Una fuga de cerebros sin cuantificar

La fuga de cerebros de España por la crisis económica no tiene cifras oficiales. Sin embargo, el ministro de Educación, Cultura y Deporte, José Ignacio Wert, minimiza  la "supuesta" salida de españoles bien formados y la achaca en gran medida a los descendientes de españoles nacionalizados gracias a la Ley de Memoria Histórica.

En una entrevista con RNE esta mañana, Wert aseguró que "si uno mira a través de los registros de embajadas y consulados, la supuesta fuga es menos de la sexta parte de la cifra [que se ha barajado, unas 300.000 partidas]". Pero lo cierto es que los datos oficiales de los españoles en el extranjero omiten su titulación académica. A tenor de esos registros, a 1 de enero del año pasado residían fuera 1.702.778 españoles, un 8,2% más que al comenzar 2010, según el Padrón de Españoles Residentes en el Extranjero (PERE) que elabora el  Instituto Nacional de Estadística (INE).

El PERE incluye a los españoles por nacimiento y a los nacionalizados, pero no los desglosa. Incorpora a los descendientes de españoles que han recuperado la nacionalidad de sus antepasados gracias a la Ley de Memoria Histórica y que permanecen en sus países de origen. Entre abril de 2010 y el mismo mes de 2011, 192.230 personas (de ellas, 180.777 latinoamericanas) obtuvieron por esta vía el pasaporte español, aunque se desconoce cuántas se han instalado en España. En total, solicitaron la nacionalidad 332.365 personas, según los datos del Ministerio de Justicia. Para el ministro Wert, este es el grupo que inflaría la salida de talento:  "Son gente que ha adquirido una educación superior en su país y que de repente aparecen como un incremento de población española pero que siempre han vivido en ese país".

La otra gran estadística de españoles en el extranjero, la que estima las salidas mes a mes, tampoco recoge el nivel académico de quiénes parten. A lo largo de 2011, se marcharon 62.611 españoles, un 70% más que el año anterior. Pero el INE carece de datos sobre cuántos de ellos tenían la nacionalidad desde la cuna y cuántos por nacionalización (en 2010, 123.714 personas obtuvieron la nacionalidad por residencia, una cifra muy superior a la de años anteriores).

A falta de cifras oficiales sobre el éxodo de españoles con talento, sí existen pautas sobre su alta movilidad. La Encuesta sobre Recursos Humanos en Ciencia y Tecnología, elaborada por el INE en 2009, en los albores de la crisis, revelaba que uno de cada cinco doctores (21,2%) había ido a vivir fuera de España al menos durante tres meses desde el año 2000. El 58,6% aducía motivos académicos para ello y el 34%, el fin de su contrato de trabajo o de su postdoctorado. El principal motivo para regresar fueron los factores personales o familiares (37,7%), seguidos de cuestiones económicas o relacionadas con el empleo (29,2%).

En el desierto de cifras sobre talentos, solo el Ministerio de Economía y Competitividad facilita una: en España existen 130.000 investigadores a tiempo completo. Si se suman los que investigan a tiempo parcial, el número asciende a 217.000. Imposible saber cuántos han hecho la maleta, corroboran también allí.