Por la dignidad
Un grupo de destacadas mujeres del mundo árabe recuerda al mundo que en esta región se producen las peores desigualdades
Nosotras, mujeres árabes comprometidas en la lucha por la democracia, la dignidad y la igualdad. Nosotras, que hemos estado en la primera línea de los excepcionales cambios que están produciéndose en el mundo árabe, queremos recordarle a la comunidad internacional que las mujeres tienen el mismo derecho que los hombres a beneficiarse de los vientos de libertad y dignidad que se extienden por la región. Los derechos conseguidos, sin embargo, siguen por debajo de nuestras aspiraciones, y colocan a las mujeres de esta región en una de las peores condiciones del mundo.
La violencia, tanto en el ámbito privado como en el público, sigue siendo generalizada y se toman muy pocas medidas para poner fin a este azote. En la mayoría de los países árabes, las leyes de familia no son más que legislaciones que institucionalizan la exclusión y la discriminación.
Otras leyes, como las relativas a la nacionalidad, o los códigos criminal y civil, simplemente refuerzan la discriminación. Las normativas actuales violan los derechos y libertades más esenciales de niñas y mujeres mediante la institucionalización de prácticas como la poligamia y el matrimonio de menores, y crean desigualdad de derechos en áreas como el matrimonio, el divorcio, la custodia de los hijos y el acceso a la propiedad y la herencia. Existen leyes que dan cobertura a crímenes de honor, permitiendo a los hombres que matan a una joven o mujer de su familia aducir circunstancias atenuantes.
Aunque la gran mayoría de los países árabes, con excepción de Sudán y Somalia, han ratificado, con distinto entusiasmo, la Convención para la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer (CEDAW en sus siglas en inglés), que fue adoptada por las Naciones Unidas en 1979, esto no ha tenido un impacto real.
Hoy en día, el mundo árabe está construyendo democracia con vistas a consolidar el Estado de derecho y los derechos humanos. Creemos que la igualdad no puede conseguirse sin democracia y que el pleno disfrute de la democracia solo es posible cuando existe igualdad plena.
Por esta razón, recordamos a los Estados, partidos políticos y sociedad civil de los países árabes que hagan todo lo posible para que la dignidad de la mujer y su igualdad ante los hombres no sea sacrificada, una vez más, en nombre de otras pretendidas prioridades. Ninguna democracia puede ser construida en detrimento de la mitad de la sociedad.
Pedimos por ello:
—La protección de los derechos actuales, igualdad completa y efectiva y la inclusión de los derechos de la mujer en la redacción de las Constituciones.
—Medidas legislativas y administrativas para eliminar la violencia contra la mujer.
—La ratificación y aplicación de CEDAW, sin reservas, respetando el espíritu de la convención y con todas sus consecuencias.
—Leyes para proteger frente a desigualdades políticas y sociales y la discriminación, especialmente la relativa a la familia.
—Medidas de discriminación positiva para garantizar el acceso de las mujeres a puestos de decisión, así como su participación en asociaciones políticas y sociales.
—La denuncia quienes discriminan a la mujer en base a retrógradas interpretaciones de preceptos religiosos o que intentan prohibir la participación plena y efectiva de las mujeres en una vida caracterizada por la dignidad y el respeto de los derechos humanos.
Firmantes del manifiesto publicado junto a Le Monde, La Stampa y Gazeta Wyborska: Souhayr Belhassen, presidenta de la FIDH (Túnez); Bochra Belhadj Hmida, abogada, cofundadora y expresidente de la Asociación Tunecina de Mujeres Demócratas (Túnez); Shahinaz Abdel Salam, bloguera y activista (Egipto). Nawal El Saadawi, médica psiquiatra, escritora y feminista (Egipto); Tahani Rached, realizadora (Egipto); Samar Yazbek, escritora (Siria); Azza Kamel Maghur, abogada internacional y miembro del Consejo Libio de los Derechos del Hombre (Libia); Tawakkol Karman, Premio Nobel de la Paz 2011. Periodista (Yemen).
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