Licenciadas de ayer y hoy
Una doctora de 92 años y una antropóloga veinteañera coinciden en la celebración del centenario del acceso de la mujer a la universidad
Recordar le enciende los ojos, que brillan como si estuvieran repletos de pequeños puntos de purpurina. Sonríe y habla, y el público, en su mayoría femenino, le corresponde con aplausos, entregado a la memoria de María Luisa Aguirre, de 91 años, una de las primeras médicos de Euskadi.
La doctora impartió ayer junto a María Ruiz Torrado, una recién licenciada en Antropología por la UPV, de 26 años, la conferencia Ayer y hoy: Porque fueron, somos, dentro de los actos organizados por la Diputación de Guipúzcoa para conmemorar el centenario del acceso de la mujer a la universidad española.
La lucha de una allanó el terreno de la otra. María Luisa Aguirre nació en el seno de una familia humilde de Tolosa en 1919, cuando la epidemia de gripe española daba sus últimos coletazos. "Fui muy feliz. Teníamos de todo: río, ferrocarril y un caserío en el que se reunían los chicos", comentó emocionada. La anciana aún recuerda cómo aprendió a jugar sola en un tiempo diferente, haciendo todo tipo de experimentos. "Era una marichico", bromeó.
"Escogí Medicina porque era la carrera más larga", bromea Aguirre
María Ruiz Torrado: "Estamos aquí por las puertas que nos han abierto"
Sus padres le inscribieron en la escuela, donde pasó varios años "haciendo juegos tontos", aunque aprendió a leer y a coser. Cambió la escuela por el colegio municipal porque su familia "no tenía tanto dinero". Sin embargo, allí encontró a una profesora preocupada porque las alumnas tuvieran estudios. La joven tolosarra trabajó con tesón y obtuvo en el instituto unas calificaciones soberbias, que le permitieron acceder a una beca para estudiar Medicina en Madrid. "Era la carrera más larga", apuntó jocosamente.
Para poder pagar el primer año de residencia, tuvo que pedir un talón, pero estaba decidida a ser médico, aunque fuera la única chica de su clase. Concluyó su carrera en Salamanca, donde conoció a un facultativo que le descubrió una especialidad que la fascinó, la pediatría, y que posteriormente ejercería, convirtiéndose en una de las primeras dcotoras de Euskadi. "En mi entorno, siempre seré la doctora, como si fuera la patatera o la churrera", aseveró.
Hoy en día ya no sorprende encontrar a mujeres en la universidad o en casi cualquier trabajo, en gran parte, gracias a personas como María Luisa. La joven antropóloga e historiadora María Ruiz Torrado lo sabe: "Estamos aquí por las puertas que nos han abierto". Ruiz explicó que en su camino ha habido pocos obstáculos, ya que sus padres sabían que era fundamental que estudiase. Sin embargo, sostuvo que sigue habiendo diferencias, "muchas veces sutiles", en las posiciones de dirección. Así, opinó que, pese a los positivos cambios, "aún queda trabajo por hacer", una labor en la que deben implicarse todos los ciudadanos.
La antropóloga indicó que uno de los mayores problemas existentes en la lucha por la igualdad es el androcentrismo, ya que "en la historia solo se recuerda a los hombres".
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