El joven detenido por retener a su novia y obligarla a prostituirse, en prisión sin fianza

Mihail Ifteace, un joven rumano que fue detenido el pasado 23 de agosto por retener a su pareja, una menor de edad, y obligarla a prostituirse en contra de su voluntad en un piso de Usera, ya está en prisión provisional sin fianza, acusado por delitos de prostitución y detención ilegal, según fuentes del Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM). Mihail pasó a disposición judicial el pasado miércoles y el juez no descarta la imputación de más delitos conforme avance la investigación. La novia denunció que durante los dos días de secuestro, su captor le obligaba a beber vasos de agua con sal por su negativa a prostituirse. La Comunidad de Madrid se ha hecho cargo de la tutela de la menor hasta que sus padres sean localizados.

La pareja llegó a la capital el 16 de agosto. Tras tres días haciendo turismo, su novio le dijo por sorpresa que debía pagar el viaje y, en caso de que no pudiese hacerlo, tendría que ejercer la prostitución. Como ella se negó, él la encerró con amenazas, según narró la menor. Dos días después consiguió liberarse. En el hospital se le detectaron hematomas por todo el cuerpo y un colapso en los riñones generado por la ingesta masiva de sal, pruebas que han llevado a la policía a dar credibilidad a su testimonio.

El supuesto secuestrador, casado en su país con una peluquera y con un hijo de seis años, dijo a sus familiares, según cuentan ellos mismos, que viajaba a España para buscar trabajo en la construcción después de que su negocio de venta de relojes y aparatos electrónicos fracasase. El propósito de su viaje, de acuerdo a las investigaciones policiales, fue muy distinto. La tía política del supuesto secuestrador, Anni Ivanov, no puede creerse lo ocurrido. Dice que Mihail Ifteace la llamó desde Rumanía para pedirle cobijo durante una semana, tiempo en el que esperaba encontrar una habitación compartida en la que quedarse. La llegada de Mihail coincidía con las vacaciones de Anni, que había marchado con su marido cinco días a Benidorm. La mujer le había dejado las llaves del apartamento a su sobrino en un hueco semioculto de la ventana, junto a unas escaleras donde se arrumba un cochecito de bebé y varios trastos.

Los agentes registraron la habitación tras la detención y encontraron que Mihail había proporcionado a su novia documentación falsa para hacerla pasar por mayor de edad, lo que le permitió burlar la exigencia de un permiso de los padres para viajar al extranjero con un menor. Un vecino del portal de enfrente y compatriota del detenido, Mircea Savin, ha explicado que la familia que vive en el piso de la calle Isabel Fornieles, donde fue secuestrada la menor, son "muy tranquilitos y no han tenido nunca problemas". Además, "se encontraban de vacaciones". Tampoco conocía al detenido y no había escuchado nada los días en que la joven estuvo encerrada.