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Andalucía revisará los libros de texto para asegurar la igualdad

La nueva ley prevé cursos obligatorios para formar a los profesores en feminismo y tendrá capacidad sancionadora

Cartel publicitario en Sevilla.
Javier Martín-Arroyo

"Los problemas de Matemáticas siempre mencionan ‘mi madre va a comprar el pan’, el análisis morfológico de una frase suele ser ‘ella cocina y él trabaja’ y en Ciencias no hay mujeres excepto Marie Curie". Miguel Ángel Martínez, responsable del plan de Igualdad del colegio Blas Infante de Alcalá de Guadaíra (Sevilla), destaca ejemplos añejos y machistas presentes en la inmensa mayoría de los libros de texto de los escolares. Para que la igualdad de género no sea un mito en las aulas y revertir la escasa presencia de mujeres en los materiales educativos, Andalucía ha reformado este miércoles su Ley de Igualdad de 2007.

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Una comisión de expertos revisará todos los libros de texto desde infantil a bachillerato, según la ley aprobada en el Parlamento andaluz. "En Asturias y Valencia recogen en su normativa la necesidad de incluir a las mujeres, pero no se concreta y se deja a la voluntad del profesorado. Si ahora en Andalucía se crea una comisión, eso estaría muy bien", ensalzar Ana López-Navajas, autora del mayor estudio sobre la presencia de mujeres en los materiales educativos, que analizó 115 textos y contó un 7,5% de apariciones de mujeres en todas las asignaturas.

Una veintena de editoriales elaboran los libros educativos para las escuelas andaluzas. "Hay un compromiso de los editores de asumir los contenidos y estamos a la espera de conocer la comisión", afirman fuentes de Anele, la asociación que agrupa a empresas del sector.

La comisión de expertos analizará los materiales curriculares y emitirá un informe anual para evaluar su implantación real. Eso sí, su creación efectiva y por tanto la velocidad de los cambios reales dependerá de la voluntad del Gobierno andaluz, ya que este se ha concedido un año de margen para aplicar las medidas. "La integración del saber de las mujeres y de su contribución social e histórica al desarrollo de la humanidad, revisando y, en su caso, corrigiendo los contenidos que se imparten, incorporando la historia del feminismo como movimiento social y político", refleja la reforma legal andaluza. Esta revisión de los libros de texto es la medida estrella de la nueva norma, que dispone de 1.793 millones hasta 2021 pero su inmediata dotación depende de la aprobación de los Presupuestos andaluces para 2019 y estos son aún una incógnita ante el posible adelanto electoral.

En paralelo, la reforma obligará a que los profesores reciban formación sobre igualdad para que la incorporen en todas las asignaturas. Hasta ahora, los docentes solo se formaban con cursos optativos y cada centro escolar imponía estos contenidos en función del interés del profesor responsable de turno.

Las leyes de igualdad suelen tener un carácter propositivo y de buenas intenciones, pero desde ayer la andaluza ha cobrado capacidad sancionadora. Esto es, cualquier persona, empresa o institución puede ser denunciada ante la Junta por incumplir la ley en cualquier manifestación o acto, y se enfrentará a multas de hasta 120.000 euros. Incluidas las campañas publicitarias sexistas y los eventos deportivos. De este modo, los cánticos de la hinchada del Betis en la que los ultras ensalzaron en 2015 la violencia de género podrán ser denunciados ante la Administración, no solo en los juzgados.

Dinero y selección

Los expertos del Instituto Andaluz de la Mujer (IAM) analizarán las denuncias sobre discriminación directa o indirecta por razón de sexo y las elevarán en función de su gravedad a la Consejería de Igualdad o al Consejo de Gobierno de la Junta. Pero para recabar las denuncias, el Gobierno autonómico aún debe dotar de un cuerpo de funcionarios extra al IAM para que sea capaz de acoger todas las denuncias que presenten los ciudadanos. En otras palabras, es necesario dinero y una procelosa selección de personal.

La reforma de la ley ha salido adelante con los votos del PSOE, PP y Ciudadanos, mientras que Podemos e IU han votado en contra en un ambiente preelectoral. La consejera de Igualdad y Políticas Sociales, María José Sánchez Rubio, ha destacado la prevención de la violencia de género desde las aulas como medicina para esta lacra. "Detrás de la desigualdad late un concepto de inferioridad de la mujer respecto al hombre que hay que trabajar", ha admitido.

Para Izquierda Unida la reforma aprobada ayer es una oportunidad perdida y la ley se queda coja. "¿Avances? Sí, pero pedaleando en el aire porque la anterior ley no se cumple. Hemos perdido 11 años", ha criticado Elena Cortés. La diputada ha censurado que la Junta no fije contenidos mínimos para los planes de igualdad de las empresas para reducir la brecha salarial, que no haya establecido aún protocolos contra el acoso en el trabajo, ni deje de contratar con empresas condenadas por discriminación laboral, pese a repetidas promesas.

Soledad Granero, portavoz del movimiento feminista del 8-M y que ilustró a los diputados durante la tramitación de la ley, ha criticado este miércoles que "la ley está descafeinada", "no es transversal" y aún carece de reflejo en los Presupuestos de las diferentes consejerías. "La Junta lleva con el mismo presupuesto, entre 40 y 43 millones para igualdad y violencia de género, desde hace 10 años, con una subida anual del 0,2%". Para Granero, el Ejecutivo andaluz ha perdido una "gran oportunidad" para plasmar la igualdad en sus políticas sociales.

Las mujeres, fuera del relato de las aulas

La comisión de expertos revisará todas las imágenes, lenguajes y contenidos incluidos en los materiales curriculares y libros de textos de las escuelas e institutos andaluces. El objetivo es realizar “un análisis crítico del modelo de masculinidad hegemónica” que ha imperado hasta ahora, según la nueva norma andaluza. Ante esta revisión página a página, la experta Ana López-Navajas destaca cómo esta labor debe ir más allá del cambio del relato histórico que ha hecho de las mujeres las grandes perdedoras.

“Hace falta que se haga correctamente. No se trata de incluir solo a las mujeres, sino de adecuar la perspectiva. En Tecnología, contemplar las tecnologías del hogar como un avance social. En Historia, incluir la lucha de las mujeres como un movimiento de tres siglos y en literatura incluir géneros como la novela corta”, donde ellas están muy representadas.

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Sobre la firma

Javier Martín-Arroyo
Es redactor especializado en temas sociales (medio ambiente, educación y sanidad). Comenzó en EL PAÍS en 2006 como corresponsal en Marbella y Granada, y más tarde en Sevilla cubrió información de tribunales. Antes trabajó en Cadena Ser y en la promoción cinematográfica. Es licenciado en Periodismo por la Universidad de Sevilla y máster de EL PAÍS.

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