La huella de Roma en Alegría
Una exposición recoge la presencia en la Llanada Alavesa durante la Edad Media - Dos arqueólogos, los responsables de la excavación
Según las crónicas históricas tradicionales, la caída del Imperio Romano estuvo seguida por un periodo oscuro, que se prolongó durante casi diez siglos, del que no quedan apenas testimonios. Poco a poco, la arqueología va descubriendo retazos del relato de aquellas centurias, con la colaboración, por ejemplo, de las intervenciones urbanísticas. Así ha ocurrido en la localidad alavesa de Alegría-Dulantzi, donde la reforma de dos de sus calles ha permitido recuperar una necrópolis que se mantuvo toda la Edad Media y que confirma que la población romana de Tullonium fue el embrión de la actual Alegría.
Desapareció el Imperio Romano, pero no sus habitantes, viene a decir la exposición San Martín de Dulantzi. Más de mil años de patrimonio arqueológico en el corazón de la Llanada alavesa, que ayer se inauguró en la sección de Arqueología del Bibat, el nuevo museo impulsado por la Diputación de Álava. La muestra, un primer avance de los resultados obtenidos por la empresa Iterbide, encargada de la excavación, demuestran que la población se mantuvo a pesar de la desaparición de Tullonium, que era como se llamaba la villa romana.
La reforma de dos calles ha permitido recuperar una necrópolis
López de Lacalle destaca "el buen hacer de la arqueología alavesa"
Se tenían noticias, por una referencia documental del siglo XVII, un rudimentario plano de la villa, de un templo consagrado a San Martín. Cuando el Ayuntamiento de Alegría emprendió la urbanización de la zona, encargó la correspondiente intervención arqueológica, que ha desvelado que entre los siglos VI y XIII el lugar estuvo habitado.
Entre los resultados obtenidos destaca la presencia de un cementerio con más de 200 enterramientos, y se han documentado diversas fases, con diferentes tipologías de sepulturas, desde simples fosas excavadas en el terreno hasta tumbas construidas con paredes de muretes o de lajas verticales. Y lo que ha llamado la atención de los arqueólogos Miguel Loza y Javier Niso, responsables de la excavación, han sido los hallazgos correspondientes a la fase inmediatamente posterior a la caída de Roma.
Alrededor de un edificio de nave rectangular y con cabecera en ábside orientada al este, han aparecido los enterramientos más relevantes, con una tumba que corresponde a un personaje poderoso en la época, por lo que se desprende del ajuar con el que se le enterró: un delicado cuenco de vidrio en los pies, una cuchara de plata decorada en una mano y un anillo de oro en uno de sus dedos. Se han encontrado también puntas de lanza y hachas, y restos de sillería romana empleada para otros usos.
La diputada de Cultura, Lorena López de Lacalle, subrayó ayer "el gran ejemplo de normalidad y buen hacer de la arqueología alavesa, y se ha puesto de manifiesto la corrección en el procedimiento de protección del patrimonio", en lo que fue una afirmación de la vuelta a la normalidad de este sector después de la etapa turbulenta de los últimos años.
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