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El Tsunami de Japón fue la suma de dos olas gigantes

La fusión duplicó el poder destructivo del fenómeno

El tsunami generado por el terremoto de Tohoku-Oki, el pasado marzo, que devastó la costa nororiental de Japón, era el resultado de la fusión de dos olas gigantes, lo que duplicó su intensidad recorriendo el océano sobre crestas submarinas y amplificando su poder destructivo al llegar a la costa. Dos científicos que han analizado los datos tomados por tres satélites (de Europa y de EE UU) afirman que estas conclusiones confirman la hipótesis de fusión de tsunamis que ha dificultado notablemente hasta ahora la precisión en las proyecciones de estas olas gigantes.

Y.Tony Song (del Jet Propulsin Laboratory, California) y C.K.Shum (de la Universidad del Estado de Ohio) basan su investigación en la información obtenida por los altímetros-radar de los satélites Jason I, Jason II y Envisat, que miden la altura del mar con una precisión de pocos centímetros. Sobrevolaron la región del terremoto y el tsunami siguiendo trayectorias ligeramente distintas y separados por varias horas unos de otros, pero midieron los diferentes frentes de ola generados. Los datos indican que se formaron dos frentes de ola aquel día del terremoto y que ambos se fusionaron para formar un único tsunami con el doble de altura. Esa ola gigante fue capaz de recorrer largas distancias en el océano sin pérdida de potencia. Es más, las crestas del fondo oceánico empujaron las olas en determinadas direcciones preferentes desde el origen del tsunami, según explica la NASA en un comunicado.

Los resultados de esta investigación, presentados en la reunión de la American Geophysical Unión que se celebra en San Francisco, ayudan a explicar cómo los tsunamis pueden cruzar cuencas oceánicas y provocar enormes daños en unas zonas sin afectar a otras, explican los expertos. Además, el trabajo puede ayudar a mejorar la predicción de la evolución de las olas gigantes y, por consiguiente, los sistemas de alerta y emergencia.

Hasta ahora, los modelos de predicción de evolución de los tsunamis sólo tienen en cuenta la topografía submarina cercana a determinadas costas, pero, dado la influencia de las montañas y valles del fondo marino en la evolución y orientación que toman estos fenómenos, habría que tenerlos en cuenta para preparar mejores mapas de riesgo, sugieren Y.Tony Song y C.K.Shum.

El satélite Jason I es de la NASA y la agencia espacial francesa CNES, el Jason II es una misión de colaboración de instituciones europeas y estadounidenses y el Envisat es de la Agencia Europea del Espacio (ESA).

El tsunami del pasado marzo en Japón, captado por el satélite <i>Jason 1</i> (su trayectoria esta marcada en rojo).
El tsunami del pasado marzo en Japón, captado por el satélite Jason 1 (su trayectoria esta marcada en rojo).NASA/JPL-CALTECH/OHIO STATE UNIVERSITY

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