek-e-Labaik (TLP), fundado en apoyo a las duras leyes del país contra la blasfemia, han condenado inmediatamente el fallo absolutario, han amenazado de muerte a los magistrados y han bloqueado calles de Karachi y Lahore, principales centros urbanos del país.
“El principal patrocinador del TLP, Muhammad Afzal Qadri, ha emitido un decreto que dice que el presidente y aquellos que ordenaron la liberación de Asia merecen la muerte”, anunció el portavoz del partido, Ejaz Ashrafi, que también ha hecho un llamamiento para derrocar al nuevo Gobierno del primer ministro, Imran Khan. El TLP fue creado, precisamente, en apoyo al guardaespaldas que mató al gobernador provincial de Lahore, Salman Taseer, por haber defendido la absolución de Bibi en 2011. Con posterioridad, también el ministro de Minorías, Shahbaz Bhatti, fue asesinado a raíz de su apoyo a la acusada.
Insultar al profeta del islam está penado con la muerte según las leyes de Pakistán, y las acusaciones de blasfemia encienden tanto las emociones en la sociedad paquistaní que dificulta la defensa de los acusados de tales ofensas, hasta el punto de que docenas de ellos han sido asesinados a raíz de estas denuncias. Sin embargo, la legislación al respecto no define claramente el término blasfemia y las pruebas de las acusaciones muchas veces no se reproducen en los tribunales por miedo a cometer un nuevo delito al enunciar la blasfemia. En consecuencia, defensores de los derechos humanos denuncian que estas leyes son explotadas por extremistas religiosos, entre otros, para saldar cuentas pendientes con sus conciudadanos.
La comunidad cristiana constituye una minoría vulnerable en Pakistán. Suma una población de poco más de cuatro millones, apenas un 2% de los más de 208 millones de habitantes del país y sufre la constante intimidación y discriminación por parte de la mayoría musulmana. En febrero, una de las hijas de Asia Bibi y su marido, Ashiq Masih, se reunieron con el papa Francisco poco después de que el Coliseo se iluminase de rojo en solidaridad con los cristianos perseguidos por el mundo, y en particular por Asia Bibi. “Pienso en tu madre a menudo y rezo por ella”, le dijo el Pontífice a la hija de la acusada.
Organizaciones internacionales por la defensa de los derechos humanos han aplaudido la decisión judicial, subrayando su importancia en el contexto de Pakistán. “Es un veredicto histórico. Durante los últimos ocho años, la vida de Asia Bibi se ha apagado en el limbo”, ha afirmado Omar Waraich, delegado de Amnistía Internacional en el sur de Asia: “Se debe enviar el mensaje de que las leyes de blasfemia nunca más se usarán para perseguir a las minorías vulnerables”.
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