“El alma de un periódico es la mirada compartida de su redacción y sus lectores”

¿Cómo se escogen las noticias de primera página? ¿Recibe el periódico presiones? ¿Sigue existiendo el periodismo de investigación o solo hay filtraciones? La sala de reuniones de la segunda planta de EL PAÍS, en la que cada día se decide la primera página del periódico, ha acogido esta mañana un encuentro de nueve suscriptores del diario con su director, Javier Moreno, al que han preguntado sobre numerosas cuestiones relacionadas con EL PAÍS y el periodismo. La propuesta se enmarca dentro de EL PAÍS +, un catálogo de iniciativas que el periódico ha puesto en marcha para sus suscriptores. EL PAÍS + ofrece propuestas exclusivas de cine, teatro, música, gastronomía o viajes, pero también quiere acercar a los lectores el día a día del periódico, a través de encuentros con los responsables del mismo.

Moreno comenzó el acto agradeciendo a los suscriptores su fidelidad y definiendo lo que, para él, es la idea de un periódico: “Un diario es la mirada compartida de una redacción y sus lectores, que nunca va a coincidir al 100%, pero tienen una visión más o menos parecida del mundo que les rodea, y eso es el alma de un diario”. ¿Está definida la visión del periódico?, preguntó uno de los lectores. “Sí lo está en términos generales. Tenemos un Estatuto de la Redacción y un Libro de Estilo que marcan las pautas, pero lo más importante es saber lo que quieres ser y, sobre eso, tomar decisiones. Y EL PAÍS sabe cuál es su misión: ayudar a construir una sociedad moderna, progresista y con un crecimiento económico con un marcado carácter social”.

¿Y cómo se elige la primera página? “Es una de las cosas más fascinantes de hacer un periódico, porque tienes que ordenar, cada día, el desorden de la realidad. La primer página responde a muchas decisiones previas sobre cómo se organizan el trabajo y la estructura del medio. Es el fruto del trabajo de un equipo”.

Durante la reunión, los lectores se mostraron muy interesados en la relación del periódico con los partidos políticos y las empresas. ¿Reciben presiones?, preguntó uno de los lectores. “Sí, claro que hay presiones, siempre han existido. Pero el periodista se debe regir por la ética profesional” ¿Y qué opinan de que no haya preguntas en las ruedas de prensa o que se den a través de un plasma? “Cuando algún político hace eso, cree que está maltratando al periodista, pero en realidad a quien maltrata es al ciudadano, porque el periodista es el instrumento de la sociedad para preguntar lo que quiere saber”. ¿Y por qué no os plantáis? “Porque creemos que nuestra responsabilidad es contar lo que pasa, y no comenzar una guerra entre periodistas y políticos”.

También le preguntaron a Moreno por la línea editorial del periódico y por la relación con el partido socialista: “EL PAÍS no es un periódico del partido socialista, otra cosa es que, a lo largo de la historia, ellos hayan coincidido con nosotros más que otros partidos. Los periódicos tienen que tener claras sus ideas y nosotros, por poner un ejemplo, fuimos los primeros en decir al presidente Zapatero que había crisis. Muchos de nuestros lectores nos criticaron por ello en su momento, aunque luego se demostrara que era así. Apoyamos la Ley de Dependencia, el matrimonio homosexual, la reforma de la ley del aborto… pero en el tema de la crisis no podíamos seguir su discurso. EL PAÍS no pertenece ni se debe a nadie más que a sus lectores”. ¿Y sigue existiendo el periodismo de investigación o todo viene de las filtraciones? “Siempre ha habido filtraciones, vengan de alguien que quiere sacar algo de ellas o de ciudadanos honestos que quieren que las cosas se hagan bien, pero incluso esas filtraciones necesitan un equipo de periodistas que trabajen y corroboren esas informaciones. Los papeles de Bárcenas, por ejemplo, a nosotros nos llevó meses conseguirlos, y después también llevó su tiempo contrastar los datos que contenían”.

Antes de finalizar, los suscriptores mostraron su preocupación por la pérdida del hábito de leer periódicos entre la gente joven así como por una hipotética desaparición del papel (aunque varios de ellos disponían de dispositivos digitales de lectura). Una visita a las rotativas, para conocer el lugar donde nace cada día EL PAÍS, cerró la visita.