Enrique Laraña, experto en movimientos sociales
Catedrático de Sociología, estudió las raíces de iniciativas como Democracia Real y el 15-M
Corría el año 1972 o 1973 cuando vi aparecer a Enrique Laraña por Isla Vista, California, rebosante de ilusión y casi diría de felicidad. Como yo, venía a estudiar Sociología en el vecino campus de Santa Bárbara. Era ya licenciado en Derecho, pero buscaba algo más estimulante, y allí tuvo la oportunidad de estudiar Sociología con Jürgen Habermas, Richard Flacks y, sobre todo, Aaron Cicourel, uno de los referentes de la etnometodología, con quien luego trabaría buena amistad y realizaría numerosas investigaciones conjuntas, tanto allí como en España. Enrique obtuvo su MA en Sociología en 1975, el mismo año en que regresa a España y comienza la docencia en la Universidad Complutense.
Iniciaba así una fructífera vida académica que le llevó a ganar plaza de profesor titular en 1985, la cátedra de Sociología en la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales de la Universidad Complutense de Madrid en 1998, la dirección de la sección de Sociología de esa facultad, y a ser profesor visitante en el Departamento de Sociología de la Universidad de California (San Diego y Berkeley), en el Instituto de Estudios Políticos de París, y en la Universidad Federal de Río de Janeiro.
Pero ya su tesis de maestría versaba sobre lo que habría de ser el tema central de la mayoría de sus investigaciones: los movimientos sociales. Movimientos universitarios y juveniles inicialmente, para abarcar después movimientos ecologistas, antinucleares, urbanos, todo ello fue objeto de su cuidada atención en numerosas monografías (más de 50) y dos libros. Uno en español, más reciente, La construcción de los movimientos sociales (1999). Y otro en inglés, que fue declarado “libro sobresaliente del año” en Estados Unidos, editado con dos grandes especialistas del tema, Hank Johnston y Joseph Gusfield, New social movements. From ideology to identity (Los nuevos movimientos sociales. De la ideología a la identidad, 1994).
Una perspectiva que poco a poco combinó con la teoría de la reflexividad, para analizar los movimientos sociales como un mecanismo colectivo de autoanálisis, un espejo de autoobservación social. Mis últimas discusiones académicas con Enrique, paseando por el Retiro una soleada mañana, después de su operación, y cuando aún abrigábamos esperanzas, versaron justamente sobre el movimiento de Democracia Real y el 15-M, tema sobre el que publicó (con Rubén Díez) el que es quizás el mejor trabajo sobre el tema: Las raíces del Movimiento 15-M. Orden social e indignación moral, aparecido en la Revista Española del Tercer Sector (enero-abril 2012, 105-144). Actualmente estaba terminando un libro sobre organizaciones reflexivas y cambio social en España que espero vea la luz, pues Enrique había colocado la sociología española de los movimientos sociales en la vanguardia de la materia.
Enrique Laraña (Santander, 1949) falleció a los 64 años de edad, a causa de una grave enfermedad, el pasado 14 de febrero en Madrid acompañado de toda su familia. Quienes conocimos a Laraña y disfrutamos de su amistad y la de su fantástica familia, sabíamos de su inmensa alegría de vivir y su enorme vitalidad, de la que nos hacía partícipes a todos. Con él se marcha un referente académico y un montón de buenos recuerdos de mi juventud. Pero cuando vuelva por Santa Bárbara, California, seguro que volveré a verle como le recuerdo, en bicicleta y con su tabla de surf bajo el brazo, camino de la playa, con la melena al viento. Seguro que ya está por ahí esperando una buena ola.
Emilio Lamo de Espinosa es catedrático de Sociología (UCM) y presidente del Real Instituto Elcano.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.