“El anuncio del palo parece tonto, pero está pensado”

Ángel Torres y Lucas Paulino forman una pareja estable. Tienen 32 y 35 años y llevan juntos 14. Son publicistas. Cuentan que, menos compartir piso o verse desnudos —“algo que no va a ocurrir”—, han hecho de todo. Son, como pareja profesional, los responsables de la campaña de la bebida Limón y Nada. Un niño abre un regalo y descubre emocionadísimo que ha sido obsequiado con un palo. Es solo un palo, pero él grita extasiado. Torres y Paulino pretendían vender la vuelta a lo sencillo y, por lo que se ve, lo han logrado. Esos 23 segundos de spot revolucionan la Red: un millón de reproducciones en YouTube, imitaciones, comentarios en las redes sociales... y 500.000 personas registradas para un sorteo del preciado objeto. “Lo que hacemos parecen tonterías, pero son tonterías muy pensadas”, resumen.

Estos dos manchegos se conocieron en la facultad. “Me dije: ‘¿Pero que esto es una carrera?’ Y me matriculé”, relata Torres. Paulino explica que él era muy mal estudiante —repitió tres cursos en el instituto—, pero le apasionaba la publicidad. El primero, procedente de Villacañas, y el segundo, de Ciudad Real, coincidieron en una universidad privada de Madrid. Y ellos, a quienes no les dio la nota para estudiar en la pública, llevan ya a sus espaldas campañas como la de Aquarius con Radio Colifata o las del Getafe Club de Fútbol. Siempre han trabajado juntos y nunca han estado en paro. Desde hace un año son directores creativos ejecutivos de la agencia Del Campo Saatchi & Saatchi, es decir, “la cabeza que coordina y da sentido a las ideas que surgen” en un equipo de 50 personas. “Posiblemente sea el más joven de España. Tenemos propuestas frescas”, comentan.

La conversación es una broma constante. “Si estuviéramos solos no te avisaría, pero las croquetas queman”, le dice Torres a Paulino. “A veces nos ponemos serios”, prosigue. Y reconocen que se sienten privilegiados por poder trabajar en lo que les gusta. “Es genial llegar por las mañanas y encontrarte a un equipo que tiene tantas ganas. Y es un orgullo que, en lugar de tener que buscar a los anunciantes, se pongan ellos en contacto con nosotros”, afirma Paulino. Esto fue lo que les pasó con Coca-Cola, grupo al que pertenece Limón y Nada. En noviembre de 2012 recibieron su llamada. Hicieron varias propuestas. Una de ellas partió de Virginia Feito y Ángela Pacheco. Los cuatro trabajaron en ella y el resultado ha sido esta campaña. Un actor “perfecto”, alrededor de 100.000 euros invertidos en un día de rodaje, horas y horas de trabajo y tres spots: de un palo, una piedra y una caja. Ellos apostaban por la piedra, pero triunfó el palo. “No hay claves del éxito, el público te sorprende constantemente”, señalan.

Torres y Paulino aseguran que tienen los pies en el suelo. “Este mundo es así. Un día das el golpe y otro te estrellas”, afirma Paulino. No saben exactamente cuántos premios han ganado, “unos 30”, dicen. Son conscientes de su suerte: su agencia crece en momentos difíciles como este. Ambos critican los grandes egos de los publicistas. “Solo hacemos anuncios, nada más. Así que nos controlamos entre nosotros. Cuando uno se pone tonto el otro se lo dice. Pasamos una crisis al año, nos dura una hora y seguimos tan tranquilos”, apunta Torres. No hay, pues, divorcio a la vista.