El exprimer ministro japonés temió que Tokio quedara inhabitable por el accidente de Fukushima
Naoto Kan considera que la energía nuclear es una opción muy peligrosa.- Admite que simularon la evacuación de Tokio y que habría sido imposible
El accidente nuclear de Fukushima estuvo el pasado 11 de marzo muy cerca de hundir Japón. El exprimer ministro Naoto Kan, recién dimitido, ha admitido en una entrevista que los primeros días temió que Tokio quedara inhabitable. "Las escenas de Tokio desierto, sin una sola persona por las calles pasaron por mi mente", ha admitido en una entrevista en el diario Tokyo Shimbun: "Fue realmente un pensamiento escalofriante".
Kan, que dimitió después de que la mayoría de la población rechazara su gestión de la crisis, admitió que evacuar a los 30 millones de habitantes de Tokio habría sido "imposible", por lo que consideró que la energía nuclear es una opción demasiado peligrosa.
En otra entrevista al diario Asahi, Kan declaró que los primeros días, su Gobierno realizó una simulación con una evacuación de 300 kilómetros alrededor de Fukushima, lo que afectaría a Tokio. Tokio está a unos 250 kilómetros al sur de Fukushima, aunque los vientos predominantes han llevado la radiación hacia el noroeste. "Japón no habría soportado como país si la zona de exclusion hubiera alcanzado los 100 o 200 kilómetros alrededor de Fukushima", según Kan, que añadió: "Evacuar a 100.000 o 200.000 personas es una situación realmente grave, pero hacerlo con 30 millones habría sido imposible".
Según Kan, si los técnicos de Tepco, la eléctrica de la central, hubieran abandonado la nuclear a su suerte tras el tsunami "es posible que hoy no hubiera nadie en Tokio y residuos radiactivos decenas de veces superiores a los de Chernóbil se podrían haber dispersado".
Kan aparece ahora como un declarado antinuclear: "Cuando piensas en la posibilidad de que un accidente deje inhabitable la mitad del país no puedes correr ese riesgo, incluso si fuera una vez en un siglo", señaló. "Pensaba que las centrales nucleares eran seguras, porque contaban con tecnología japonesa, pero he cambiado de opinión tras el desastre del 11 de marzo", cuando un tsunami dejó sin refrigeración las nucleares de Fukushima I y II y tres de cuyos reactores han sufrido graves daños.
Antes de dimitir, Kan dejó aprobada una ley de renovables para conseguir que el 20% de la energía del país sea limpia en 2020, lo que supone duplicar la participación actual. Con el plan energético anterior a Fukushima, la energía nuclear debía pasar del 30% de la electricidad el año pasado a más de la mitad en 2030, pero la crisis ha cambiado radicalmente la apuesta tecnológica de Japón.
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