Santander estrenará un puntero tanque de pruebas marítimas
El ingenio recrea oleaje, vientos y corrientes marinas en la costa y aguas profundas
El Gran Tanque de Ingeniería Marítima es un proyecto científico de ingeniería oceanográfica capaz de simular las condiciones naturales de oleaje de cualquier océano, corrientes marinas y los vientos de hasta 150 kilómetros por hora en condiciones equiparables se pueden dar desde la costa hasta a mil metros de profundidad. Se trata de una gran piscina de 28 metros de longitud, 8,6 metros de anchura, 11 de profundidad —tres en la zona principal y ocho en el foso central— y 1,2 metros de altura capaz de albergar 5,5 millones de litros de agua dulce. La singularidad de este tanque, ubicado en el Instituto de Hidráulica Ambiental de Cantabria, en Santander, es que es el único en el mundo capaz de estudiar una amplia variedad de fenómenos oceánicos en aguas profundas y someras. Esto es posible gracias a que las 64 palas que agitan las aguas del tanque ocupan toda la profundidad de la zona principal y no solo trabajan rozando la superficie del agua como es habitual en este tipo de herramientas.
El equipamiento, que empezará a dar servicio a la comunidad científica a partir del próximo mes de septiembre, ha costado 40 millones de euros y en la actualidad da trabajo a 140 físicos, ingenieros y biólogos de 13 países distintos aunque llegarán a ser 250 cuando el tanque, capaz de recrear olas de hasta 20 metros, funcione a pleno rendimiento.
El ingenio, conocido por sus siglas en inglés, CCOB (Cantabria Coastal and Ocean Basin), ha sido diseñado íntegramente por científicos del Instituto de Hidráulica Ambiental de la Universidad de Cantabria. La inauguración, celebrada ayer en un multitudinario acto, fue presidida por la ministra de Ciencia e Innovación, Cristina Garmendia, y el presidente de Cantabria, Miguel Ángel Revilla. Ambos organismos han cofinanciado el proyecto. "Es una oportunidad para la ciencia y para la economía en general sin precedentes", elogió Garmendia, para quien el tanque es un ejemplo de la "buena salud" de la que goza el sistema español de ciencia y tecnología. Las simulaciones predicen y permiten conocer anticipadamente el comportamiento y las consecuencias de riesgos climáticos reales.
Estas recreaciones, además, ponen a prueba la resistencia de las infraestructuras marítimas (molinos eólicos, plataformas petrolíferas y prototipos de buques) ante situaciones adversas como movimientos de la corteza terrestre, vertidos de crudo, inundaciones y erosiones costeras. Una veintena de empresas nacionales e internacionales ya han mostrado su interés en utilizar estas instalaciones. Todas ellas desean mantener sus proyectos en secreto, por lo que la relación de compañías es confidencial.
Otro de los elementos únicos que tiene el Gran Tanque de Ingeniería Marítima, con el que Cantabria aspira a convertirse en un referente internacional de la investigación en ingeniería marina y energías renovables, es el sistema de gestión experimental que permite a cualquier usuario pueda hacer simulaciones con un software creado por el propio Instituto de Hidráulica Ambiental.
Muy próximo a este equipamiento hay otro tanque bidimensional con una pala especial que es capaz de generar tsunamis con olas de hasta 15 metros. A falta de instalar los cristales que lo protegen, estará listo en junio.
El Instituto de Hidráulica cántabro, dedicado a la formación y al asesoramiento a empresas e instituciones, desarrolla 85 proyectos de investigación anuales y ha captado recursos por importe de 14 millones de euros, a los que se suman otros cinco previstos para este año y el próximo.
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