Detenido tras asesinar a su mujer en Terrassa
Son 55 las fallecidas a manos de sus parejas o exparejas en lo que va de año
A las nueve de la mañana de ayer, Francisco V. B., de 41 años, salió de la casa donde vive con su mujer y su hijo y dio un paseo. Unos minutos más tarde, cogió su teléfono y marcó el número de emergencias. El hombre explicó a un agente de los Mossos d'Esquadra que acababa de mantener una fuerte discusión con su mujer. Francisco agregó que la pelea se le escapó de las manos y que acabó apuñalando a su esposa hasta matarla. El hombre expresó, por último, que tenía la intención de entregarse por lo que acababa de hacer.
Una patrulla de la policía autonómica se desplazó rápidamente al domicilio familiar de Terrassa (Barcelona), en una calle repleta de casas unifamiliares pegadas unas a otras. En uno de esos pisos, protegidos con toldos a rayas blancas y amarillas, encontraron a la mujer muerta. Su cadáver presentaba signos evidentes de violencia por arma blanca. Francisco le había propinado, presuntamente, diversas puñaladas que acabaron con su vida a primera hora de la mañana.
El hombre, de nacionalidad española, fue detenido poco después cerca de la casa por una segunda patrulla. Está acusado de un delito de homicidio. Francisco no tenía denuncias previas por malos tratos o violencia doméstica, según fuentes cercanas a la investigación. Según el alcalde de Terrassa, Pere Navarro, la pareja estaba en trámites de separación. El alcalde confirmó que no constan denuncias previas por parte de la víctima.
La muerte de la mujer de Terrassa eleva a 55 el número de fallecidas a manos de sus parejas o exparejas en lo que va de año en España. En 2010 murieron 73 mujeres en todo el país, según datos de la Secretaría de Estado de Igualdad.
El asesinato conmocionó a los vecinos de la localidad, que ayer celebró la Diada de los Minyons, la agrupación local de castellers, la fiesta tradicional catalana en la que se levantan torres humanas. El grupo rindió homenaje a la víctima y, al mediodía, realizó una construcción simbólica de tres castells mientras uno de sus representantes leía un manifiesto ciudadano de repulsa y condena por el crimen machista. En lugar de los habituales pilares de despedida, las tres collas que participaban en la jornada levantaron pilares de duelo sin música. "Hay que impregnar a la sociedad con la idea de que la violencia no lleva a ningún lugar", sentenció Navarro.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.