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El Alarde mixto es tradicional

La compañía Jaizkibel logra desfilar en Hondarribia por octavo año consecutivo - La mayoría del público le dedica pitos y abucheos

En los anales de la historia reciente quedará constancia de la participación, durante ocho años sin interrupción con la de ayer, de la compañía mixta Jaizkibel en el Alarde de Hondarribia. La resistencia, fanática y a veces violenta, que venían ofreciendo la mayoría de los vecinos de esta localidad va aflojando año tras año, aunque aún siguen repitiéndose signos de intolerancia.

La compañía mixta Jaizkibel, que alista a mujeres como soldados, volvió a recorrer las calles de Hondarribia. Sus cerca de 200 integrantes lo hicieron custodiados por agentes de la Ertzaintza y fueron abucheados y abroncados por la mayoría del público, aunque sin que se registrara ningún tipo de incidente. Es el ritual que se repite en las últimas ediciones de esta fiesta que conmemora el voto a la Virgen de Guadalupe, a quien los lugareños atribuyen la victoria que sirvió para liberar al pueblo de dos meses de asedio francés en 1638.

La Ertzaintza custodió a las mujeres y no se registraron incidentes
Una pancarta de los partidarios del tradicional decía: 'Con vosotros nunca'

La formación Jaizkibel, con hombres y mujeres en sus filas, fue la primera en desfilar. A su paso por la calle Mayor, los partidarios del Alarde tradicional, que habían ocupado las aceras con mucho tiempo de antelación, abrieron paraguas negros para ocultarse en señal de rechazo. También exhibieron pancartas con los lemas No venimos a veros a vosotros y Con vosotros nunca. Estas muestras de desprecio también forman parte de la liturgia y se han hecho costumbre en Hondarribia.

Al terminar su recorrido la compañía mixta, le llegó el turno al desfile clásico en el que las mujeres sólo participan como cantineras y es aclamado por la gran mayoría del pueblo. La tropa formada por 4.750 personas distribuidas en 20 compañías fue comandada por el burgomaestre Patxi Goikoetxea, nuevo en este cometido.

Lo tradicional ahora es que en esta localidad se celebren dos desfiles separados, algo imposible hasta hace casi una década, cuando las mujeres tenían vetada su presencia como soldados.

La polémica se inició en 1996, cuando un grupo de mujeres trató de sumarse al Alarde de Irún y después al de Hondarribia. Ambos intentos fracasaron ante el expeditivo rechazo de los vecinos. En Irún se pudieron celebrar dos desfiles ?el mixto y el tradicional? a partir de 1998, pero en Hondarribia, en cambio, hubo que esperar a la intervención de la justicia. El Tribunal Supremo sentenció en septiembre de 2002 que impedir la presencia de la mujer supone una discriminación por razón de sexo proscrita por la Constitución.

La participación femenina en los alardes se ha convertido en un foco para la reivindicación de la igualdad de sexos. El ararteko, Iñigo Lamarca, y la directora de Emakunde, María Silvestre, acudieron ayer a Hondarribia para reclamar una fiesta "igualitaria". Como viene sucediendo durante los últimos años, representantes de EA, Aralar, EB y la izquierda abertzale también fueron a dar su apoyo al desfile mixto.

Miembros del Alarde mixto, custodiados por la Ertzaintza, son recibidos ayer en Hondarribia con abucheos y paraguas negros.
Miembros del Alarde mixto, custodiados por la Ertzaintza, son recibidos ayer en Hondarribia con abucheos y paraguas negros.JAVIER HERNÁNDEZ

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