El centro de diálisis que infectó de hepatitis C a varios pacientes les indemnizará con 52.000 euros
El juez mantiene abierta la causa penal pese al acuerdo extrajudicial entre las partes
La negligencia del centro de diálisis de Tarragona que el año pasado infectó a al menos siete pacientes de hepatitis C, la variante más grave del virus, costará a la clínica 52.000 euros por cada persona afectada. La cifra se ha pactado en un acuerdo extrajudicial entre la empresa, concertada por la Generalitat y gestionada por la multinacional alemana Fresenius, y cinco de las personas afectadas por la infección. Se trata de los pacientes representados legalmente por la asociación El Defensor del Paciente, que ha pactado esta cantidad con la aseguradora del centro de hemodiálisis, HDI Seguros. El Juzgado de Instrucción número 6 de Tarragona, sin embargo, mantiene abierta la causa penal por el suceso para investigar si los hechos son constitutivos de delito. El contagio se produjo supuestamente porque el centro incumplió reiteradamente las normas de uso de un autocoagulante empleado en para realizar la diálisis.
La ficha técnica de esta sustancia, la heparina, subraya la obligación de inyectar a cada paciente envases de una solo dosis y uso individual. El centro, en cambio, suministraba el mismo frasco a diversos enfermos aparentemente para reducir costes. Si se extrae heparina de uno de estos envases con una aguja que ha tenido contacto con un portador del virus C, todo el frasco queda contaminado y la infección vírica se contagia al resto de los pacientes, como ocurrió con al menos siete personas en la clínica de Tarragona. Fresenius gestiona otra media docena de centros de diálisis concertados por el Servicio Catalán de la Salud que, tras conocer lo ocurrido, fueron inspeccionados por la Generalitat.
"No se preocupen, morirá antes"
Los afectados del centro de Tarragona, en su mayoría personas de avanzada edad, fueron informados del contagio por el propio centro el pasado 3 de diciembre. La variante C de la hepatitis es la que provoca efectos más graves -cirrosis o cáncer de hígado en sus casos más extremos-, pero éstos suelen tardar 20 años o más en aparecer. La clínica esgrimió este factor para tranquilizar a los pacientes infectados y quitarle hierro a la negligencia clínica. "No se preocupen: la enfermedad no llegará a afectarle porque morirá antes", explicaron los doctores a los afectados, según el relato de los pacientes.
Los afectados lamentan el modo con que se les notificó el alcance de la negligencia y sostienen que esta ya ha comportado graves perjuicios para su salud. A uno de los infectados, un hombre de 61 años, la infección le obligó a posponer el trasplante de riñón tras cuatro años y medio en lista de espera.
El mismo tipo de negligencia ya ha causado otros brotes de hepatitis C: en 2003, el Hospital de Alcorcón (Madrid) infectó a siete pacientes oncológicos. La Comunidad de Madrid indemnizó a cinco de ellos con 138.000 euros. Otro, mucho más joven, recibió una cantidad superior, y los familiares de la última, que murió poco después por el tumor que padecía, recibió una indemnización inferior.
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