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Rusia debate castigar la “propaganda homosexual”

Llega a la Duma una ley que impondría multas a los gais

Parejas gais protestan ante el Parlamento ruso.
Parejas gais protestan ante el Parlamento ruso. AP

La ley contra lo que los homófobos rusos consideran “propaganda homosexual”, aprobada ya por varias regiones, puede extenderse a toda Rusia si sus impulsores logran que el proyecto presentado por la Asamblea Provincial de Novosibirsk sea sometido a debate en la Duma Estatal o Cámara baja. El texto es brevísimo y propone modificar el Código de Infracciones Legales Administrativas introduciendo diferentes multas que van desde poco más de 100 euros para individuos hasta unos 12.000 para personas jurídicas. Este proyecto debería haber sido discutido a principios de semana, pero la dirección del Congreso de los Diputados decidió quitarlo a última hora de la agenda y decidir hoy en el Comité de la Duma (equivalente a la Junta de Portavoces en España) si es procedente pasarlo a debate, con la consiguiente posibilidad de que sea aprobado. Y de concretarse esta posibilidad, las críticas internas y externas al Kremlin aumentarían.

De ahí que, según fuentes cercanas a la Duma consultadas por este periódico, el Gobierno no esté contento con esta iniciativa homófoba de Novosibirsk, aunque no se pronuncie claramente. La razón es que el Kremlin no puede ignorar a los variados e influyentes círculos rusos que consideran la homosexualidad una perversión y que, por ello, piensan que hay que poner obstáculos serios a las reivindicaciones públicas de los gais. Entre estos figuran sectores cristianos ortodoxos y musulmanes radicales, que parecen estar convencidos de que la homosexualidad es algo “contagioso”, y que los más vulnerables son los niños.

La Asamblea de Novosibirsk decía al respecto en la nota explicativa que acompañaba el proyecto de ley que hay que defender a los niños de aquellos “factores que influyen negativamente en su desarrollo físico, intelectual, psíquico, espiritual y moral”. Miembros de grupos extremistas agredieron el domingo pasado a la docena de activistas gais que se manifestaron contra el proyecto de ley en Vorónezh, una ciudad al sur de Moscú. Este tipo de agresiones, unidas a la prohibición de la marcha del orgullo gay y a la represión policial, han convertido a Rusia en uno de los países más hostiles con las minorías sexuales.

La legislación propuesta prevé sanciones de entre 100 y 12.000 euros

La primera región en promulgar una ley contra la “propaganda de la homosexualidad ante menores” fue Riazán, en 2006; la siguió Arjánguelsk en 2011 y el año pasado se unieron a esta legislación Kostromá y San Petersburgo. Ahora podría ser el turno de toda Rusia ya que, salvo que el Kremlin dé instrucciones precisas para votar en contra, es bastante probable que si la ley es discutida en la Duma los diputados la aprueben. En el comité parlamentario correspondiente, el de la Maternidad y la Infancia, pasó sin problemas y fue recomendada para su aprobación.

En tiempos soviéticos, la homosexualidad era perseguida y estaba penada por una ley, que los comunistas a veces utilizaban para castigar a sus enemigos ideológicos. Entre los famosos heterodoxos que fueron condenados por ello en la URSS figura el gran director de cine Serguéi Paradzhánov, quien murió en 1990, tres años antes de que, ya en la nueva Rusia, la homosexualidad fuera despenalizada y liberados los gais que cumplían condena.

El Kremlin calla pero hay mayoría parlamentaria para su aprobación

Los que piensan, como Nikolái Alexéyev, que hay que luchar activa y públicamente por los derechos de las minorías sexuales, no han tenido mucho éxito en sus intentos. Así, el pasado verano el Tribunal Supremo de Moscú rechazó la apelación que Alexéyev había interpuesto contra el dictamen municipal que prohibía celebrar en los próximos cien años la marcha del orgullo gay en la capital rusa. Por cierto, Alexéyev ha sido una de las primeras víctimas de la ley aprobada en San Petersburgo: fue multado después de protagonizar un piquete frente al Ayuntamiento de la antigua capital imperial enarbolando una pancarta que bromeaba. “La homosexualidad no es una degeneración. Degeneración es el hockey sobre hierba y el ballet sobre hielo”. Un compañero de lucha de Alexéyev, el activista gay Alexéi Kiseliov, pidió en 2012 asilo político en España.

Como el proyecto no contempla penas que conlleven la privación de libertad, es probable que el Kremlin no esté dispuesto a romper lanzas para impedir su aprobación y se contente, a lo más, con demorar el debate en la Duma.

 

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