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Pasando de la fecha

¿Tiramos alegremente alimentos aptos para el consumo debido a la fecha que figura en el envase? Pues sí, aunque una cosa es la que indica su caducidad y otra, la de consumo preferente.

Seguro que usted ha comprobado alguna vez que un producto pasado de fecha que ha olvidado en una esquina de la nevera sigue siendo apto para el consumo. Solemos comprobar la fecha de los alimentos que compramos en los supermercados, pero ¿de qué fecha estamos hablando? Existen dos: la fecha de consumo preferente y la fecha de caducidad. La primera indica el momento en que el producto pierde algunas de sus propiedades, ya sea su aroma, su aspecto inmaculado, su sabor. Sin embargo, no indica que pasada esa fecha no sea saludable el consumo, como muchas veces se piensa. Es la fecha de caducidad, que muestran algunos productos especialmente perecederos, la que indica cuando el consumo del alimento puede ser perjudicial para la salud. Ambas son excluyentes entre sí: si se imprime una, no se imprime la otra.

La responsabilidad de definir los plazos de caducidad es de las empresas fabricantes
Desechar alimentos que pasan la fecha de consumo preferente supone un gran desperdicio de alimento

Según la norma general de etiquetado (Real Decreto 1334/1999), en todo producto alimenticio se imprimirá la fecha de duración mínima o, en su caso, la fecha de consumo preferente. "En el caso de productos alimenticios microbiológicamente muy perecederos y que por ello puedan suponer un peligro inmediato para la salud humana después de un corto período de tiempo, la fecha de duración mínima se cambiará por la fecha de caducidad, expresada mediante la leyenda 'fecha de caducidad', seguida de la misma fecha o de una referencia al lugar donde se indica la fecha en la etiqueta". Alimentos de este tipo son las carnes y pescados, productos lácteos refrigerados, pan de molde, verduras cortadas o bollería industrial. La responsabilidad de definir los plazos de caducidad es de las empresas fabricantes.

Desechar alimentos que pasan la fecha de consumo preferente, como hacen muchos supermercados y consumidores, supone un gran desperdicio de comida. En el mundo desarrollado las principales causas de desperdicio son el comportamiento del consumidor, además de la falta de coordinación entre los diferentes actores de la cadena de distribución, según explica la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) en su reciente informe Global food losses and food waste. "Los alimentos pueden desecharse debido a los estándares de calidad, que rechazan productos que no tienen la forma o la apariencia perfecta. A nivel de consumidor, la insuficiente planificación de las compras y las fechas de consumo preferente que expiran causan gran cantidad de desperdicio, en combinación con la actitud descuidada de esos consumidores que pueden permitirse tirar comida", indica el informe. La organización estima que el desperdicio per cápita en Europa y Norteamérica es de entre 95 y 115 kilos al año (mientras que en el África subsahariana y el sudeste asiático es solo de entre 6 y 11 kilos anuales). Todo esto representa un gasto innecesario, no solo de los alimentos, sino también de recursos como agua, tierra, energía y materias primas, necesarios para producirlos, además de emisiones innecesarias de CO2 y la pérdida del valor económico de los alimentos producidos.

Por eso, en Reino Unido se plantean instaurar una fecha única, para evitar confusiones y que los basureros terminen llenos de comida en buenas condiciones. "Para aprovechar bien los alimentos, se podrían crear zonas en los supermercados con productos próximos a la fecha de caducidad y a precios rebajados, como ya se hace en otros países. Por otro lado, las ofertas de 2x1 fomentan que se compre, a veces irracionalmente, más de lo que se puede consumir", según explican en la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU). "Habría que revisar racionalmente los criterios de etiquetado, dependiendo de la naturaleza del producto. Muchas veces las fechas se fijan más por criterios comerciales que objetivos", afirman. Observando correctamente las fechas de lo que compramos podemos eludir gastos innecesarios, aliviar nuestro bolsillo y también hacer bien a todo a nuestro delicado planeta y quienes lo habitan.

Según la norma general de etiquetado, en todo producto alimenticio se imprimirá la fecha de duración mínima o, en su caso, la fecha de consumo preferente.
Según la norma general de etiquetado, en todo producto alimenticio se imprimirá la fecha de duración mínima o, en su caso, la fecha de consumo preferente.SAMUEL SÁNCHEZ

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